Lanzini no termina de ser el 10 que River necesita y el equipo lo siente. A la par, Fabbro, que no tiene muchas chances de mostrarse, ya avisó que hablará con el cuerpo técnico para saber qué será de su futuro.

Analizando detenidamente el juego de River, una de las carencias que se ve a simple vista es la ausencia de un clásico enganche. Del hombre encargado de abastecer a los delanteros y de mover las riendas del equipo. Uno podrá decir que Cristian Ledesma, destacado por Ramón, trata de organizar el juego. Pero no es suficiente con él. Más, teniendo en cuenta que juega de cinco. Necesita de otro apellido. ¿De quién es la gran responsabilidad en la actualidad? Por estos días de Manuel Lanzini, aunque el 10 no termina de conformarse como tal y el Millo lo siente.  A principio del campeonato, Ramón le entregó esa misión a Lanzini. El pibe, con un rendimiento de mayor a menor, alternó como armador, media punta por la izquierda y, por momentos, hasta más retrasado. La principal idea era que fuera vertical, hiciera la diferencia con su desequilibrio, y se juntara con Teo y Cavenaghi. Por momentos se logró, con gol incluido ante Rosario Central. Por otros, entró en la intrascendencia. Con bastantes intermitencias. Desde luego, eso no pasó inadvertido a nivel colectivo. Y ante All Boys, Lanzini mostró otra vez esa faceta negativa. Sin hacer pesar su fútbol. Sin ser desequilibrante y decisivo. Ante esto, surge la pregunta de qué alternativa hay con Manu en un nivel discreto. Y una de ellas es Jonathan Fabbro. El ex Cerro Porteño, que había llegado como refuerzo estrella para 2013, es actualmente suplente. Ilógico teniendo en cuenta la insistencia de Ramón por su llegada durante el año pasada. Aunque razonable por lo poco que mostró en cancha en su primer semestre en el club. Ahora, ya mejor desde lo físico, Fabbro espera su oportunidad. Es más, durante la semana anterior -en la que fue víctima de un asalto- ya había avisado que hablará con el cuerpo técnico para saber qué será de su futuro: está a préstamo hasta junio. ¿Se animará también a plantear por qué no tiene mayor continuidad? ¿Le darán una oportunidad? Contra Lanús, Ramón deberá confirmar si le sigue dando confianza a Lanzini, titular en todos los partidos de este Final, o si se inclina por primera vez por Fabbro, con 30 minutos ante Colón e irrisoria participación en la victoria ante San Lorenzo. ¿Quién se engancha entonces?