Medio centenar de niños puneños sufren el frio intenso de la altura. La escuela albergue no tiene estufas. Mientras tanto el gobernador repite que solo piensa en los mas necesitados.

La escuela albergue de El Palomar fue noticia esta semana, porque medio centenar de niños soporta fríos polares sin estufas y con paredes precarias.
Mientras el gobierno de Juan Urtubey dilapida recursos públicos en instalar su figura como presunto presidenciable, los niños puneños soportan temperaturas bajo cero. 
Son 50 los chicos que tienen clases y duermen en la escuela 4.756 de El Palomar. El paraje está ubicado en el municipio de Campo Quijano, en la naciente de la Quebrada del Toro. La zona cuenta con una amplitud térmica que va desde los 20 grados de día hasta los 13 grados bajo cero durante las noches. Es una de las regiones que recorrió en vida el tan homenajeado Padre Chifri. Mucho recuerdo al curita fallecido pero sus pibes se cagan de frío.

Según el trabajo de los periodistas del lugar, el establecimiento publico tiene paredes de durlock, sin aislación térmica, y no cuenta con estufas. Y lo que es aún peor. El catolico gobierno provincial conoce a fondo la situación, aunque poco parece importar.

El integrante de la agrupación Amigos Solidarios, Rafael Abdenur, hace algunos días visitó la escuela albergue. El testigo contó que en el 2012 el Ministerio de Educación envió siete estufas a El Palomar, pero no son de tiro balanceado, por lo que fueron devueltas para que se cambien. Las estufas nunca volvieron.

Se hace realidad la esperanza, pero no en esas regiones. Los chicos y maestros desde hace un año y medio esperan que el Gobierno envie los calefactores correspondientes. Por ahora los alumnos deben soportar el clima crudo de la Puna. Abdenur dijo que los chicos tienen clases con sus camperas puestas. Y señaló que otro inconveniente de la escuela es que cuenta con paneles solares defectuosos que sólo brindan energía eléctrica durante tres horas por día. Un fiel ejemplo de cómo el conservadurismo oligarquico contradice al sentir peronista. Alguna vez esa fuerza revolucionaria nos enseñó que los unicos privilegiados son los niños.

Aquí ese cuento no corre. A la larga esas pieles curtidas por el clima son mas atractivas para la postal turistica, de una Salta injusta, pero que igual enamora.