Vecinos de Villa Lavalle reclaman por el basural que se está generando en el barrio a medio camino del vertedero San Javier, donde, como quien se ahorra unos litros de nafta dejan todo tipo de residuos muy cerca del Río Arenales.
Para qué hacer todo el trayecto si de todas maneras la basura la podemos tirar acá, total los vecinos ya están acostumbrados. Ese seguramente el pensamiento de quienes optan por echar los residuos en inmediaciones de la calle Rafael Sosa, en un predio privado. “Si en el invierno no se puede estar no nos queremos imaginar cuando llueva. Por más que esos terrenos tengan dueño no pueden tirar basura porque nos vemos perjudicados. Hay olores, nos invaden las cucarachas, las ratas y los alacranes”, explicó Raúl Salas, vecino de la zona y uno de los perjudicados por las acciones de las empresas Contenor, El Cuervo y La Higiénica, las cuales son indicadas como las responsables de la acumulación ingente de basura a orillas del Arenales. Esto sucede algunas veces con el aval y escolta de la policía que acompaña a los camiones hasta el lugar seguramente para evitar que los vecinos se interpongan en la tarea de convertir el predio en otro basural, como ya lo hicieron un par de veces sin demasiada suerte porque los desechos se siguen arrojando en el mismo lugar.
Por su parte la esposa de Salas hizo notar el estado de convivencia que implica la cercanía de la basura acumulada: “mi casa no vale nada porque tenemos un basural en la esquina. Hace 20 años que tiran basura acá, traen basura de los súper, de la Veloz del Norte y de algunas clínicas. No están tirando escombros, sino basura”.
Cuando el caso tuvo cierta notoriedad debido a las denuncias y luego de que los medio de comunicación se hicieran presentes, los camiones dejaron de hacer su faena durante el día y optaron por la oscuridad, como se hace siempre que se requiere maniobras no tan legales.
Cuando hace un mes los vecinos se reunieron con el secretario de Ambiente y Servicios Públicos, Darío Madile, este les prometió interceder ante las empresas correspondientes para que dejen de arrojar residuos en el lugar. “Madile nunca hizo lo que nos prometió y encima nos deja una tarjeta con su teléfono para que lo llamemos y nunca atiende”, sostuvo Salas.
La basura en el lugar es variopinta: va desde escombros de construcción hasta residuos hospitalarios, en una quema constante que perjudica no sólo a los vecinos de la zona, sino a todos aquellos que posteriormente tienen contacto con las aguas, de por sí ya muy contaminadas, del arenales.