La segunda vuelta es el monotema de los argentinos. Y algunas palabras están llenas de veneno y odio. Mientras, en un municipio se trazan comparaciones odiosas y en otro se debate una pesada herencia.

 

Salvador Mazza es un municipio postapocalíptico

El saliente interventor Adrián Zigarán detalló que durante su período como interventor “se robaron entre 6 y 8 camionetas, un tractor, hubo alguna que otra balacera y ahora un ataque con granada”. Las declaraciones de Zigarán parecieron un manto de cordura al lado de las vertidas por el jefe comunal electo, quien había dicho: “No quiero que Salvador Mazza se convierta en el nuevo Orán”, lo que cayó muy mal en la ciudad norteña.

El ataque sufrido por un agente de la Policía Federal en su casa quedó de lado por un momento con esta declaración, y el mismo intendente electo de Orán, Baltasar Lara Gros, salió a responder: “Lamento mucho las expresiones vertidas por el intendente electo Gustavo Subelza de Salvador Mazza, y esperamos sus inmediatas disculpas. Entiendo que lo dijo en un momento de gran tensión”. Un lugar tranquilo, al parecer. Podríamos impulsar el narcoturismo.

Del lado tibio de la vida, siempre

Claudio del Plá anticipó el posicionamiento del Partido Obrero en el balotaje: ni con Sergio Massa ni contra Javier Milei. “El balotaje no tiene ninguna justificación en términos de la democracia ni de las necesidades populares”, argumentó Del Plá para justificar su no apoyo a ninguno de los dos candidatos. Según Del Pla, la poca representatividad de esta elección no hace más que reafirmar una postura identitaria de la izquierda argentina.

Hay que “elegir cuál de los miembros de dos grandes facciones capitalistas nos va a aplicar un ajuste”, advirtió. “El balotaje no tiene ninguna justificación en términos de la democracia ni de las necesidades populares. Se creó para darle a un presidente una mayoría que no obtuvo en las elecciones y presentarlo con una representación mayoritaria del pueblo argentino a partir de esta extorsión”, detalló Del Plá. “El voto en blanco o las distintas formas de expresar el no voto a los dos candidatos no suma a nadie, no favorece ni a uno ni a otro. Que ganen con sus votos, que no ganen con el voto de ninguno de los obreros que son los únicos que van a sufrir el próximo gobierno”, reflexionó Del Plá. ¿En serio le parece lo mismo?

Pesada herencia

Emiliano Durand declaró en una radio: “Se dice que queda una deuda de 3 mil millones, creo que va a ser más”. Asusta la falta de precisión. No es culpa del intendente electo sino de la intendenta saliente: Bettina Romero va a dejar una bomba a punto de estallar a su sucesor. En una entrevista además, Durand expresó su inquietud acerca del estado actual del municipio, señalando la falta de equipamiento esencial, como equipos obsoletos y la operatividad de solo una grúa. “Está mal en cuanto a equipamiento. El empleado municipal está mal”. Además, mencionó problemas en la infraestructura de la ciudad, como los adoquines en mal estado y la interrupción del servicio de colectivos en numerosos barrios debido a estas condiciones. El intendente electo dijo: “Me preocupa que no se puedan hacer obras en temporada de lluvias”.

Durand también mencionó que la gestión actual gastó más en ploteo que en obras en lugares emblemáticos como el canal de la Avenida Yrigoyen, la Plaza 9 de Julio y la Palúdica. En cuanto a la disponibilidad de fondos para pagar las mensualidades de los empleados municipales, adelantó que “no sé si nos van a dejar el dinero para pagar los sueldos. Seguramente recibiremos ayuda de la provincia”.