Salvador Mazza era Macondo. Cámaras apagadas. Cuentas paralelas. El crimen perfecto solo se puede cometer ante la ausencia completa de control. ¿Se despertó la Auditoría General de la Provincia?
La Auditoría General de la Provincia rompió su año y medio sabático para revisar las finanzas de Salvador Mazza, días después de que se confirmara la destitución del intendente Rubén Méndez. El informe corroboró el saqueo; pero sobre todo sirvió para explicar el aceitado funcionamiento de una maquinaria de robo.
El informe
Según el informe, que el interventor Adrián Zigarán recibió en los últimos días diciembre del año pasado, Gustavo Ferraris mandó un equipo el 21 de octubre. El informe precisa un detalle que suele omitirse: el viaje y periplo de los contadores que van a revisar las finanzas. En este caso de dejó constancias que el equipo de auditoría actuante inició viaje el 21 de octubre de 2021, luego de cumplida la jornada laboral ordinaria en la Auditoría que arribaron a la ciudad de Tartagal a horas 22, donde se pernoctó durante la realización de los trabajos de campo, «dadas las pocas garantías de seguridad que existían para los integrantes del equipo de auditoría en el municipio de Salvador Mazza».
El informe dice eso: los contadores temían por su seguridad en el municipio de Méndez y por eso tuvieron que irse a dormir a Tartagal.
Es más, también se precisa que las tareas comenzaron recién el 22 de octubre a las 11.30 am porque asumió el interventor, «quien otorgó las garantías necesarias para la seguridad e integridad física al equipo de auditoría para la ejecución de las tareas».
La asunción de Zigarán no alcanzó para acceder a todos los documentos que necesitaban los auditores, entre otras cosas porque, por ejemplo, no encontraron ningún funcionario para entrevistar o que les diera los documentos sobre la deuda de Salvador Mazza. Cajones cerrados, puertas cuyas llaves faltaban fue el lugar común. Aún así encontraron huellas de los estragos de Méndez.
De la entrevista realizada a funcionarios del Departamento Contable del municipio, las personas autorizadas para gestionar y operar las cuentas bancarias del municipio eran Rubén Méndez (Ex intendente) y el Secretario de Hacienda, todavía en funciones, Roberto Balverdi.
Lo más interesante del informe es que precisa irregularidades y, sobre todo, que revela el modus operandi.
Una de esas irregularidades es que al personal perteneciente o denominado transitorio, en algunos casos percibían su sueldo a través de acreditación bancaria, cuya transferencia realiza el municipio bajo el concepto de “Subsidio”. En otros casos verificados, no se les confecciona recibo de haberes, solo firman una planilla al momento de la percepción de los mismos. Tampoco se les efectúan los aportes y contribuciones de la seguridad social. Ninguno de los trabajadores posee seguro (ART u otra modalidad de cobertura).
En el arqueo realizado al tesoro del municipio se constató la existencia de moneda extranjera (dólares y pesos bolivianos).
Respecto a la custodia de los fondos arqueados se constató que eran resguardados en la sede del municipio, en la oficina de Tesorería, sin medidas de seguridad adicionales, con un sistema de cámaras que no funcionaba, en una caja de seguridad que, conteniendo doble sistema de apertura con clave y llave, sólo se usaba la llave.
Según lo manifestado por los funcionarios del municipio, las personas autorizadas para gestionar y operar las cuentas bancarias del municipio solo eran Méndez y Balverdi.
A la falta de cámaras hay que sumar que los Libros Banco de las cuentas bancarias del municipio se encontraban incompletos.
Además, consta que se detectaron cuentas de “Fondos con Cargo a Rendir” con cargo
a ciertos funcionarios y áreas del municipio, con movimientos realizados durante los años
2020 – 2021 y de los cuales a la fecha de las tareas de campo no se registró la totalidad de
su reintegro.
Es imposible que este saqueo, cotidiano y evidente, no se pudiera hacer sin el respaldo de legisladores y de otros poderes. La impunidad es un regalo, del que Méndez abusó.