Recientemente el Archivo General de la Nación Argentina difundió unas fotografías que sostienen corresponden “al momento exacto del fusilamiento de Severino Di Giovanni” ocurrido el 1° de febrero de 1931 bajo el gobierno de facto del General José Félix Uriburu. Sin embargo varios estudiosos del anarquismo han dudado de la veracidad de las imágenes difundidas.

El viernes pasado el Archivo General de la Nación difundió dos imágenes del “momento exacto del fusilamiento de Severino Di Giovanni”. A través de la publicación del organismo nacional también se platearon algunos interrogantes sin respuestas porque aseguraron se encuentran aún hoy investigando y analizando.

“Por la forma en que fueron encontradas, hay ciertos interrogantes que surgieron y que la institución empezó a investigar, aplicando los procedimientos propios de la disciplina archivística ¿Se encuentran los negativos originales de estas fotografías entre los cientos de miles que custodia la institución? ¿Formarán parte de alguno de los fondos documentales de los medios de prensa que cubrieron la noticia del fusilamiento? ¿Por qué estos documentos nunca antes fueron puestos a la consulta y otros sí? Las respuestas a estas preguntas resultan fundamentales para reconstruir el contexto de producción de tales piezas. De esta forma, buscamos garantizar, de forma correcta, el acceso de la ciudadanía a aquellos documentos que hacen a la historia, la memoria y los derechos de todos”, aseguraron desde el AGNA.

“Severino Di Giovanni, periodista y militante anarquista italiano, emigrado a la Argentina a principios de la década del veinte. De orientación individualista y defensor de la denominada ‘acción directa’, se le atribuyen la realización de diversos atentados ocurridos durante toda la década. En 1931 fue arrestado por la policía y juzgado por un tribunal militar que ordenó su fusilamiento (en nuestra institución también podés consultar la sentencia de la justicia militar)”, agregaron.

Sin embargo varios estudiosos pusieron sus dudas al respecto de la veracidad de las imágenes. Por ejemplo la publicación del ilustrador y diseñador gráfico, Reynaldo Diaz Pais sostuvo lo siguiente: “Hace unas pocas horas @AGNArgentina publicó dos fotos recientemente encontradas sobre la ejecución de Severino Di Giovanni. Abro hilo aquí para demostrar que no son fotos reales del fusilamiento sino una recreación póstuma”. En la publicación el ilustrador sostiene que pertenecen a una reconstrucción realizada por la revista Caras y Caretas.

 

Pese a que varios medios nacionales se hicieron eco de la publicación del AGNA, hay varias muestras que dan cuenta que las imágenes no son reales.

“De las dos fotos que publica el post original de AGNArgentina, falta una tercera foto, aquí detallada, donde Severino, luego de ser fusilado, pareciera caer de su silla (algo que consta en los relatos periodísticos de la época). Sin embargo, hay una cuarta foto de la que parece no haberse encontrado el original, una similar a la otra. En ellas, se pueden comparar tanto la vestimenta como la contextura del sujeto, la silla y el espacio donde se lleva a cabo la situación. De hecho, si se utiliza la silla como marco de referencia para una superposición se demuestra que son dos fotos del mismo momento y personaje, casi exactas en su ángulo y toma.

 

 

El origen de esta cuarta foto (y probablemente de las otras tres halladas por la Archivo General de la Nación) es la revista semanal Caras y Caretas (Buenos Aires – Argentina), que la publicó el 14 de febrero de 1931 (13 días después del fusilamiento de Severino). Pero para entender mejor tenemos que remontarnos una semana antes de su fecha de publicación, es decir al 7 de febrero de 1931. El 7 de febrero de 1931, la revista Caras y Caretas publicó una nota de 8 páginas (bastante para la época y la revista) donde con fotografías y epígrafes se relata la detención, víctimas y últimos momentos de los anarquistas y sus familias antes de la ejecución final. Cabe destacar que Caras y Caretas era una revista semanal, por lo que la anterior había sido la publicación del 31 de enero y, por lo tanto, previa a la ejecución de Severino Di Giovanni (1 de febrero) y su compañero Paulino Scarfó (2 de febrero).

Lo interesante de la nota del 7 de febrero es que no son solamente fotografías de archivo periodístico tradicional (es decir, fotos “reales” de los involucrados y los hechos), sino que también se recurre a recreaciones fotográficas de hechos que obviamente no fueron fotografiados en el momento (por ejemplo, los atracos de los anarquistas expropiadores o la balacera con la policía).

A Este detalle es importante tenerlo en cuenta, puesto que el fotoperiodismo de la época se encarga también de ficcionar y recrear situaciones a falta de material verídico. Esto se entiende en una época donde los periódicos diarios ya existían pero carecían de la posibilidad de insertar muchas fotos (por una cuestión de costos, de velocidad, de falta de material y de necesidad). He aquí la razón por la que Caras y Caretas, de manera semanal, hace esto, porque es una revista que se centra mucho más en las imágenes que en los textos.

También podemos encontrar en esta publicación algo poco común para la revista: la creación  de uno de los fotomontajes más conocidos sobre Severino Di Giovanni.

Una semana después, el 14 de febrero de 1931, la revista vuelve a publicar una nota dedicada a “recordar” este y otros fusilamientos en Argentina con el título “Documentación gráfica de los fusilamientos ejecutados desde el año 1894 hasta el año 1931”. Se ve que el tema seguía vivo en la sociedad como la editorial misma lo aclara:

En la imagen para la ejecución de Grossi se puede entender que es una recreación por la calidad de la foto (para ser ejecuciones de 1894-1903) ya que en aquel tiempo las realizaban los soldados y porque justamente la revista ya había tratado el caso pero sin fotos. Por otro lado, llama poderosamente la atención de esta fotografía el uso de la misma silla que se ve en la foto de la ejecución de Severino Di Giovanni y Paulino Scarfó que la revista publica en las páginas siguientes.

Pero otro caso es el fusilamiento del soldado Frías en 1906. No sólo la toma corresponde a distancia considerable del hecho (posiblemente los ejecutores no querían cámaras tan cerca en estos momentos) sino que también la revista hace una afirmación importante para aclarar que es una “sensacional fotografía de ´Caras y Caretas´ tomada en la madrugada del 21 de febrero, en el stand de tiro del cuartel 1ro de Infantería. Es el preciso momento de la descarga.”

Para ser una publicación dedicada a recordar importantes ejecuciones por parte del estado  solamente en este caso la revista aclara tácitamente que es una fotografía del momento exacto. Hay compromiso de la editorial en diferenciar las fotos reales de las recreaciones póstumas.

Hacia el final del artículo, la revista publica las famosas fotos de la ejecución de los anarquistas y debajo de ellas se agregan dos epígrafes relatando brevemente las ejecuciones y luego el texto aclaratorio: “Estas dos ejecuciones fueron reconstruidas de acuerdo con los datos de un redactor de ´Caras y Caretas´, testigo presencial¨.

Esta sola aclaración ya vale para demostrar que las fotos de Severino Di Giovanni encontradas por el Archivo General de la Nación no son fotos reales sino más bien otras tomadas para la recreación del fusilamiento pero que no fueron utilizadas para la publicación final. Es bien sabido entre diseñadores gráficos y fotógrafos que se suele tomar varias fotos antes de decidir cuál iría finalmente a la imprenta.

Si bien la foto de Caras y Caretas tiene menos calidad que las encontradas últimamente, puede entenderse que esto se deba a la inferioridad de calidad en la reproducción por imprenta con diferencia a la fotográfica que es mediante proceso químico, no mecánico. Así mismo, en la época se solía subir el contraste en los originales para garantizar que salgan bien a la hora de imprimir las publicaciones finales. Sin embargo, también puede ser por la calidad del escaneado de la revista.

Otras fuentes y relatos de los hechos

Finalmente, lo que la mayoría de los artículos periodísticos omitieron (o no analizaron en profundidad) son la diferencias que hay entre los relatos periodísticos de la época por otros medios y las fotos de Caras y Caretas. El relato más famoso es el de Roberto Arlt (“He visto morir”) escrito para el diario El mundo. Allí el escritor dice que “El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas”.

A pesar de que Enrique González Tuñón (para Crítica) realiza una descripción mucho más profunda y detallada, repite lo mismo: que la ejecución se realizaba en el patio de la Penitenciaria Nacional argentina, “Al fondo del patio, una pared alta en cuya parte superior se encuentra las garitas de los centinelas. Hasta una distancia de cinco metros por delante de la pared, un cantero como de un metro de altura cubierto de césped y cayendo en suave declive hacia uno de los caminos, frente al taller de carpintería. Sobre este cantero y a una distancia aproximada de tres metros de la pared, se había colocado la silla trágica […] El banquillo para la ejecución estaba colocado en la parte más elevada de la pendiente verde. Desde lejos podía advertirse su respaldo exageradamente alto y sus patas, que de tan tiesas parecían incrustarse con fuerza, en el terreno”. [las negritas son propias]

Es decir, no solo detalla la existencia de césped en la ejecución de Severino, confirmando lo que escribe Arlt, sino que además dice que la silla se encontraba a tres metros de distancia de la pared. En las fotos encontradas se evidencia claramente la imposibilidad de esa distancia entre la silla y el muro. Por otro lado, siguiendo con las otras imágenes publicadas por la revista Caras y Caretas, ¿por qué las ejecuciones se habrían realizado al aire libre excepto la de estos dos anarquistas?

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Las fotos inéditas del fusilamiento de Severino Di Giovanni no eran tan inéditas después de todo, ni tan reales