De acuerdo a la información de AFIP, el Aporte Solidario Extraordinario de las grandes fortunas argentinas, sumó 6.700.000.000 de pesos, que salieron de 10 mil contribuyentes, que presentaron su declaración patrimonial, lo que da un promedio de 670 millones de pesos por persona.

Lo llamativo es que el 48% de esos bienes son declarados como activos en el exterior, lo que deja al descubierto la marcada preferencia de la clase dominante de este país a constituir sus ahorros e inversiones en el exterior. Otro fenómeno frecuente es que cada vez que surge alguna información de las cuentas «offshore» de los argentinos adinerados es la tendencia a «ocultar» parte o la totalidad de los activos que se tienen en el exterior, sobre todo los financieros.

El componente más destacado entre los bienes declarados lo constituyen bonos de deuda, acciones, cuotas o participaciones en sociedades y otros títulos valores, que representan el 67% de lo informado por las personas con patrimonio superior a los 200 millones de pesos. El siguiente rubro en el orden de bienes declarados es el de Depósitos y Efectivo, cuentas monetarias y tenencias de billetes, que en conjunto representaron el 17% de los activos declarados. Los inmuebles son los terceros en importancia, representando un 6 % del monto total declarado.

El 46% del valor de esos inmuebles declarados, corresponde a propiedades radicadas en el exterior, con lo que los diez mil millonarios argentinos poseerían inmuebles por valor de 40.200.000 pesos, de los cuales en el país está sólo el 57%, o sea 22.900.000 pesos.

Arrojando un promedio de 240 mil dólares en inmuebles en el país, por cada uno de los 10 mil principales millonarios.

Otro rubo que llama la atención por las bajas cifras que suman las declaraciones juradas de activos de los millonarios es el de Automotores, embarcaciones y aeronaves. Entre las 10 mil declaraciones apenas suman un valor total levemente superior a los 25.000 millones de pesos, un promedio de 2.500.000 pesos por contribuyente rico.

La conclusión de estos datos es la importancia de los activos financieros que representan el 83% del patrimonio de las personas más ricas del país y el hecho de que el 50% de las colocaciones financieras y el 70% de los activos más líquidos, estén en el exterior.

Estos datos echan por tierra el argumento de una parte de la dirigencia empresaria acerca de que la contribución del aporte solidario los «obligaría» a deshacerse de algún bien productivo (máquina, inmueble destinado a la producción, rodado dedicado al transporte de mercadería).

Las cifras que surgen de las propias declaraciones de la cúpula revelan que, con una mínima porción de las colocaciones financieras promedio de esos millonarios, les alcanza y les sobra para cumplir con el aporte del 2%.

No son pocas las investigaciones que revelan la elevada proporción de activos no declarados en el exterior de propiedad de argentinos.

El ex vicepresidente de JP Morgan para Argentina y el Cono Sur, Hernán Arbizu, declaró ante la Justicia y ante una comisión investigadora del Congreso argentino, cómo se armaba la plataforma financiera para que miles de millonarios argentinos pudieran fugar su dinero del país sin dejar rastro. Actualmente, un acuerdo de la OCDE, que permite el intercambio de información fiscal entre organismos de distintos países, dio acceso a la AFIP a información sobre las cuentas de argentinos en el exterior. Bajo la gestión Macri, esa información se ignoró.