Un informe realizado por UNICEF da cuenta del impacto generado por la Asignación Universal por Hijo en las comunidades originarias de Tartagal. Reconoce que mejoran sus condiciones de vida pero también que la ayuda no llega a todos, en especial a los niños. Aquí las causas. (Andrea Sz)
El informe realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), FLACSO en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo, busca analizar cualitativamente el alcance, las restricciones de acceso y el impacto de la Asignación Universal por Hijo (AUH) en la población indígena que reside en áreas rurales de las provincias del NEA y NOA. En Salta el informe se localizó en asentamientos de Tartagal. “Se visitó la escuela primaria de Tonono (localidad wichí a 30 km al este de Tartagal, por la Ruta Provincial 86) donde se realizó una extensa entrevista a la directora y a un maestro wichí provincial bilingüe sobre la situación y los planes en la zona. Se hicieron también entrevistas en la comunidad Cuña Muerta, de los abá guaraní, a unos 3 km al norte de Tartagal, por la Ruta Nacional 34”.
Salta es una de las provincias a nivel país con mayor porcentaje de hogares en los que al menos una de las personas se reconoció perteneciente o descendiente de un pueblo indígena con el 6,8%, después de Jujuy que tiene el 10,8%.
En relación al alcance que las AUH tienen, el informe señala mejoras notables de ingresos que redundan en cambios en los patrones de consumo, una mejor alimentación, cambios positivos en la calidad de la enfermedad y en la posibilidad de impulsar sus actividades productivas y mejorar sus condiciones de vida, pero también reconoce restricciones en su acceso: “si bien la población objetivo de la AUH alcanzaba los 4 millones de niños y adolescentes menores de 18 años, en la actualidad su cobertura no supera los 3,6 millones. Al respecto, existen presunciones de que muchos niños y adolescentes de los pueblos indígenas no han sido alcanzados por esta política a pesar de reunir los requisitos para su acceso”, señala el informe.
Las brechas
El gobierno nacional comenzó a implementar, desde noviembre de 2009. la AUH para Protección Social como una nueva política de Estado que modificó el régimen de asignaciones familiares. A partir de mayo de 2011 el alcance se amplió a las mujeres embarazadas desde los tres meses de gestación. El trabajo de UNICEF señala que si bien el alcance está focalizado de manera adecuada en las regiones y grupos con mayor nivel de vulnerabilidad relativa, todavía no logra incluir plenamente a todos los grupos vulnerables.
Entre esas causas de restricciones el informe en cuestión marca que los trámites burocráticos se presentan como uno de ellos: “Algunas familias indígenas prefieren hacer el trámite para una pensión o para una jubilación anticipada y no aquel que les permite acceder a la AUH, esto se debe, a que por ejemplo el trámite para la pensión o jubilación es uno y requiere menos papeles; y otro que en muchos casos los niños están bajo el cuidado de abuelos o tíos y entonces los adultos a cargo tendrían que hacer un trámite de tenencia legal antes de comenzar los trámites para la obtención de la AUH”.
Otra de las causas señaladas tiene que ver con las incompatibilidades en los programas sociales. “Muchas de las familias wichí residentes en Chaco y Salta reciben una pensión por discapacidad porque se considera a gran parte de esta población bajo el impacto del Chagas, por lo que se les ha concedido ese tipo de prestación -incompatible con la AUH- de aproximadamente $1.000 mensuales”.
Otra de las observaciones de campo registradas está relacionada al desconocimiento completo o a la información limitada y confusa respecto a las condicionalidades de la AUH, “se constató que la mayoría de la población indígena entrevistada no conocía el monto mensual a percibir”.
La ausencia de interlocución intercultural se presenta como otra de las causas del acceso a las AUH. El reclamo de miembros de su propia comunidad en las dependencias públicas se extendió para todas las políticas de transferencias recibidas. Como caso testigo a seguir se cita el de los abá guaraní de Libertador General San Martín, quienes reconocen que la intendente de Calilegua (miembro de los abas), quien fuera además presidenta de la comunidad abá guaraní de esa ciudad, los favorece en acelerar las gestiones para estos beneficios.
Otro ejemplo es el de Villa Río Bermejito, donde un toba está a cargo del CIC y además es empleado de la Secretaría de Familia, Niñez y Adolescencia del Ministerio de Desarrollo de Nación.
La atención e información brindada a las comunidades en las dependencias gubernamentales sobre la AHU es otro de los aspectos mencionados en el informe. “Las facilidades para la interacción intercultural que se brindan a través de las ventanillas de la AUH son clave para efectivizar el acceso y muestran diversidad de adopción según el territorio visitado. Varias mujeres toba se quejaron del trato que se les da en las dependencias gubernamentales. ‘…Cuando llamamos por teléfono para una consultita te gritan el trámite es personal’”.
La falta de representaciones de ANSES en las cercanías de las residencias de los pueblos indígenas también genera dificultades para ejecutar las solicitudes y recibir las prestaciones en forma oportuna.
Impacto positivo
Entre los efectos directos de los beneficios de la AUH, el informe describe lo que define como “componente de transferencia monetaria”: “La proliferación de transferencias, derivada de programas nacionales y locales durante los últimos años, ha redundado en significativas mejoras en las condiciones de vida de una población que se puede caracterizar en la franja de la indigencia, con bajos o nulos ingresos. Por ejemplo, en las zonas visitadas en Chaco y Salta se recogieron muchos testimonios sobre la inexistencia de pago en moneda por el día trabajado. Por el contrario, la práctica regular era el pago en mercadería para ‘parar la olla’ sólo para el día trabajado. Por ello, muchos indígenas calificaron como de ‘esclavitud’ a este tipo de trabajos, entre los que figura la carpida del algodón”.
Según lo manifestado en el informe para algunos integrantes de estas comunidades la llegada de la AUH significó “un antes y un después”. En el marco de este crecimiento en los ingresos familiares se observó que las prioridades del gasto se hallan, en primer lugar, en la alimentación. En un segundo plano se dirigen a la compra de motos de baja cilindrada, bicicletas y celulares, que les permiten una mejor comunicación entre las diferentes familias de parajes alejados.