Parece que al macrista le molesta que se pongan de modelo a los pobres. Tildó al arzobispo de hipócrita.

El que sigue el timeline de Twitter de Álvaro Ulloa puede notar cómo el domingo le estaban rompiendo el corazón por dos eventos en simultáneo: la Selección de básquet perdía por paliza con España; en el mismo momento el Arzobispo Mario Cargnello le hacía bullying al presidente en su propia cara.
Cargnello le recordó a Mauricio Macri su promesa de “pobreza cero” y luego trazó un largo panegírico sobre por qué ser pobre es bueno. Le dijo que también se llevara de Salta el rostro de la pobreza (lo cual terminó siendo un palo para Urtubey, que no se dio por aludido, tras doce años de mandato).
“Como ocurrió todo el año en Salta las noticias políticas son Teocraticas, un sacerdote se hace dueño de la procesión e insta al presidente a no venir porque provoca. El milagro es un pacto entre Dios y el pueblo, no es de un cura y menos de un cura con el diario del lunes”, twiteó furibundo el titular del Inadi.
Acotó: “Un Sacerdote puso en el mismo nivel la violencia, la corrupción y la ideología de género. Me cuesta entender su cabeza”.
Ya sobre el eje central del discurso de Cargnello, esgrimió estas palabras: “Entre los pobres hay buena gente, honestos, dignos, fuertes, sinceros, también hay mala gente, ladrones, indignos, débiles y mentirosos. No es un certificado de bondad ni de maldad. No comparto con la Iglesia su necesidad de ponerlos como modelos ni maestros. Eso es hipocrecía”.