El dirigente nacional del Partido Obrero, Jorge Altamira, estuvo en Salta para brindar una charla en relación a los 50 años del «cordobazo». El referente de la izquierda aprovechó para hacer refrencia al presente del partido y el reciente alejamiento de Arturo Borelli.
El dirigente Jorge Altamira dialogó con los medios en la previa de una charla debate denominada «a 50 años del Cordobazo», que brindará en la sede partidaria de Santiago de Estero 971. Allí aprovechó para hacer un repaso de la situación política del país, como así también del presente del Partido Obrero y el Frente de Izquierda.
En diálogo con FM Express (105.3 mhz) el dirigente reconoció que existe una «fuerte confrontación política dentro del partido»; entre otras cosas, por diferencias en las lecturas políticas sobre los comicios en Córdoba, donde la izquierda participó de manera hiperfragmentada.
«El problema que tenemos nosotros es desarrollar más profundamente las ideas del Partido Obrero, porque el país enfrenta una crisis de poder. ¿Nos estamos preparando para eso? No» subrayó Altamira. Sus declaraciones llegan luego de que medios y portales nacionales se hicieran eco de su desplazamiento de la conducción del partido, resuelto en el último congreso anual.
A su vez, se dan en un contexto de rispideces entre dirigentes de las fuerzas que integran el FIT a nivel nacional. Recientemente, tanto Altamira como Marcelo Ramal, ventilaron severos cuestionamientos al referente del PTS «Guillo» Pistonesi, por lecturas que consideraron «derrotistas» respecto de las elecciones cordobesas.
En el seno de la militancia, hay sectores que enarbolan fuertes críticas al faccionalismo del FIT. Presionan y abogan fuertemente por la unidad de la izquierda en un sólo frente, lo que implicaría convocar a partidos como el Nuevo MAS, Autodeterminación y Libertad (de Luis Zamora), el MST, entre otros. Por otro lado existen sectores, entre los que se encuentran históricos dirigentes del P.O., que remarcan y acentúan diferencias de análisis con sus compañeros de frente.
Altamira aprovechó para hacer referencia al caso de Arturo Borelli, quien renunció a su banca recientemente para constituir un monobloque llamado «Planifiquemos Salta». «Borelli es un caso interesante, porque refleja la actitud ante la presencia del parlamentarismo» manifestó Altamira.
«Borelli dejó de creer en la organización de los trabajadores como factor de cambio político y vio en la lucha parlamentaria un fin en sí mismo. El parlamentarismo es un medio que tiene el Estado para cooptar a la izquierda. Nosotros tenemos que ir al parlamento a desafiar el poder político» agregó.
En ese marco, Altamira señaló que «lo de Borelli fue una advertencia a la izquierda»; quizás como una admonición de lo que puede pasarle a aquellos dirigentes que pujan por ampliar la representación de la izquierda en otros espacios. De esa forma el dirigente utilizó como ejemplo a Borelli, que ya abrió diálogo con dirigentes del kirchnerismo local, para apercibir a los que abogan por la unidad de la izquierda.
«Las fuerzas políticas que integran el parlamento sufren la presión del establisment y del Estado (…) Esa presión del Estado lo llevó a Borelli a otro lado. Nosotros somos revolucionarios, a nosotros no nos coopta nadie» sentenció.