Un proyecto de autoría de Manuel Santiago Godoy que solicita la quita del plus de las consultas médicas que se realicen los más de 44 titulares de afiliaciones del IPS no logró tener tratamiento sobre tablas, como pretendió el «Indio», quien dejó en claro que está de campaña.

El eterno diputado provincial, Manuel Santiago «Indio» Godoy empezó su campaña para la enésima reelección. Ahora y por primera vez, desde el Frente de Todos (o como se llame en estas elecciones). Su última aparición pública fue para explicar que a él si le correspondía la vacuna contra el coronavirus, por la edad y que se la fue a poner donde el 148 lo dispuso porque es un ciudadano ejemplar. Aunque las malas lenguas dicen que se la fueron a poner a su casa, a él y a toda su familia, cuando todavía no estaban autorizados los mayores de 60, rango etario en el que entra el legislador.  

Durante esta semana tomó estado parlamentario un proyecto de su autoría que solicita la quita del plus de las consultas médicas que se realicen los más de 44 titulares de afiliaciones del IPS. No logró tener tratamiento sobre tablas, como pretendió el «Indio», por el desbande que armó el maltrecho presidente que no sabe hacer votar al Cuerpo que tiene a su cargo hasta que el «Tuty» vuelva. Aunque con el desempeño de Jarsún, es más probable que le venga otro infarto. Dicho esto, seguimos con Godoy.

El trillado diputado que ahora es oposición en Salta y oficialismo en la Nación, sabe que esta vez no le será «automática» la renovación y que la pelea por formar parte de las listas del Frente nacional tendrá tantas agachadas como tuvo la inscripción del nombre del frente. 

Es por eso que empezó la campaña mandando un proyecto claramente popular, por lo menos entre los más de 44 mil empleados públicos, afiliados al IPS, con que cuenta la provincia.

El Instituto Provincial de la Salud de Salta es una obra social provincial que entre sus cimientos tiene la palabra «Solidaria», para referirse al hecho de que con los montos que se les descuentan mensualmente a todos los afiliados, se realizan las prestaciones del que lo necesite en ese momento, del mismo modo que hace un banco con el dinero de sus clientes. A los afiliados, mes a mes se les descuenta el 13% de sus haberes en concepto de Obra Social, dando por sentado que ese monto los habilita a tener las prestaciones médicas necesarias en el momento que lo requieran, pero no, solo se trata del 80% de las prestaciones. El 20% restante corre por cuenta del afiliado o en el mejor de los casos, por cuenta del coseguro que debe contratar por aparte. Pero si con eso el afiliado cree que es suficiente, también se equivoca, porque al llegar al consultorio, la secretaria del médico le va solicitar amablemente que deposite entre 700 y 1300 pesos en concepto de plus. Eso cada vez que vaya a ver al profesional, aunque el motivo que lo llevó a la consulta todavía no se haya resuelto, mal entendiendo lo que implica una consulta. Ni hablar si se trata de una cirugía, porque en esos casos los montos parten de 80 mil y pueden llegar hasta donde el medico crea que llegue su capacidad profesional y el paciente crea que vale su vida. Hasta acá la situación actual. 

Antes, el IPS contaba con dos padrones, el A y el B, el primero era una lista de médicos que, si podían cobrar plus y el segundo, una lista que no lo hacía. Los padrones siguen existiendo, pero el cobro de plus es indiscriminado, todos cobran y ninguno extiende un recibo que legalice ese pago, con lo cual los primeros evasores de impuestos tendrían que ser los profesionales de la salud. Tanto así que, en muchos casos el monto del cobro como paciente particular es el mismo que se le cobra al afiliado del IPS como plus, además de la orden, lo que legalmente equivale a un cobro doble.   

La única salvedad del caso, son los consultorios que se encuentran en General Güemes y Bolívar, exclusivos del IPS, donde no se cobra plus, pero a los cuales se accede a través del 148, misión imposible, si las hay. 

Con este panorama, el proyecto del «Indio» es casi una tabla de salvación para los afiliados y para él, que en el peor de los casos suma 44 mil votos. Pero la pregunta es, si conoce tan bien el sistema y es diputado hace 20 años, porque recién ahora, que es oposición, descubrió el desfasaje entre el 13% que se le descuenta a más de 44 mil afiliados y el monto que se le paga al profesional por atender a esos afiliados, blanqueando tácitamente una ilegalidad.