El Defensor del Pueblo de la Nación, Carlos Haquim, exhortó este miércoles a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable nacional a que fiscalice el mantenimiento de los bosques nativos en Salta. (Gonzalo Teruel)

Junto a la petición antes mencionada, también se exigió al gobierno de la provincia que profundice los mecanismos de control, aplicando las máximas sanciones previstas en la ley a quienes realicen desmontes ilegales, impulse las medidas necesarias para la recomposición del ambiente dañado y revise la normativa que permite las recategorizaciones prediales.

Según explicaron en Buenos Aires, el objetivo de Carlos Haquim, funcionario a cargo de la Defensoría, es “garantizar el principio de no regresión en materia de protección de bosques nativos”.

El de los bosques -y los desmontes- no es el primer expediente que la Defensoría del Pueblo inicia por cuestiones ambientales en Salta. Hace un par de años ya había exhortado a las autoridades provinciales a “la adopción de las medidas necesarias para hacer cesar la contaminación cloacal, industrial, agropecuaria u otras” de los ríos Arenales, Guachipas, el Dique Cabra Corral y de toda la cuenca del Río Juramento.

Aquella acción impulsada por Anselmo Sella -quien ejerció la titularidad de la Defensoría antes que Haquim- había sido solicitada en 2009 por el ex intendente de Salta, Walter Luna, y por la titular de la Red Solidaria Salta, María Elena Jiménez. Las denuncias eran concretas: la descarga de líquidos cloacales y residuos en los canales de la ciudad contaminan las aguas de los ríos que desaguan en el Cabra Corral, y el vertido de efluentes cloacales e industriales -agroquímicos- sin tratamiento contaminan el Arenales.

Los reclamos del Defensor del Pueblo demoraron años en ser escuchados y recién esta semana hubo un anuncio más o menos válido para el Río Arenales. A cargo del Ejecutivo Provincial, el vicegobernador Andrés Zottos y el intendente Miguel Isa firmaron un convenio para que “comiencen de inmediato las tareas de saneamiento del Arenales”. Las obras, en rigor, se concentrarán en el tramo que va desde Avenida Tavella hasta la rotonda de la Circunvalación Sur.

Es un comienzo. “Soñamos que algún día el río esté canalizado, con una costanera y saneado. Por lo pronto iniciaremos los trabajos de limpieza”, aseguró Isa y planteó que “pronto van a llegar los meses de lluvia y necesitamos tener encauzado el río para evitar problemas”. Los trabajos previstos tienen un plazo de 60 días y, en un primer momento, estarán destinados a bloquear los caminos de acceso al río para evitar que se sigan tirando escombros y basura en las márgenes del curso de agua.