El mes de julio nos recuerda las muertes de mujeres en la provincia de Salta que aún siguen impunes y que colocan a la provincia hace años encabezando las estadísticas nacionales de violencia contra las mujeres.

En la provincia se declaró la emergencia provincial por violencia de género pero las cosas no han cambiado mucho. Salta sigue encabezando las estadísticas nacionales por vulneración sistemática de derechos hacia niñas y mujeres y por la violencia reinante contra ellas. El Estado y todos sus apéndices siguen siendo responsables de estas lamentables estadísticas.

¿De doble suicidio a doble femicidio?

Este medio alertó desde un primer momento que las muertes de las dos amigas Yanina Nuesch y Luján Peñalva en el sur de la ciudad, por las características de cómo fueron halladas se trataba de femicidios. A seis años de la muerte de las la Justicia de Salta tuvo que volver sobre sus propios sus pasos y, por primera vez, realizó una reconstrucción material del hecho en el descampado donde fueron encontrados los cuerpos, colgando de un árbol.

El caso fue archivado como un supuesto pacto suicida sin demasiadas respuestas pero, hace unos meses, una investigación paralela en Estados Unidos advirtió que en realidad se trató de un doble crimen.

¿Dónde está María?

Luego de 7 años de desaparecida en junio del año pasado María Gallegos, mamá de María Cash, junto al abogado Pedro García Castiella, se reunió por primera vez luego de siete años con el juez a cargo de la causa, Miguel Medina. Sucedió luego de que la madre denunciara públicamente que todas las novedades judiciales por la desaparición de su hija se conocieran a espaldas de la familia. En este sentido, se mostraba molesta con el magistrado Medina.

A principios de este año, Julia Leal, la mujer que aseguró que María Cash fue víctima de trata tras vincular ante la Justicia a su ex esposo, un integrante del Servicio Penitenciario Federal fue detenida tras confusos episodios.

Leal afirmó haber visto a María Cash en una casa de Campo Quijano mientras era víctima de trata de personas, y aseguró que la joven desaparecida en julio de 2011 «nunca salió de Salta» y «no estaría viva». Además, vinculó a  su ex marido en secuestros vinculados a la trata de personas en la región.

Doble femicidio y crueldad 

Bouvier es el único familiar de las jóvenes francesas asesinadas en julio de 2011 en la villa veraniega de San Lorenzo, Salta, que ha hablado con los medios.

Bouvier se dijo obsesionado por el rostro de su hija en la morgue: «No lo olvidaré nunca. (…) El juez (francés Patrick) Ramael me ha dado otras informaciones con respecto a la autopsia que se hizo en Francia.”

Bouvier se reunió en París con la entonces presidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner. «No acuso a la Argentina. Lo sé y mi hija sabía que la Argentina es uno de los países menos criminógenos. Cassandre había ido a El Salvador y a Guatemala, países mucho más peligrosos, donde era la más prudente de sus camaradas», dijo y aseguró que recibió muestras de emoción «en cuanto fue a la Argentina».

Cuando le preguntaron por qué había elegido el nombre de Cassandre para su hija, Bouvier admitió que recordar esa elección era un «elemento perturbador» en la situación anímica en la cual se encuentra. «Cassandre, una heroína de la mitología, es la que ayuda a los hombres», dijo. Pero también fue enfrentada por eso mismo. «El nombre de Cassandre llevaba su drama», aseguró Bouvier.

Los cadáveres de Cassandre y Houria fueron hallados el 29 de julio 2011 en un paseo turístico de la Quebrada de San Lorenzo, a 12 km de la ciudad de Salta. Tenían signos de violencia sexual y habían sido baleadas. La autopsia estableció que las habían asesinado dos semanas antes.

El padre de Cassandre cree que todavía hay aspectos del crimen por esclarecer y pidió a los jueces que «se interesen en los días previos». «Me gustaría saber si Cassandre y Houria no habrían cruzado la víspera a personas que las hicieron entrar en confianza y que estarían vinculadas con su asesinato», precisó.

A la pregunta de cómo le había venido la idea del femicidio, Bouvier respondió: «Le diré algo horrible: en su rostro el impacto de una bala de pequeño calibre era lo menos visible. Lo más visible eran las huellas de golpes. La nariz rota, la mandíbula aplastada, golpes múltiples. (…) El cuerpo fue encontrado mucho tiempo después del deceso y sus ojos estaban abiertos. En su mirada había una trágica dignidad y terror. Se veía que había luchado. (…) No reaccioné como jurista que no soy, sino como un padre que vio un hecho más que violento».

«La negaron como mujer», fue su conclusión.