Familiares de los brigadistas fallecidos en Guachipas aseguran que los mandaron a morir y a salvar las “tierras de conocidos guachipeños”. Sin equipamiento específico. El ministro de seguridad dice lo contrario.

No resultan para nada extrañas las declaraciones de los familiares de estas víctimas de la negligencia y las circunstancias, porque lo mismo le podría haber pasado a cualquiera de los que voluntariosamente abandonan sus actividades cotidianas para sofocar los constantes incendios que por estos valles se suelen suceder por estas épocas.

Los padres de Valdez y Albarracín brindaron declaraciones contundentes a El Tribuno: «Son al menos unas 500 hectáreas. Allá no hay nada, no hay gente ni hay animales, ni casas en decenas de kilómetros, eso sí, en los bajos están ubicadas las tierra de conocidos Guachipeños», señalaron todavía con bronca por lo sucedido. Y es que la tragedia podría haber sido evitada si es que los responsables políticos entendieran, por ejemplo que algunas veces conviene invertir en otro tipo de seguridad, no necesariamente armando hasta los dientes con todo tipo de chiches a la policía y brindando por lo menos el equipo necesario para que los bomberos que todos los años tienen que lidiar con el fuego prácticamente con nada.

“Para qué vamos a ahondar más, no querían que veamos adónde habían enviado a nuestros hijos a morir y no querían que la prensa dé a conocer la precariedad de los trabajadores. Les aseguro -dijo Albarracín- que el equipamiento de los chicos era impresentable. Todo esto tiene responsables. La tragedia tiene culpables y todo este dolor no será en vano”.

Por ahora es poco lo que se sabe en realidad, más allá de la tragedia que implicó las muertes, y no es para menos cuando está en juego la credibilidad de un gobierno que asegura velar por los salteños, cuando con sus actos demuestra todo lo contrario. «No tenían los elementos que dicen los funcionarios ahora. Sino, por qué no dejaron ver las cosas como sucedieron, con los elementos que pudieran haber quedado luego de las muertes de nuestros hijos. Todo fue enlatado, como siempre. Nosotros logramos llegar porque vinimos amparados por la oscuridad, a la prensa la amordazaron», dijo Martín Albarracín.

Como para zafar, el ministro de seguridad tenía que decir algo, y lo que dijo fue totalmente contradictorio en relación a las declaraciones de los familiares de las víctimas: «Los brigadistas estaban perfectamente equipados y tenían experiencia suficiente», dijo Alejandro Cornejo D’Andrea horas después de acaecida la tragedia.