El gobernador Urtubey y el intendente Sáenz confirmaron el pago de un bono de fin de año para los empleados públicos pero el problema ahora lo tienen los jefes comunales del interior de la provincia. (G.T.)
A comienzos de semana el jefe de Gabinete, Carlos Parodi, dio por terminadas las discusiones con los gremios y de manera unilateral confirmó que el gobierno entregará un bono de fin de año a los empleados públicos de $3 mil en un par de cuotas, en noviembre y en enero. Para que no queden dudas de su decisión y para evitar nuevos pedidos, mandó a pagar la primera cuota el mismísimo miércoles, un día después del anuncio, y confirmó que la segunda se abonará el 17 de enero. Entre una y otra, el aguinaldo se efectivizará los días 30 y 31 de diciembre.
El hombre fuerte de la economía provincial reconoció que la situación fiscal es “delicada” y justificó así que el bono de 2016 sea apenas superior (en $75) al de 2015 pagado en tres cuotas de $975. Como sea, el aporte adicional a los empleados públicos le permite al gobernador Juan Manuel Urtubey recorrer los medios de difusión nacional como un administrador solvente que, a diferencia de la enorme mayoría de sus pares, pese al difícil año económico tiene la capacidad de atender el reclamo de sus trabajadores.
En el Grand Bourg nadie explicó en detalle de dónde salen los recursos para esa erogación y si corresponden al endeudamiento gestionado meses atrás en el mercado financiero internacional y anunciado para la realización de obras. Ya se sabe que los pedidos de informes no prosperarán en la Legislatura y que los gremios tampoco preguntarán demasiado.
Algo parecido sucede en el Centro Cívico Municipal. El intendente Gustavo Sáenz informó el lunes que “conseguimos fondos nacionales para obras estructurales” y, de inmediato, confirmó que pagará un bono a los empleados municipales. Por las dudas, en el Concejo Deliberante tampoco avanzarán los pedidos de informe al respecto y nadie sabrá si los dineros son propios, provinciales o nacionales.
Ya se informó que el pago será igual al del gobierno provincial: dos cuotas de $1.500. Al cierre de esta edición se anunció que la primera cuota estará disponible en los cajeros este sábado mientras que la segunda se hará efectiva en enero. Además, el secretario de Gobierno, Luis García Salado, descartó la baja de contratos (políticos) en la plantilla municipal. “Desde ya el intendente desmiente totalmente eso: no se dará de baja a nadie” aseguró ante la consulta por posibles rescisiones de contratos.
“Todos saben la situación financiera por la que atraviesan los municipios de la provincia y de todo el país y también saben que los gobiernos municipales son el eslabón más débil de la cadena de pagos, por lo que realizamos un enorme esfuerzo para afrontar esta decisión con recursos propios”, expresó el mandatario capitalino.
Como Urtubey, Sáenz se muestra como un administrador correcto y sensible a las necesidades de sus trabajadores. Además, destaca que su primer año de gestión finaliza sin mayores sobresaltos y proyecta su figura política a toda la provincia como Urtubey lo hace al resto del país.
Con la ciudad y la provincia más o menos en orden el interrogante se centra, ahora y como siempre, en el interior provincial. Muchos intendentes avisaron que no pueden, de ninguna manera, afrontar un pago adicional a sus empleados.
Por eso ya se reunieron con el presidente del Foro de Intendentes, Mario Cuenca, y con algunos legisladores para que consigan auxilio del gobierno provincial. La próxima semana esperan concretar una reunión con los ministros de Gobierno y de Hacienda, Juan Pablo Rodríguez y Sebastián Gomeza, para avanzar en el asunto.
Pero ya aclaran que ni siquiera saben si pueden juntar la plata para pagar el medio aguinaldo el mes próximo. “Cuando se frena la actividad económica, la gente paga menos los impuestos y de esta forma cae la coparticipación por una cuestión lógica” explicó el senador por Cerillos, Alfredo Jorge, y reconoció que así “los recursos municipales empiezan a disminuir y abonar el bono no será fácil”.
El propio Cuenca convalidó el diagnóstico, afirmó que la situación de los municipios es “muy delicada” y advirtió que “algunos intendentes pueden pagar el bono, pero otros no”. En efecto, en las últimas horas Fernando Almeda de Cafayate y Yolanda Vega de Cerrillos avisaron que no pagarán el bono. “Pagar los sueldos todos los meses es muy complejo, cada comienzo de mes es un esfuerzo muy grande. Hay que rescindir (contratos) o ir a la provincia para poder pagar los sueldos” comentó Vega y Almeda explicitó que “es imposible pagar el bono”.
En el Grand Bourg, en principio, la decisión es no soltar billete y que cada intendente se haga cargo de las consecuencias económicas y políticas de pagar (o no) el aporte extraordinario de fin de año. Pero el recuerdo del caliente verano pasado con conflictos laborales (y sociales) en Cerrillos, La Merced, Rosario de Lerma, Campo Quijano, Coronel Moldes, Vaqueros, San Lorenzo, General Güemes, El Tala, Cachi y, en menor medida, Tartagal y Orán genera dudas sobre la estrategia a seguir.
En las próximas semanas el gobernador Urtubey decidirá si, una vez más, asiste a los intendentes o si los deja librados a su suerte para recién el año próximo y de cara a un nuevo proceso electoral contenerlos económicamente.