La Provincia entregará más de 20 millones a la Municipalidad de Salta para obras que deberían finalizarse antes de fin de año. Mucho para alumbrado público y la resucitación de un convenio firmado en 2001; más evidencia de la alianza entre Urtubey y Romero. (Franco Hessling)
Esta semana se conocieron tres acuerdos suscriptos entre la Municipalidad capitalina y el Gobierno de la Provincia, a través de los cuales éste último se compromete a entregarle más de 20 millones de pesos a la primera para que ejecute obras públicas que debieran terminarse antes de fin de año. En total, el Ejecutivo provincial aportará $20.208.000 para obras en el casco histórico y para alumbrado público.
La mayor parte de esos fondos -$19.560.000- provienen del Plan Bicentenario de la Independencia que se impulsó luego de que la Provincia tomara deuda en la banca británica por 350 mil dólares. Según la ley provincial 7.931, sancionada para autorizar a la hacienda provincial a contraer el empréstito, hasta un 20% de ese crédito se empleará en los municipios para adquisición de maquinaria, equipos y obra pública. La decisión sobre en qué se destinará finalmente esos hasta 70 mil dólares para los municipios -20% del préstamo adquirido- la toman las respectivas Comisiones Departamentales, integradas tanto por los jefes comunales como por los legisladores de cada jurisdicción.
El gobierno de Juan Manuel Urtubey, mediante el Ministerio de Infraestructura, Tierra y Vivienda encabezado por Baltazar Saravia, firmó esta semana dos convenios con el intendente capitalino, otrora opositor por su salida del Partido Justicialista salteño, Gustavo Adolfo Ruberto Sáenz. Son dos acuerdos que quedaron revalidados por los decretos 1.734 y 1.736, publicados el lunes último en el Boletín Oficial de la Provincia.
Las obras estipuladas para Salta capital en el marco del Plan Bicentenario fueron aprobadas pocos días después que se oficializara la ley que determinaba qué se haría con el dinero del empréstito (ley provincial 7.931, promulgada el 7 de junio de este año). El 18 de agosto último se sancionó la ley provincial 7.939, la cual aprobaba las actas de obras y compra de maquinaria y equipamiento que las Comisiones Departamentales consensuaron con los municipios. En el principio del anexo de dicha ley se encuentra el listado de obras acordadas para Salta capital.
Con los decretos divulgados esta semana, el Municipio tiene unos pocos días hábiles para presentar la lista de personal que trabajará en las obras, luego recibirá la primera cuota de 30% sobre el total pautado en ambos convenios, y seguidamente deberá proceder al inicio de las tareas. El plazo para finalizarlas es de 90 días y, salvo el aporte de caudales, la Provincia no tiene ninguna responsabilidad en la ejecución ni ante cualquier eventualidad que pudiera surgir. De hecho, aunque la administración municipal cumpliera con los avances de obra, el gobierno de la Provincia podría demorar las derivaciones de fondos si considerara que la situación económica de Salta así lo amerita.
Iluminados
El decreto 1.734 asegura que la Provincia, vía endeudamiento internacional, aportará a la Municipalidad capitalina un total de trece millones quinientos sesenta mil pesos ($13.560.000). Las obras públicas que se realizarán con esa monstruosa cifra se titulan “Provisión e instalación de brazo de luz para alumbrado público en 853 cuadras de diversos barrios de la ciudad de Salta”. Una vez que la administración comunal eleve el listado del personal que trabajará más la planificación operativa -para lo cual tiene un plazo de menos de dos semanas-, la Provincia depositará la primera cuota del 30%. Como se ha dicho, los postes para luces públicas en 853 cuadras deberán colocarse en un plazo de 90 días, es decir, antes de fin de año.
A sabiendas que los trece millones de uno de los dos convenios se utilizarán para alumbrado público, adivine el lector en qué se emplearán los 6 millones que se aportarán según lo pautado por el decreto 1.736. No serán museos, ni playones deportivos, tampoco obras de urbanización, ni preparaciones topográficas para atender el déficit habitacional; mucho menos se promoverán espacios culturales o educativos, ni se apuntará a la infraestructura básica. En un acto evidente de malgasto, los seis millones que aporta el segundo convenio ratificado esta semana en el boletín oficial también se destinarán a alumbrado público.
No se trató de un error, tampoco pasa que las obras de alumbrado son exactamente iguales. Mientras que los primeros 13 millones y medio irán a “brazos” para el alumbrado público en más de 850 cuadras, estos segundos 6 millones se destinarán a la “provisión e instalación de alumbrado público ornamental con estilo colonial, en diferentes sectores del área centro”. Entre semejante obra decorativa y la instalación de un museo del folklore en un lugar destinado a la salud pública que impulsa el intendente Sáenz junto al senador nacional Juan Carlos Romero, la ciudad se convertirá en un polo turístico de dimensiones parisinas. Sin embargo el índice de mortandad infantil de la provincia más que francés parece bengalí (sin ir más lejos, el miércoles último se conoció un nuevo fallecimiento parvulario por malnutrición, una beba de ocho meses oriunda de Misión San Patricio, en el departamento Rivadavia).
Mentores y ungidos
Además de los dos convenios firmados entre el saenzismo y el urtubeisismo en el marco del Plan Bicentenario, a través del decreto 1.732/16 también publicado el lunes pasado, se prorrogó un acuerdo de trabajo conjunto entre Municipio y Provincia, que había sido suscripto en octubre de 2001, hace quince años.
El decreto 2.403, firmado el 12 de octubre de 2001, valida el convenio que promueve la ejecución de trabajos tendientes a la “recuperación del casco histórico” de la ciudad. La prórroga se conoció esta semana y engloba más fondos que la Provincia depositará en las cuentas de la Municipalidad. Exactamente serán 648 mil pesos, que deberán cubrir acciones hasta el 31 de diciembre próximo.
La extensión de tal acuerdo no explicita qué tipos de obras se realizarán ni tampoco cuándo se realizará el depósito. El documento de prórroga, también sellado con los arabescos del ministro Saravia y el intendente Sáenz al igual que los otros dos convenios, argumenta la necesidad de profundizar las tareas que se dieron en el marco de tal plan de recuperación, aunque no enumera los logros conseguidos en más de tres lustros desde su instrumentación.
En cuanto al camino inicial del plan de obras para el casco céntrico de la capital, cabe decir que por capricho del destino o como otra prueba de los entrecruzamientos de intereses en la casta política local, el convenio fue firmado por dos representantes aún vigentes: el senador nacional del peronismo disidente, oscilante entre Cambiemos y el Frente Renovador, Juan Carlos Romero, y el vicegobernador Miguel Ángel Isa. Este último ocupaba interinamente la intendencia, a la que accedería por voto popular en 2003, mientras que Romero fungía como gobernador. Urtubey y Sáenz reciclan acuerdos de Romero e Isa, una paradoja entre mentores y ungidos.