Un sujeto fue internado en el hospital de Tartagal luego de que tratara ingresar 45 pendrives de forma subrepticia por la frontera: los llevaba en el ano. Le decomisaron casi 1 terabyte de datos.
José Manuel Díaz (37), de ahora en más será conocido como “El chipeado” en los pasillos del hospital tartagalense, a donde llegó el fin de semana pasado luego de que lo transportaran los gendarmes de un control que realizaban sobre la ruta.
Resulta que el susodicho intentó ingresar mercadería de contrabando, pero no a la manera tradicional, como suele hacerse en el caso de dispositivos electrónicos. Sino que optó por la vía contraria al introducirse en el recto un total de 45 memorias usb de marca Kulingston: 10 de 32Gb, 10 de 16Gb, 20 de 8 Gb y 5 de 4Gb, que dieron un total de 680 Gb de datos que este hombre llevaba en el ano, según trascendió posteriormente.
“Seguro que nadie se enteraba de esto si es que al vago no lo traían de emergencia porque parece que le andaban haciendo un cortocircuito las linternas que tenía metidas en el hoyo”, comentó a El Polichombi un verdulero aledaño a la zona del hospital. Evidentemente confundiendo los dispositivos que se encontraron en el interior de Díaz, quien en un rapto de pánico se entregó a los gendarmes argumentando que fue obligado a llevar la carga.
Desde gendarmería aseguraron que al principio pensaban que se trataba de una broma de mal gusto, pero que luego comprobaron, una vez realizado el paso por el escáner correspondiente, que este hombre “estaba más chipeado que el robotcito que aparece en la Guerra de las Galaxias, el arturito”, según comentó por lo bajo uno de los gendarmes intervinientes en el decomiso.