Ángel Torres, el estratega del romerismo durante décadas, parece haberse evaporado. Hay quienes aseguran que luego de acusaciones que Julio San Millán le realizara en presencia del propio Romero, el poderoso operador pegó el portazo. Torres ya protagonizaba tensas relaciones con parte del entorno de Romero.
Lo único cierto por ahora es que a Ángel Torres no se lo ve por Salta. Hasta hace pocas semanas referentes vecinales que participaban de reuniones proselitistas, relataban su sorpresa de tener frente a ellos a quien fuera el poderoso secretario personal de Juan Carlos Romero durante sus doce años de gobierno; el mismo que había desaparecido de la provincia luego de que el exgobernador dejara el cargo y que reapareció en Salta en septiembre del 2013 para tomar el control de la campaña luego de que en las primarias de agosto, el romerismo vernáculo dejaran al jefe con un pie afuera del senado. Entonces llego Torres que con aceitados contactos con las cúpulas políticas y los factores de poder, terminó garantizándole a Romero una remontada de votos que permitió que sin sobresaltos fuera reelecto senador nacional.
Cuando Torres se instaló en la provincia a principios de año, el activo político entendió que el anunció de Romero por disputar la gobernación era real y que la estrategia ya tenía el sello de Torres: garantizar un triunfo lo más amplio posible de Romero sobre Urtubey en la capital salteña y achicar al máximo la diferencia en el interior donde el actual gobernador siempre cosecha la mayoría de sus votos. Para ello, el acuerdo electoral con Alfredo Olmedo resulta clave. En ese marco general, Torres encabezaba el “Comando Capital” que empezó a recorrer los barrios capitalinos y a reunirse con distintos sectores políticos y de la sociedad civil. Según los referentes vecinales, hace un par de semanas que Torres no aparece por ningún lado. La ausencia prolongada y las versiones que señalaban que la relación de Torres con parte del entorno de Romero distaban mucho de ser armoniosas, empezaron a dar fuerza a los trascendidos que aseguran que el primero habría dado un portazo al romerismo.
Según las versiones recopiladas por este medio, lo que habría desencadenado todo fue una áspera reunión del Comando General de la Campaña a la que había asistido el mismo Juan Carlos Romero y una veintena de sus principales espadas. En ese encuentro, Julio Argentino San Millán le habría enrostrado a Torres distintos tipos de acusaciones relativas a la campaña. El considerado Maquiavelo de Romero, evitó enfrentar dialécticamente a San Millán en ese momento y lo que si hizo fue otra cosa: presentar en el Teatro del Huerto ante más de 700 dirigentes de Capital el Plan de Emergencia que encabezó el mismo Juan Carlos Romero; y durante la noche del día siguiente hacer sus valijas y marcharse. Desde entonces, no se lo ve por Salta.
Nadie sabe decir si se esta tomando unas breves vacaciones o si sus vínculos con Juan Carlos Romero se han roto definitivamente después de décadas de estrechas relaciones de poder. De lo que nadie duda, en cambio, es que el hombre que encabezo la arremetida contras el poderoso operador, Julio San Millán, no tiene el espinel para convertirse en el nuevo hombre fuerte del romerismo. Es más, para muchos Julio San Millan ni siquiera es el ideólogo de la arremetida sino un brazo ejecutor de una idea pergeñada por algunos de los miembros de la estrecha mesa chica de ese espacio. Lo cierto, sin embargo, es que Ángel Torres parece haber sido desplazado de su jefatura política capitalina y que ha desaparecido de los lugares de la provincia que solía frecuentar.