Con las únicas excepciones del “Ciego” Costello y del “Mecha” Parodi, todos los exministros del gabinete provincial fueron designados ya en otros cargos de la administración pública. (Gonzalo Teruel)
Pocas horas después de las elecciones legislativas, ya con la dolorosa derrota sobre el lomo y con su proyecto presidencial herido de muerte, el gobernador Juan Manuel Urtubey tomó una drástica determinación y pidió la renuncia a todo su gabinete de ministros y secretarios. Confundido, mitad enojado y mitad triste, emparentó la oprobiosa derrota electoral con la anodina gestión de su gobierno. “Así como yo siempre que ganamos digo ‘el equipo que gana no se toca’ el gabinete entendió que tenemos que ir hacia un profundo cambio” explicó ante los medios de prensa, provinciales y nacionales.
Varios días después confirmó la salida de sus más influyentes colaboradores, el jefe de Gabinete Carlos Parodi y el ministro de Gobierno Juan Pablo Rodríguez, y de algunos funcionarios más. Más aún, a tono con el discurso de “austeridad” que repite el gobierno nacional de Mauricio Macri, prometió la “reducción de un 20% de las estructura a nivel de ministerios, secretarías y subsecretarías” y confirmó la salida de Eduardo Costello de Trabajo, Javier Montero de Ambiente y Producción Sustentable, Mariano Ovejero de Cultura y Turismo, Pamela Calletti de Derechos Humanos y Justicia, Sebastián Gomeza de Hacienda y Luis Gómez Almaraz de Asuntos Indígenas, entre otros funcionarios.
Y en su discurso durante el acto de asunción de los nuevos ministros repitió la reducción (eliminación y/o fusión) de 14 a 12 ministerios y de 55 a 44 secretarías de gobierno como mensaje de “austeridad y eficiencia”. “Que la austeridad de la gestión no sea sólo gestual sino algo con sentido” pidió a su nuevos funcionarios. Pero tal austeridad duró lo que sus palabras. Apenas al rato los funcionarios salientes, responsables según el propio Urtubey de la derrota electoral y de las dificultades económicas de la provincia, ya estaban de nuevo tras un despacho de gobierno.
Sin que se les conozcan mayores méritos, Calletti fue designada al frente de la Fiscalía de Estado y Montero a cargo de la Sindicatura General de la Provincia mientras que Gómez Almaraz fue investido como secretario de Legal y Técnica. Rodríguez fue nombrado delegado de la Casa de Salta en Buenos Aires y Gomeza director de Aguas del Norte. Y, según se supo, Ovejero tendrá un cargo en el Ministerio de Turismo de la Nación dónde ya presta funciones desde hace casi un par de años el ex secretario salteño del área Fernando García Soria.
Por ahora, salvo Carlos “Mecha” Parodi y Eduardo “Ciego” Costello, todos los funcionarios salientes ya tienen nuevo conchabo en la administración pública provincial. Un par de casos más revelan la absoluta falta de correspondencia entre el discurso gubernamental y la realidad: los malamente derrotados en las últimas elecciones legislativas Lucio Paz Posse y Matías Assennato también fueron designados en despachos de gobierno: el ex secretario de Asuntos Agrarios es el nuevo presidente de la empresa pública Aguas del Norte y el ex secretario del Área Metropolitana es el flamante director del Registro Civil.