Un nuevo sector asoma en la UCR provincial. En la semana difundieron un documento al que titularon “Siempre estuvimos. Hoy somos opción” que adelanta la pretensión de competir en las PASO de agosto.
El documento en cuestión está suscripto por una veintena de dirigentes pocos conocidos aunque definitivamente decididos a participar electoralmente. Transcribimos a continuación el documento cuyo título ya mencionamos:
“Salta, la de las casitas viejas, de los apacibles domingos clericales, de gauchos de andar cansino, la colonial tiene su correlato en el poder. Provincia donde nada puede perturbarse, incluso el estatus familiar ni sus abogados del poder. En más de treinta años de recuperar la democracia la gente opina, siente que “todos los políticos son iguales”. Y se equivocan. Son los mismos.
Muestra de aquello, solamente dos personas gobernaron la provincia veintidós años (aún quedan dos más), mediante un partido político que lo hizo durante treinta años! Un ejercicio del poder que combina perversamente lo feudal y oligárquico, mediante un partido cargado de simbología “popular”.
La Unión Cívica Radical, nuestro partido, a través de sus autoridades ha dado señales de la intención de integración de aquel esquema de poder (aunque lo niegue) que nosotros denunciamos. Felizmente, las intrigas propias del sistema culminaron en traición. El poder local está mutando solamente en su aspecto, en la forma. Pero los beneficiarios directos y sus testaferros de corte se siguen conservando. La intriga es inmutable.
Los viejos ricos empobrecidos han resucitado de la mano de los nuevos enriquecidos de la corrupción del Estado. Las ficticias “nuevas caras” sonríen abrazadas a aquellas ‘vintage’ y naftalina. El sistema se reajusta en los también ficticios frentes, con supuestos nuevos actores y falsas oposiciones. Y la vieja consulta obligada: ¿Se ríen “de” o se ríen “con”? Solamente el más de un millón de salteños posee la respuesta y no lo sabe o no lo cree.
Pero esto es sólo un diagnóstico, una lectura de fotografía. Sostenemos que el futuro es otro y será nuestro. De los que vivimos con la “esperanza”, de los que “salimos de vacaciones… y nos quedamos en Salta”, de los pacientes que esperamos la salud, la educación y la justicia y que algo cambie. También pretendemos que sea de los que expresan desalentados “yo igual debo trabajar”, permitiendo involuntariamente una democracia que deshonra a los luchadores que la reconquistaron y a ellos mismos.
Hemos decidido rescatar al radicalismo popular, el del compromiso social, de la ética, del convencimiento de la importancia de las instituciones republicanas, el partido de aquella bandera rosa, verde y blanca. Decidimos rescatar a la Unión Cívica Radical como herramienta para salvar a una Salta ahogada en corrupción, la que abandona al menos favorecido, la que educa con calidad a algunos, la que cura a los pocos, la que tiene sin trabajo a la cuarta parte y humilla a la mitad con la precarización de los que nunca podrán jubilarse, los que desconocen una obra social.
Muchos de nosotros venimos de la actividad gremial en la defensa de los trabajadores, pero también los desocupados reclaman a nuestro lado la justicia que se les debe, el derecho que la Constitución les otorga. Estamos convencidos que desde el Estado emergen las herramienta con la que se consigue la equidad y el bienestar social. Pero hoy ese Estado ha sido cooptado por esa oligarquía que subsume a los salteños a una de las cuatro provincias más pobres de la Argentina.
No nos invade la soberbia ni el sectarismo y menos la revancha, por lo que hacemos un llamado a todo ciudadano “de buena voluntad”, que quiera aportar al final de ésta provincia de los pocos, a aunar esfuerzos, compatibilizar posturas y fortalecer principios morales para ese logro. Venimos, como muchos, de años de militancia y compromiso sociales. Sufrimos, como todos, la política de aquellos pocos enriquecidos con el esfuerzo de todos”.