La Corte de Justicia de Salta, de forma dividida, falló a favor de la empresa Nitratos Austin, que inició una demanda contra los vecinos de El Galpón por el impedimento que se produjo durante el “Tranquerazo”. La empresa pide un resarcimiento económico: cuatro jueces de la Corte estuvieron de acuerdo. Por: A. Palacios
En el año 2014, los vecinos de El Galpón, en conjunto con organizaciones políticas y ambientalistas, iniciaron una protesta en contra de la instalación de Nitratos Austin por considerar que atentaría contra la salud ambiental del lugar. Por ello, la misma empresa inicio una demanda contra los vecinos y contra la provincia en la que exigieron un resarcimiento económico por no haber podido ejercer su actividad durante el tiempo que se extendió la protesta.
La Corte de Justicia, luego de que el año 2017 el abogado de los vecinos consiguiera en primera instancia un fallo de caducidad de plazos, ahora resolvió a favor de la empresa, permitiéndoles continuar con el proceso judicial. El fallo fue dividido, por cuatro a favor y tres en contra (fallo 39.929/18).
Teresa Ovejero, Guillermo Catalano, Pablo López Viñals y Leonardo Rubén Ananíbar, quienes votaron a favor, dictaminaron que “se advierte que de las constancias de la causa surge la existencia de actos de impulso procesal, que poseen aptitud suficiente para interrumpir el curso del plazo de caducidad”. A su vez, los magistrados reconocieron que “debe repararse en el carácter restrictivo con que debe interponerse la perención (…) y apelaron a la Corte Suprema de Justicia de la Nación alegando que la caducidad representa “una instancia de modo anormal de terminación del proceso y de interpretación restrictiva, la aplicación que de ella se haga debe adecuarse a ese carácter sin llevar excesivo ritualismo el criterio que la preside (…)”.
Por otra parte, el resto de los miembros de la Corte, Ernesto Samsón, Sandra Bonari y Sergio Fabián Vittar sostuvieron que “siguiendo el criterio sentado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dicho escrito de ampliación de demanda reviste idoneidad para interrumpir el curso de la caducidad, en la medida en que modifica la presentación originaria con la ampliación de la prueba ofrecida y con ello activa al procedimiento”. Los mismos miembros señalaron que dada las instancias previas que atravesó el proceso judicial, “es menester que las partes activen la prosecución de la causa a efectos de que se cumplan las diversas etapas para concluir por medio de la sentencia la cuestión debatida”. También hicieron referencia a que existió una demora que no fue razonable y que puede ser definida como una “procesión que no avanza”.
La defensa de los vecinos
Según comentó a nuestro semanario, Luis Segovia, abogado de los vecinos de El Galpón, la justicia salteña salió en defensa de la empresa “como si fuese un sujeto vulnerable”, pese a haber dejado vencer todos los plazos establecidos.
“Austin tiene el poder económico para pagar al estudio jurídico mejor relacionado en Salta, por lo cual, no se le puede permitir que después de haber cometido tantos errores y dejado vencer todos los plazos siga litigando”, dijo.
“Pareciera ser que no es una típica demanda por daños y perjuicios de una persona contra otra, acá está el poder económico multinacional demandando a vecinos y dando un mensaje totalmente antidemocrático para nuestra sociedad y el poder judicial de Salta le permite hacer eso”.
Graciela Rivadeo, vecina de Metán, sostuvo que el fallo de la Corte «es una bofetada más de la Justicia y del poder político». Planteó que tienen miedo a la contaminación de la empresa. «Somos gente humilde que vivimos de nuestro trabajo. Austin pide que se le pague cuando estamos defendiendo nuestra vida, nuestra salud», manifestó.
«Austin sigue sin licencia social», afirmó la vecina. Recordó que en su momento realizaron muchas peticiones para que los reciba el gobernador Juan Manuel Urtubey pero que jamás los atendió. «Vengo de un pueblo de Metán que va a ser afectado por la contaminación. Nos envolvieron cuando llegaron diciendo que era una fábrica de nitrato para fertilizante, pero es una petroquímica que trabaja con amoníaco, ácido nítrico con lo que se hace nitrato de amonio que irá destinado a explosivos para detonar montañas en la megaminería», manifestó.
La Puló
Se los tiene conceptuados como excelentes profesionales, salvo por aquellos que se dan cuenta que siempre ejercen la defensa de grandes empresarios y políticos de renombre, que persisten en deambular por los bordes de lo lícito.
El estudio está ubicado en la calle Gabriel Puló 40, un pasaje atrás del club 20 de Febrero. “Años atrás, cuando era diputada solicité un pedido de informes porque se rumoreaba que el estado le pagaba el lugar donde funcionaba el estudio jurídico pero nunca lo contestaron”, le comentó este fin de semana a “Cuarto Poder” la abogada Liliana Mazzone.
Eduardo Aguilar y Carlos Hernán Cúneo son parte del buffet de abogados, y quienes dejaron vencer todos los plazos en la causa en defensa de la poderosa multinacional pero finalmente perdonados por la Corte salteña.
Cúneo, pese a su corta edad, tiene todos los rasgos de la exigencia impaciente hacia terceros, la que muchos asumen como una de las prerrogativas que ofrece codearse con el poder. No sólo se ocupa de tareas a las que otros rehúyen en el derecho, sino que suele justificar el malestar que amplios sectores del periodismo mantienen con aquellos a quienes consideran algo prepotentes, ante la menor difusión de noticias no tan del agrado de sus clientes. Un botón de muestra es la carta documento enviada a la periodista Claudia Álvarez Ferreyra por publicar comunicados de los activistas.
“Se van a llevar una sorpresa si investigan cuantos juicios contra la provincia se arreglaron y del otro lado estaba el estudio jurídico de Aguilar”, adelantó la ex diputada provincial Mazzone.
Eduardo Aguilar, es el otro abogado de Austin. Además de su faceta de profesional, es socio en una firma con Cúneo y en otra con Mariano Beccar Varela, uno de los principales desarrolladores inmobiliarios de la provincia.
De a poco se le empezaron a embrollar las cosas al grupo de abogados que suele cargar con el sanbenito de andar con la dinámica de quien presupone a todo camino por recorrer como si fuese en nada ripioso.