El dato es aportado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.

Durante este año cerraron, en promedio, nueve locales comerciales por cuadra en todo el país. El dato resulta de la proyección de una encuesta realizada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). La entidad estima que, por la cuarentena, cerraron 90.700 locales y 41.200 pymes y quedaron afectados 185.300 trabajadores.

Los rubros con más cierres fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar. Las más perjudicadas fueron las galerías comerciales, mientras que la Patagonia fue la región más afectada. El porcentaje de comercios cerrados asciende a 15,6 en todo el territorio nacional.

El relevamiento fue realizado entre el 1 y el 18 de diciembre en 39 ciudades de las 23 provincias del país y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con un equipo de 33 encuestadores, se relevaron 82.629 comercios en 1500 calles. De ellos, 12.843 estaban cerrados y vacíos, afectando a 28.300 empleos. No hay registros de que esos negocios se hayan mudado a zonas más económicas.

“El cierre masivo de locales fue una de las consecuencias graves que dejó la cuarentena”, explican desde Came. La tasa de mudanza registrada apenas llega al 0,3%. Es decir, la crisis fue tan profunda que los comercios ni siquiera pudieron compensar mudándose a zonas más baratas, como suele suceder en períodos recesivos.

Las cinco provincias más afectadas por los cierres resultaron: Chubut, con una tasa de 34%; Córdoba, con 25.4% de cierres; Neuquén, con 25.2%; Tierra del Fuego, con 21.2% y Santa Cruz, con una tasa de 18.8%.

La Patagonia resultó ser la región más afectada, con 22,7% de locales cerrados. En cambio, el NOA fue la zona menos perjudicada, con 11,5%. En el caso de las galerías, hay provincias como Chubut con el 77,6% de locales cerrados; La Pampa con 63,6% o Formosa con 55%. En el otro extremo se ubica Salta con solo 9,1% o Corrientes con 10,6%.

“Aunque por el alcance de este relevamiento no pudo cuantificarse, se dio el fenómeno de que, en las ciudades medianas y chicas, donde la gente se conoce, muchos locales y pymes cerraron y pasaron a la informalidad”, consigna el informe de Came. Es decir: muchos comenzaron a vender en sus casas o por redes, aprovechando que sus clientes y la comunidad los conocen y rápidamente ubican su nuevo punto o modalidad de venta.

“No todas esas pymes darán de baja sus CUIT”, señala el resumen de los resultados. En base a este dato, Came espera que “en los próximos meses, si todo se normaliza, de a poco vuelvan a reaparecer un porcentaje de ellos en la misma u otra actividad”.