En diciembre de 2023 Horacio Daniel Marín llegó al cargo de presidente y CEO de YPF. Pretende potenciar la producción de gas y petróleo.
Horacio Daniel Marín, seleccionado por el gobierno de Javier Milei para estar al frente de YPF, es un ingeniero químico graduado de la Universidad Nacional de La Plata. Posee una maestría en Ingeniería del Petróleo de la Universidad de Texas y completó un programa ejecutivo en la Universidad de Stanford. En la industria, es reconocido por su liderazgo en el proyecto gasífero del yacimiento Fortín de Piedra en Vaca Muerta.
En una entrevista con diario LA NACION, Marín enfatiza que su participación no está motivada por la política, sino por el deseo de mejorar la situación de YPF. Su objetivo es convertir a YPF en una empresa exportadora y contribuir al desarrollo de Argentina a través del éxito de Vaca Muerta.
Dijo Marín en la entrevista:“No vas a poder creer de dónde sale el petróleo y el gas. De acá adentro. Es impresionante. Esto está a 30 cuadras de profundidad. Ahí abajo tenés una presión más alta que la explosión de Chernóbil”.
Vaca Muerta representaría, según lo estimado por actual presidente de YPF, una enorme oportunidad para Argentina. Con una extensión considerable en las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, este yacimiento posee vastos recursos de petróleo y gas que podrían abastecer al país por décadas. Se vislumbra la posibilidad de convertir a Argentina en un exportador de hidrocarburos, generando excedentes significativos y reduciendo la dependencia de importaciones en este sector.
Sin embargo, para lograr su pleno potencial se requieren inversiones considerables y un cambio en las condiciones, como la adecuación de los precios internos a los estándares internacionales para atraer inversores extranjeros. Se destaca el papel fundamental de YPF en este escenario, con el potencial de impulsar un cambio significativo.
Los desafíos que se plantean en YPF son dos proyectos fundamentales, más allá de las numerosas consideraciones técnicas. El primero consiste en aumentar significativamente la producción de petróleo mediante el aprovechamiento de las reservas de Vaca Muerta. El segundo desafío radica en impulsar el desarrollo de la industria petrolera y gasífera en Argentina, fomentando la exportación de estos recursos. Se vislumbra la posibilidad de convertir a Argentina en un importante exportador de energía en un plazo de cuatro o cinco años, lo que implicaría un impulso colectivo para el país.