Terrenos en remate, amenazas, intentos de desalojo y discriminación racial, son algunos de los elementos en la discordia de un paraje histórico del Departamento San Martín, en el que la iglesia denomina “paganos” a la comunidad originaria guaraní.

Por Mario Flores

A diez días de hacerse pública la supuesta amenaza de muerte contra el sacerdote Rubén Sica, Guardián del Santuario Virgen de la Peña, ubicado en el paraje Yariguarenda, a 13 kilómetros de la ciudad de Tartagal, seguida de la sucinta secuencia de noticias lo suficientemente viral para los medios locales y provinciales, así como para los canales de rotación nacional, se pronunciaron públicamente tanto el fraile como su defensa. La “carta” (anónima y manuscrita) que el sacerdote encontró en el patio de su casa, fue el punto de partida para una cuantiosa pronunciación mediática por parte de feligreses, servidores del santuario, así como instituciones públicas y privadas (y también por parte de la comunidad guaraní de Yariguarenda) cuyos comunicados oficiales hacían hincapié en resolver los problemas mediante el diálogo y no con amedrentaciones. Desde la Sociedad Sirio Libanesa hasta la Municipalidad de Tartagal (sin mencionar los cientos de comentarios de usuarios de Meta, ahora devenidos en opinión pública o guardaespaldas espirituales vía oración virtual) instaron a que la Justicia investigue las causas y los mecanismos por los cuales se dio la supuesta intimidación, mientras que uno de “líderes religiosos más importantes que tiene Salta”, “tesoro del Norte”, permanece con custodia policial.

Rubén Jesús Sica, quien llegó al paraje Yariguarenda aproximadamente hace veinticinco años (miembro de la OFM, en este caso, de la Provincia San Francisco Solano, que incluye las parroquias de Tartagal y Aguaray), encontró en el patio delantero de la casa donde reside -y que funcionaba en años anteriores como casa de formación de postulantes y novicios- una nota que lo impelía a retirarse del paraje. “Cura hijo de puta, te vamos a cagar matando. Dejá de joder con nuestras tierras. Seguí metiendo y sabés lo que te vamos a hacer (sic). Andate del paraje. Vos y la iglesia váyanse a la meirda. Te vamos a matar si seguís jodiendo. Te vamos a meter preso y te vas a morir. Preso y muerto”.

Su representante, el abogado Rambert Ríos, apuntó contra la comunidad guaraní que reside en el paraje ubicado sobre ruta nacional 34: “Hace quince años ahí aborígenes no existían, y los famosos autoproclamados aborígenes aparecen recién en la década del noventa en adelante y pretenden declarar todo esto como de uso comunitario alegando ser aborígenes. Acá hay usurpadores de terrenos: el autopercibirte aborigen no te hace aborigen. ¿Desde cuándo son ellos originarios?”, declaró a los medios locales, haciendo referencia, en realidad, al año en que se firmó la personería jurídica de la Comunidad Guaraní Yariguarenda (1998), no significando esto una evidencia de la inexistencia de los pueblos ancestrales en el paraje emplazado en la biósfera de las yungas.

Tal como figura en el Programa Nacional de Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, la Comunidad Guaraní Yariguarenda está registrada en la personería Jurídica N° 0213, y su comunidad está compuesta tanto por criollos como habitantes nativos de la comunidad originaria reconocida como preexistente a la formación del Estado Nacional. De igual modo, la Constitución de Salta en su art. 15.1 reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas que residen en su territorio; las formas de organización de las propias comunidades; la posesión y propiedad comunitaria de las tierras fiscales que tradicionalmente ocupan, asegurándoles participación en la gestión referida a sus recursos naturales y demás intereses que los afecten.

Es por ello que la aparición de esta denominada amenaza de muerte, de puño y letra de alguien, según Rambert Ríos, “que no es una persona de un nivel educativo alto”, identificando esto como un común denominador a la hora de aludir patrones o estándares étnicos, llega en el contexto de una larga causa cuyo tema central es el remate de la Finca Yariguarenda plano N° 1004/catastro rural 16.448. El Juzgado Federal de Tartagal hizo lugar al recurso de amparo presentado por la comunidad guaraní Yariguarenda con el apoyo de la Organización de Mujeres Indígenas ARETEDE para frenar el remate del territorio impulsado por el Banco Nación. En dicha resolución se afirma que “podría quedar la Comunidad de Yariguarenda sin el pleno goce de los territorios que aquí expresan ocupar tradicionalmente, la cual podría derivar en consecuencias muy gravosas no solo en cuanto a lo que territorialmente se refiere, sino porque en ellos se desarrolla en gran parte el centro de vida social, económico y cultural de los miembros de la misma”. Esto impele a prestar urgente atención tanto al ecosistema natural como a la supervivencia de una comunidad como tal: su correcta funcionalidad de equilibrio con la biósfera, y de acuerdo a una consciencia ecológica que reconoce la emergencia de salvaguardar la flora y la fauna autóctonas.

En una entrevista por parte de Silvina Gutiérrez para el medio audiovisual Mosconi TV Color, se le pregunta a Rambert Ríos sobre el estado anímico del sacerdote dándole una dimensión pública al ámbito de su carácter. El abogado escoge citar el tercer capítulo del Apocalipsis: “Los tibios serán vomitados”, en consonancia con “Tener carácter fuerte es propio de una persona”, casi vaticinando, a través de otras exuberancias dialécticas en el cuadro de supuestas “innumerables antecedentes de amenazas contra el padre”, el futuro de otra práctica de índole policíaca y anti indígena: “Voy a pedir pericia caligráfica a todos los habitantes en ese paraje”.

Y en referencia al tono distópico del apocalipsis bíblico citado previamente, es necesario entender la estructura de estos discursos de poder que operan sobre lo racial, lo clasista y hasta en términos de proselitismo religioso si se toma en cuenta la mediatización parcial y la reproducción de las condiciones para que se produzcan actos y crímenes de odio, ya que su propósito alberga, muy por el contrario a la prédica dominante, consecuencias oscuras para todo ecosistema donde se alberga vida silvestre, familias con ancianos que son antiguos residentes, niños y adolescentes.

El Banco de la Nación Argentina apeló la medida judicial cautelar que frena el remate con la intención de dar continuidad a la venta del territorio al único oferente que se presentó a la convocatoria: una empresa de turismo privada que busca erigir, en el territorio que resguarda ancestralmente la comunidad, un proyecto de turismo con fines de lucro que no casualmente apela a las necesidades del turismo religioso impulsado por el santuario dos veces al año, en una multitudinaria peregrinación. La empresa en cuestión, Tar Tur S.A.S., cuyos accionistas mayoritarios son los empresarios Dante Galeano y Gabriela Martinich. Este tipo de fantasía deforestadora no solamente generaría un impacto negativo a largo plazo en la naturaleza y los habitantes del paraje, sino que no es casual que, en territorios de frontera, se instalen relatos de emprendimientos cuyo futura concreción supone progreso y beneficio para los residentes del lugar, cuando en realidad responde a su posicionamiento de no personas: elementos que no producen según el plan de la institución -o corporación- religiosa.

Sostienen los antropólogos sudafricanos Jean y John Comaroff, que “el concepto de etnicidad ha sido usado de manera diferente a nivel popular. Pero la incorporación del marketing a la etnicidad tiene que ver con cambios en la naturaleza del mercado y del trabajo, pero también con un proceso de convertir ciertos fenómenos en mercancía. Cada vez se convierten más y más cosas del mundo en mercancía: la cultura, la ética, la raza, etcétera. Vemos un proceso por el cual la gente trata de hacer política y, al mismo tiempo, ganarse la vida con este fenómeno. Pero muy pronto eso se convierte en una mercancía que el capital competitivo trata de apoderarse. O sea que, a largo plazo, no es sustentable. Para prosperar, el capital corporativo debe excluir. Y cuando el grupo se transforma en una mercancía, es más la gente que queda excluida que la que es incluida. Finalmente, termina haciendo lo que hace el capital: replica las desigualdades en su interior. Es un fenómeno complicado ya que los sectores más desposeídos son los que más retienen la conexión emocional con la identidad”.

En la misa del primer domingo de cuaresma, Rubén Sica tomó la palabra luego de la lectura del Evangelio, dando inicio a una homilía de cuarenta minutos en la cual ratificó su investidura a la vez que se posicionó como eje central de una narrativa de la megalomanía: “Muchos medios periodísticos están esperando mi palabra, lo digo porque todo el país estaba esperando mi homilía y esta misa”. “Lo que he experimentado es una presencia de Dios y de la Virgen, en medio de la persecusión, la mentira, difamación y destrucción que pretenden de mí: la amenaza de muerte”. Sin embargo, el fraile añadió un cargo hasta el momento no incluido en la secuencia de conspiración, una acusación que salió a la luz recién ahora, que oscila entre tierras y el sueño guajiro de hacer turismo de camping católico en reservas naturales dentro de territorios ancestrales: “El querer inventarme una acusación de abuso sexual para que me lleven preso. Qué fácil hoy en día ¿no? Acusar a un cura de abuso sexual, tenemos tan buena fama que todo el mundo lo creería. Qué fácil es destruir a una persona”.

Uno de los primeros antecedentes en esta puja por delimitar verdades en base a litigios de parcelas es la demanda de desalojo y acusación de ocupación clandestina de Fray Rubén Sica contra Natalia Valdez. Siendo ella representante de la Cooperativa Turismo Rural Comunitario, defendió el trabajo realizado, refacción y acondicionamiento por miembros de la comunidad que pertenecen a la cooperativa para la apertura de un centro de atención al visitante inaugurado el día sábado 16 de diciembre del año 2017 (cuya apertura fue bendecida por el susodicho sacerdote), una pequeña edificación que justamente se encuentra apenas ingresando el portal que indica los “dominios” del santuario, que en realidad exceden su correcta medida parcelaria. Mucho antes de la cancha de fútbol y de la casa de formación, mucho más lejos, sin duda, del templo en sí mismo. Sin embargo, la fecha de audiencia estaba prevista para el 6 de diciembre de 2023, y en la actualidad la demanda fue archivada por orden del Vicario Provincial de la Provincia San Francisco Solano de la OFM, Fray Claudio Darío Equiza, sin resolverse aún el conflicto.

En su comunicado por la paz y en todo pronunciamiento oficial, la Comunidad Guaraní Yariguarenda expresó abiertamente su compromiso y trabajo por la paz, la justicia y la convivencia armoniosa en reciprocidad de nuestro buen vivir: “Abrazamos el respeto, la diversidad cultural, étnica y religiosa. Exigimos nuestro derecho a ser tratados con el mismo respeto y no ser foco de acusaciones racistas que nos exponen a violencias y atentan con nuestra integridad”.

Pero, lejos de aquel tono pacificador, desde el púlpito, Sica califica a este “grupete” de “desgraciados”, “mala gente”, “teatreros que se van a los medios de comunicación y escriben y difaman diciendo que son pobrecitos atropellados”, “mitómanos que por sus propósitos oscuros han optado por el camino del mal: el del lavado de cerebro, convertidos en paganos que creen en los dioses del monte y espíritus ancestrales”. “Mucha de esta gente que puso en jaque mi vida han sido como mis hijos, hace 25 años que estoy acá, imagínense si no he visto crecer a esos mocosos: no se le muerde la mano al que te da de comer”. En consonancia con el paternalismo eclesiástico y los epítetos colonizantes sobre la cultura ancestral de los pueblos originarios, su sistema de ética y creencias además de las prácticas y costumbres que se transmiten de generación en generación, asegurando un padrinazgo moral y material gracias al cual las infancias de la comunidad Yariguarenda tuvieran acceso a la salud y la escolaridad. “Los que sabemos por experiencia de exorcismos, con el diablo no se dialoga jamás”. “Le dejo este mensaje a esta gente que me amenaza: si me matan va a ser peor porque no me voy a ir nunca, me van a enterrar acá para siempre y ahí sí que voy a actuar con todo el poder de Dios y también haré muchos milagros”, cerró la homilía, vaticinando su futura condición de mártir y segura canonización.