Sostiene el diario El País de España. El viernes hay un vencimiento de bonos por 503 millones de dólares. Qué dicen los medios del mundo sobre la situación de nuestro país.

“Ya nadie confía en que Argentina pueda evitar el default. El viernes hay un vencimiento de bonos por 503 millones de dólares y los acreedores saben que no cobrarán. Sin embargo, tanto el Gobierno como los tenedores de bonos se declaran dispuestos a seguir negociando más allá de esa fecha. Si los acreedores no recurren a los tribunales neoyorquinos y mantienen el diálogo con las autoridades argentinas, el default, el noveno en la historia del país, puede ser reversible”, aseguran desde el País de España.

En tanto que desde El Mundo sostienen: “El derrumbe del peso se acelera en Argentina. Desde la declaración del confinamiento, la moneda argentina se cotizaba a 85 por dólar, y menos de dos meses después ya se necesitan 138 pesos para comprar un billete de la moneda norteamericana (…)La obsesión de los argentinos por el dólar es proporcionalmente inversa al aprecio que le tienen a su moneda nacional: desde el regreso de la democracia en 1983 hasta hoy, el peso perdió diez ceros en un país que vivió dos hiperinflaciones y que hoy sufre una inflación superior al 50 por ciento anual. En una semana, el 22 de este mes, vence el plazo que el gobierno argentino le dio a los acreedores privados para canjear sus bonos. Hay temor en el mercado de que la Argentina vuelva a caer en cesación de pagos, como ya sucedió en la crisis de 2001”

Desde el The New York Time señalaron:

Pero para bailar este tango del default hacen falta tres. El gobierno dice que su oferta a los bonistas sigue los criterios de sostenibilidad que fijó el FMI, el tercero en discordia. La propuesta que presentó el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, un discípulo intelectual del Nobel de Economía Joseph Stiglitz, incluye un recorte pequeño del 5,4 por ciento en el capital de los bonos y otro significativo de 62 por ciento en los intereses, además de un período de gracia de tres años. Recién a partir de 2023, el país empezaría a pagar intereses del orden del 0,5-0,6 por ciento y luego la tasa crecería gradualmente en los años siguientes. El FMI no niega que esa hoja de ruta, que ahora tiene que ser ajustada, tenga su bendición.