La policía de Salta vuelve a sus andanzas. El fin de semana pasado molieron a golpes a un niño de 12 años tras confundirlo con otra persona e intentaron plantarle un cuchillo para justificarlo. En Orán la edad de los torturados cada vez es menor.
El muchachito en cuestión había asistido a una fiesta por la primavera en su escuela, General Pizarro. Cuando retornaba a su hogar en horas de la tarde decidió realizar un desvío para visitar a su abuela, en ese camino observó que algunos otros jóvenes estaban en medio de una gresca con la policía, entonces decidió esquivar aquel camino optando por ir hacia la casa de una tía que vive cerca de ese lugar (Pasaje Siria) y para cuando pudo darse cuenta ya estaba en la parte trasera de una camioneta del 911 recibiendo golpes por parte de los uniformados que, entre insultos y amenazas, lo inculpaban de ser el dueño del arma blanca que los canas tenían en su poder.
“¿Qué miras hijo de puta, vos tenés papá y mamá?”, es una de las frases que consta en la denuncia radicada por la madre de este menor, que luego de ser golpeado por un rato, y tal vez al darse cuenta los canas que se habían mandado un moco grande, fue llevado hasta el médico correspondiente para que le hagan una revisión que al parecer fue bastante superficial, según denunció la madre; a esto hay que sumarle las amenazas de los azules para que el chico no hable de la golpiza: “Si hablas, ya vas a ver, otra cagada tenés por seguro”.
Luego de la revisión fue llevado a la comisaría 20 y de ahí entregado a su abuela. Al chico lo notaron tembloroso y adolorido una vez que ya estaba en la casa y fue ahí que su madre decidió realizar esta denuncia. El muchacho dice que no sabe el nombre de los policías que lo golpearon pero que puede reconocerlos si es que los ve. “La policía debe estar para actuar contra los delincuentes, y retenerlos si es necesario, pero no para golpear a nadie. Quiero que se haga justicia por mi hijo, porque soy una madre que me dedico a mis hijos y no es justo que esto nos haya pasado”.
Hace un tiempo algunos lectores se ofendían por una nota en la que satirizábamos la existencia de una nueva mascota de los azules, el Polipato , y entre los comentarios escribían: “Che Cuarto Poder… deja d comentar cagadas, como podes decir «para los niños q torturaran en el futuro» se van a comer una denuncia ya mismo estan trabajando nuestros abogados” (sic). Y el que más nos gustó de todos: “si zurdos mantenidos por la hija de mil puta de la cristina le pagan para hablar boludeces, x eso estan por desaparecer jeje”. Lo triste en todo caso no es recibir la puteada de un par de lectores, sino que nuestro humor negro encuentra su constatación real en noticias como esta: la cana es violenta, exige violencia, la genera y la reproduce, de eso no hay duda.