Economistas prevén una suba de la inflación y creen que el Gobierno debe aplicar medidas fiscales para frenarla. Es por el pase a precios de la devaluación registrada tras la apertura del cepo.
Los economistas creen que la devaluación traerá una nueva suba de los precios minoristas, por lo que prevén que la inflación se ubique cerca del 4% este mes y el 5% en enero.
Por esta razón, creen que el Gobierno debe aplicar, junto con la suba de las tasas de interés que dispuso, una política fiscal estricta que permita llegar a la negociación de las paritarias del 2016 con un panorama más tranquilizador.
Los analistas consultados por LA NACION afirmaron que el Gobierno no debe descansar solo en la política monetaria si quiere atenuar el impacto de la devaluación.
«Dependerá de lo que hagan en el resto de la política, pero el pase a precios será mayor que en otros países por la alta inflación.»
Lo que está en juego es el nivel del «pase a precios» de la depreciación dispuesta por el Gobierno con el objetivo de abrir el cepo con un mercado cambiario unificado y lograr una reactivación en la economía después de cuatro años de estancamiento.
Orlando Ferreres (Ferreres & Asociados): «La inflación va a estar en 3,5% en diciembre y puede ser del 5% en enero; ya estamos con una inflación de 30 anual, pero con la devaluación será complejo encarar las paritarias. Es un momento difícil que hay que pasar. La suba en las tasas de interés es muy buena. A la vez, los empresarios tienen que moderar la suba de precios, porque este gobierno está visto como el gobierno de ellos».
Eduardo Curia (consultor justicialista): «El pase a precios es un interrogante, porque, al no haber contención fiscal, ensayarán la contención por la tasa de interés y habrá que ver cuál es la política salarial. En 2002 el pase a a precios fue el 16% respecto del ajuste del dólar, pero con otras condiciones. En 2014 en cambio fue muy intenso. No veo en el gobierno muchos más elementos de moderación y si el pase a precios implica una inflación del 5% mensual, se complicará la negociación salarial. De todos modos, la situación no daba para tomar otra opción».
Daniel Artana (FIEL): «Dependerá de lo que hagan en el resto de la política, pero el pase a precios será mayor que en otros países por la alta inflación. Medidas fiscales no anunciaron muchas pero la política monetaria parece dura; posiblemente el pase a precios se ubique entre el 30 y el 40 por ciento en los próximos seis meses. Eso lleva a una inflación del año próximo más cerca del 30 que del 40 por ciento, suponiendo una devaluación a $ 15 ahora, del 60% y algo posterior después. Van a surgir oportunidades de inversión, pero los empresarios quieren saber el precio del dólar».
Bernardo Kosacoff: «Se supone que el pase a precios será más atenuado que en 2014 porque será complementado por un plan macroeconómico y porque la devaluación ya se anticipó en los últimos meses. Dependerá también de otras medidas, compensatorias. Habrá una aceleración inflacionaria pero con una posterior baja, ya que el ritmo del nivel de actividad no será expansivo. No hay un clima de apocalipsis; por el contrario, las expectativas indican que esta situación es manejable».
Ricardo Delgado (Analytica) «Creemos que la inflación será del 4% en diciembre y, en función del alcance de la estabilización de precios, estará entre y 4 y 5 por ciento en enero. El anuncio del cepo debe ser complementado con medidas como una mesa de pacto social, donde trabajadores y empresarios acuerden una meta mínima para el primer trimestre, que será el más caliente. El financiamiento exterior es necesario pero no suficiente para estabilizar los precios».
Carlos Rodríguez (UCEMA) «Yo estaba a favor de devaluar el 20%; este salto es peligroso porque no existe un ajuste fiscal; basarse en tasas altas o en plata prestada no me suena perfecto. Lo cual no necesariamente quiere decir que no vaya a funcionar. La suba en las tasas de interés es pan para hoy y hambre para mañana. El ajuste fiscal tiene que venir del lado de los subsidios. Existe actualmente un consenso devaluacionista en la industria y el campo, como ocurrió en al final de la tablita de Martínez de Hoz y de la convertibilidad, pero esta medida debe estar sustentada con un verdadero ajuste fiscal que justifique el cambio de precios relativos».
Fuente: La Nación