El columnista de Página consideró que aun cuando el debate del domingo pasado fue trivial, tuvo la virtud de centrar la campaña en temas de fondo. Detalla también algunos elementos que le abren expectativas en medio del triunfalismo PRO.

“El Frente para la Victoria opone varios razonamientos a esta sensación generalizada en el universo mediático. Señala que hoy en el cuarto oscuro sólo estarán los dos candidatos presidenciales y no Vidal ni Fernández junto a Martín Sabbatella (ambos resistidos con especial encono por el Grupo Clarín, la Iglesia Católica y muchos intendentes del conurbano, cada uno por sus propias razones). También indican que si los sondeos de opinión no pudieron predecir los resultados de octubre, podrían volver a equivocarse ahora. Destacan que ante la inminencia de la catástrofe salió a la calle en forma desorganizada pero entusiasta un gran número de espontáneos que, desde distintas actividades temen una regresión. Ellos serían la avanzada que anticipó Cristina cuando dijo que sería el pueblo el que defendería lo alcanzado en estos años. También entienden que a partir del debate del último domingo, la campaña por primera vez hizo eje en cuestiones de fondo. Algunos de esos argumentos son más válidos que otros, pero es indudable que en la última semana se visualizaron en forma nítida dos futuros antagónicos para la Argentina, según sea quien se imponga. El recorrido no fue fácil para el oficialismo. A las disensiones internas se sumó el carácter resbaladizo del oponente, cuyo manejo de las técnicas de marketing oblitera cualquier discusión política. Macrì se especializó en generalidades incontrastables y no vaciló en adaptar su mensaje a lo que su equipo de asesores percibía como el humor general del momento sobre cada tema.

El Frente para la Victoria intentó bajarlo a la realidad, refrescando su bien documentado historial. Hasta cierto punto, no es objetable un cambio de opinión según pasan los años y se modifican las circunstancias. Pero no es ése el caso de Macrì, quien no tiene inconveniente en variar de posición de un día para otro según lo que indiquen los focus groups. El mejor ejemplo es la política cambiaria. Luego de proclamar que el valor del dólar debe fijarlo el mercado y prometer para el primer día de su gobierno la apertura de lo que la oposición llama cepo, esta semana pasó a decir que una devaluación no es el camino para solucionar los problemas de la coyuntura. Al mismo tiempo, negó que propicie la apertura simultánea a las importaciones por la que viene clamando desde hace un año”.