Entre el año pasado y el actual en la Universidad Nacional de Salta creció notablemente la venta ambulante no tan solo de personas de barrios aledaños sino también de los mismos estudiantes que salen a buscar la manera de satisfacer sus necesidades para seguir estudiando. (Gabriela Hernández)

Al llegar a la universidad lo primero que vemos son los puestos de comida y hasta una verdulería instalados en los alrededores y no es extraño ya que la UNSa representa uno de los lugares con más movimiento de personas en la ciudad de Salta. 

Jacinto López, un vendedor que trabaja hace años en el lugar, nos dice: “Hace tiempo que traigo comida para vender en la universidad, los chicos salen con hambre de clases y me compran, siempre trato de preparar cosas baratas que llenen porque se que no todos tienen plata para todos los días, algunos no vuelven a su casa por varias horas”.

Entre las facultades que mas consumen, según varios vendedores, están la Facultad de Ciencias Económicas y Salud. En otras facultades como Humanidades y Naturales las ventas son menores, no tan solo por el bajo poder adquisitivo de los estudiantes sino también por la competencia, ya que en estos lugares son los mismos estudiantes los que dejan un momento sus estudios para también salir a vender.

Hay estudiantes que venden para poder pagar las fotocopias (las cuales tienen precios mayores a $200 por cartilla), otros para pagar el alquiler (que va desde 1700 a 5000) y otros usan el dinero para ahorrar y poder solventar viajes a encuentros nacionales que se realizan mayormente desde junio en adelante.

“Yo compro siempre que puedo una porque son mis propios compañeros y dos porque mi economía no esta yendo muy bien y se que en algún momento también voy a tener que venir a vender comida o cosas que ya no use”, nos dice Evelyn, una estudiante de Ciencias de la Comunicación.

Un ámbito de competencia y conflicto se da con las confiterías y quioscos de la misma universidad, los cuales ya manifestaron varias quejas (injustas) respecto al permiso que se les da a los ambulantes para circular adentro del campus. Actualmente hay 3 confiterías y tienen contratos de concesión con las Facultades de Ingeniería, Salud y Naturales, todas pertenecen a negocios privados y pagan canones desde 5000 que aumentan cada 6 meses. Hasta el momento ningún Centro de Estudiantes maneja una confitería, lo mismo pasa con las fotocopiadoras que también poseen concesión y pertenecen a negocios privados, mientras que en otras universidades son los estudiantes los que administran este tipo de espacios.

En cuanto a lo que más se vende están los sándwiches y las masas dulces o saladas para el mate, una parte importante de la vida universitaria. También hay un gran ascenso de ventas de comida vegetariana y vegana que cada día se hace mas popular por la variedad de preparaciones innovadoras que no son muy comunes para el paladar salteño.

No todo es comida en las facultades, pues también han llegado artesanos y vendedores de libros, incluso se están organizando eventos acompañados de ferias y artistas callejeros. La universidad entonces se abre al pueblo y le da posibilidades de que sean muchos los que le peleen a la crisis en sus entrañas.

En las últimas semanas los vendedores ambulantes han recibido la amenaza de ser echados de la universidad por lo que se han acercado a los estudiantes militantes para que los apoyen en caso de que se cumpla esa medida arbitraria. Desde ya se informa que los guardias no tienen potestad para echar a nadie de la universidad en horarios en los que esta esta abierta.