Un día después de que la Corte tucumana ordenara la libertad de Belén, la joven seguía presa atravesando laberintos burocráticos. Denuncian que los jueces que la condenaron citaron a la prensa cuando la joven fue trasladada a Tribunales.
La cuenta que sacó Soledad Deza, abogada de Belén, era clara y contundente: “A los médicos que atendieron a Belén les tomó cinco minutos denunciarla y que una custodia policial evitara que se fugara” (anestesiada); “en cinco horas, la detención tuvo orden judicial”; “pero lleva 24 horas su orden de ‘libertad inmediata’ y sigue presa”. El martes, pasado al mediodía, los jueces de la Sala Penal de la Corte tucumana, Daniel Posse, Antonio Estofán y Antonio Gandur ordenaron a la Cámara Penal que la joven fuera liberada mientras continúan analizando la causa. Sostuvieron que la prisión preventiva no tenía fundamentos y había sido dispuesta ilegítimamente, tal como señaló el procurador Edmundo Jiménez. Pero ayer, Belén seguía caminando por los laberintos burocráticos a instancias del polémico tribunal que la condenó, los jueces Dante Ibáñez, Fabián Fradejas y Rafael Macoritto, de la Sala III de la Cámara Penal, quienes también habían decidido prorrogar su prisión preventiva ahora devenida nula judicialmente, pero por ahora efectiva en la práctica feudal.
Que la libertad inmediata de Belén iba a demorar, estaba escrito ya en las diferentes notas ofrecidas por los integrantes de la Sala III en las que, además de defender el fallo condenatorio sin pruebas, divulgaron sin ninguna necesidad la identidad de su víctima. El profundo rechazo que recibió la condena sin pruebas desde el arco social, la justicia (un dictamen del procurador de Tucumán, Edmundo Jiménez, considera nulo el fallo) y en el plano internacional (las Naciones Unidas y una lista de 120 mil firmas reunidas por Amnistía Internacional), tuvo como contracara la demora denunciada por Deza.
La joven, ayer fue citada por la Sala III para notificarla sobre la libertad inmediata demorada. Curiosamente, una fuente judicial de la Sala III deslizó a los medios que Belén (otra vez, por su nombre y apellido) sería citada, lo que concentró un cardumen de movileros. Otra vez, el movimiento de mujeres en alerta derivó en un piquete que cortó el acceso a la prensa, con lo que lograron evitar que la joven, que prefiere no ser expuesta a los medios, lo sea.
Luego de ser notificada y de eludir a la prensa convocada, Belén fue enviada nuevamente al penal para transitar el laberinto burocrático. “Fácil entrar y difícil salir del sistema judicial”, denunció Soledad Deza.
Belén fue detenida hace dos años, cuando asistió al Hospital Avellaneda para ser atendida por dolores estomacales y fue tratada primero por un aborto espontáneo, que no representa delito alguno. Ese mismo día, mientras se encontraba internada y sedada, alguien encontró un feto en un inodoro en algún baño del hospital (nunca se precisó en cuál). Los médicos que la trataban violaron el secreto médico y denunciaron a la joven. En lugar de atender el registro de la propia historia clínica (aborto espontáneo incompleto sin complicaciones), fue denunciada como si hubiera realizado un aborto ilegal y la acusaron de homicidio agravado por el vínculo y la alevosía, cuando jamás se demostró vínculo entre ella y la prueba, el feto que luego desapareció sin que se le tomara un registro de ADN.
“Estamos ansiosas –sostuvo Deza– pero lamentablemente Belén seguirá por ahora en el penal porque quedan trámites procesales que deben realizarse”. Según la abogada, Belén podría salir en libertad “en las próximas horas o tal vez mañana (por hoy)” y cuestionó la postura asumida por los jueces Ibáñez, Macoritto y Fradejas, por dilatar el cumplimiento de la medida dispuesta por la Corte.
“Ya llevamos más de 24 horas esperando”, sostuvo Deza, quien aseguró que “veo una gran demostración de poder por parte de jueces que se aprovechan del lugar que ocupan para poner obstáculos. No puede ser que Belén deba encarar una carrera de obstáculos para salir de la cárcel cuando tardó 10 minutos en entrar”, indicó la defensora.
La Corte dispuso la liberación de Belén pero no trató la cuestión de fondo, el análisis del proceso y del fallo que la condenó. “Si revierte la condena, todo se termina, pero si la confirma nos queda la posibilidad de apelar el fallo ante la Corte de la Nación”, agregó.
“Si bien los tiempos de de la Justicia son lentos, al menos Belén estará libre mientras se resuelva su situación procesal”, indicó.
Por su parte, Luciana Maraglio, abogada de defensa técnica de “Mujeres por Mujeres”, se sumó a las críticas a los jueces al señalar que “no puede ser que el Poder Judicial se ensañe con las mujeres y sigan jugando con la libertad de una persona. La prisión preventiva fue impuesta de oficio por los jueces en un caso que no tiene la gravedad necesaria para que se disponga una medida de esa naturaleza”.
Maraglio cuestionó también la actitud asumida por los integrantes de Cámara que “filtraron la información de que Belén iba a ser trasladada a tribunales, lo que generó la presencia masiva de los medios de prensa y por eso decidimos acompañarla para resguardar su intimidad y su integridad física y moral”.
Fuente: Página 12