Una de las integrantes de Mujeres Bicibles Salta compartió su experiencia sobre la construcción de un lugar para guardar su bicicargo en la que transporta a su hijo. Recibió denuncias de vecinos y la Municipalidad ya la multó reiteradas veces.

La operación matemática es simple: en el lugar que ocupa 1 auto entran 10 bicicletas. Lo cierto es que en la disposición de los espacios públicos no se tiene en cuenta a lxs usuarixs de bicicletas. Existen estacionamientos para autos y motos, no así para las dos ruedas sin motor.

Es lo que desde Mujeres Bicibles de Salta vienen reclamando hace tiempo. La disposición del espacio público también pensado para quienes deciden trasladarse en bici y particularmente para mujeres. Son ellas quienes tienen peculiaridades propias a la hora de trasladarse: llevar a hijxs a la escuela, hacer las compras, ir y volver varias veces. Y sobre todo la inseguridad recurrente en diferentes lugares que no cuenta ni con iluminación.

Una de ellas compartió su experiencia cuando al no tener un lugar donde guardar su bicicargo -que utiliza para transportar a su pequeño hijo-, con la ayuda de un amigo diseñador industrial construyeron un bicihangar como los que ya se utilizan en otros países del mundo.

“Al poco tiempo un vecino me denuncia (lo esperaba, aunque hubiera preferido que me toque la puerta) y presento notas para regularizar el uso del espacio público (importante, tenemos que saber que el pedazo de calzada del frente de nuestras casas no nos pertenece)”, escribió Jimena en su cuenta de Twitter.

 

Además aclaró que “La municipalidad nunca me contestó las notas y vinieron en reiteradas ocasiones a multarme, incluso vinieron un 22 de septiembre (si, el día mundial sin autos). Los inspectores veían lo que era y fueron de lo más empáticos siempre pero seguían un protocolo, lógico. Hasta el día de hoy espero respuesta de la muni, mientras me amparo en una ordenanza vigente que no se cumple que dice que el municipio debe proveer estacionamientos de bicicleta. Eso no quita que sienta angustia y miedo por que algún día pueda ser retirado”.

Jimena contó que el bicihangar en la puerta de su casa está disponible para cualquier vecinx que quiera usarlo y señaló:  “Mí deseo y lucha con el bicihangar es: que para ninguna persona sea una barrera para moverse en bici el tema del estacionamiento, los gobiernos deberían generar ellos este tipo de iniciativas y regularlas (incluso con estacionamiento medido) pero no perseguirlas”.