Una idea de México que podría aplicarse en Argentina

Los videojuegos son en estos tiempos parte de la vida de las nuevas generaciones, las redes sociales rebalsan de streamigs de personas mostrándole al mundo sus formas de jugar, ¿Son los videojuegos un nuevo espacio para la recuperación de la cultura? (Gabriela Hernández)

La cultura argentina es hermosa y original, tenemos las costumbres y las frases y las palabras de esos pueblos originarios hermosos que día a día luchan por la no extinción (si en Salta hay gente en peligro de extinción), una cultura originaria llena de colores, ritos, bailes, canciones fusionada a la naturaleza que todavía tiene esperanza en nuestra provincia si todos tomamos conciencia de que nuestra sangre, nuestras formas de hablar, de ser, muchas veces tienen tintes de nuestro suelo y de la gente que habitó por primera vez nuestro suelo, eso es algo que no debería negarse ni reemplazarse.

Los pueblos originarios (nuestros/nosotros) resisten a costa de vida y de derechos al capitalismo, al modelo agroexportador, a los gobernadores feudales, a las familias feudales, a los Gauchos feudales y la iglesia para mantener viva una cultura milenaria que lleva siglos resistiendo a pulmón de comunidades que por año escucharon que ser “indio” era malo: “indios de mierda”, “pareces indio”, “van a decirte indio”, “Cara de indígena”, etc.

Hora de invadir la virtualidad y pelear desde otros bandos: el caso Mictlan

¿Se imaginan un videojuego sobre nuestras culturas ancestrales? En México esto se pensó pues se habla últimamente de un nuevo videojuego que revoluciona a toda América, se trata de Mictlan: An Ancient Mythical Tale, un juego que, según fuentes oficiales, constituye una propuesta de acción y aventura en tercera persona ambientada en el contexto de la conquista de México, un videojuego en el que se está llevando a cabo un exhaustivo trabajo de investigación antropológica a fin de hacer posible su realización y mantenerla lo más fiel posible a la cultura originaria mexicana. Se prevé que el juego involucre modelado de ambientes, NPCs y la presencia de personajes como el dios azteca Tezcatlipoca el cual podría llegar a ser una figura clave en la aventura. El videojuego se lanzará en 2023.

La lucha constante

Los pueblos son luchadores y resisten, lo llevan en la sangre, en los genes, resisten por medio de cortes de calles, por medio de los puños, a través de caminar miles de kilómetros para llegar a los centros de decisión del país, resisten a través de los gritos, de las heridas que sanan para seguir combatiendo.

A veces son completamente invisibles para una población salteña acostumbrada a una vida sin ellos, a una vida con ellos lejos y alejados de toda celebración importante, no se para toda una provincia para homenajearlos ni en las escuelas se ven banderas o contenidos de las comunidades como debe ser, son invisibles cuando los medios los ignoran, cuando los muestran cuando ya el hambre se los llevo o cuando “hicieron algo malo” o cuando se les da una caridad, nos acostumbramos a sentirles solo lástima cuando su cultura debiera atravesar cada aspecto de nuestra vida e instituciones, y principalmente el gobierno.

En fin, es una provincia que prefiere mantener viva una planta de soja a una vida originaria, hubo quienes trabajaron para que personas tengan vergüenza de sentirse originarios ¿Pero que no se dan cuenta? Las vidas de miles si pudieran las cambiarían por un solo interés de un empresario rico, una familia feudal o un multimillonario extranjero.

Está en nosotros como salteños dejar el modelo europeo/eclesiástico, y hacer valer lo que nos hace únicos y originales en el mundo, nos aferremos a lo nuestro, no lo extingamos, si la virtualidad de convirtió en un terreno de lucha la tomemos.

Tenemos los cerebros, tenemos los medios, tenemos una idea que lucha contra las ideas cipayas del neoliberalismo y de los antiindigenas, empecemos a trabajar con nuestros pueblos, desde la tecnología, desde las redes sociales, desde la educación, las instituciones, los medios de comunicación, desde el arte, los juguetes, los tik toks, y twichs, invadamos el frente tecnológico, que nuestra imaginación tenga rienda suelta a la hora de empoderar a nuestros pueblos, que no se quedan afuera de la nueva era, que nadie se extinga en Salta.

Sobre nosotros mismos

Según el último censo realizado el noroeste cuenta con 195. 000 población indígena estimada, mientras que Salta con 79 204 es la segunda provincia con mayor población originaria, obviamente este número en vez de crecer decrece por razones de público, cholocratico o agronómico conocimiento

Comunidades y asociaciones indígenas reconocidas jurídicamente

De acuerdo con la lista en línea actualizada a 21 de febrero de 2021 que la Presidencia de la Nación publica en su sitio web,88 existen registradas 1754 comunidades y asociaciones indígenas con el siguiente detalle:

Salta: (509 comunidades) la provincia con más comunidades originarias: Atacama (8), Ava guaraní (24), Chané (5), Chané-guaraní (1), Chorote (25), Chorote-wichí (1), Chulupí o nivaclé (2), Diaguita (2), Diaguita calchaquí (35), Diaguita calchaquí-wichí-lule (1), Guaraní (76), Guaraní-chané (1), Iogys (3), Kolla (90), Kolla-guaraní (1), Kolla-wichí-guaraní (1), Lule (1), Qom o toba (18), Tapiete (3), Tastil (12), Tupí guaraní (5), Wichí (184), Wichí-chiriguano (1), Wichí-chorote (2)

En Salta el 3 de julio de 1986 fue creado el Instituto Provincial del Aborigen (IPA) como entidad autárquica integrado por un presidente, dos vocales designados por el poder ejecutivo y 6 designados por cada grupo étnico mayoritario en asamblea. El 29 de diciembre de 2000 fue creado el Instituto Provincial de los Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS) con domicilio legal en la ciudad de Tartagal e integrado por un presidente y ocho vocales, los que serán elegidos en razón de uno por cada etnia en asamblea comunitaria (pueblos: wichi, toba, tapiete, kolla, guaraní, diaguita, chorote, chulupí, chané)

Constitución de Salta (desde 1998): art. 15: La Provincia reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas que residen en el territorio de Salta.