Un colectivo de media distancia arribó a la Terminal de Ómnibus de Salta no solo con pasajeros, sino también con un «equipaje» adicional: 47 kilos de cocaína cuidadosamente guardados en los compartimentos superiores del vehículo. Porque claro, ¿quién no lleva unos ladrillitos de droga en el techo cuando viaja desde General Pizarro?
El hallazgo fue posible gracias a que los choferes, en un raro caso de atención al detalle, notaron que algo no cerraba en la parte superior del colectivo. Literalmente: el techo parecía haber sido removido y rearmado con menos sutileza que un rompecabezas para niños. Ante la sospecha, decidieron hacer lo que nadie suele hacer en las películas: avisar a la policía.
Y entonces sí, se desplegó un operativo digno de serie policial. Agentes de la Policía Federal y de la Provincia rodearon la unidad de dos pisos de la empresa La Veloz del Norte y, sin perder tiempo, revisaron directamente los extractores de aire. Allí encontraron 40 paquetes de color ocre, tipo «ladrillo», escondidos con una sutileza que haría llorar a cualquier traficante profesional.
Por supuesto, la Policía optó por el clásico “no podemos dar información porque la investigación está en curso”. Lo único que se supo es que el caso quedó en manos de la Justicia federal, y que los 47 kilos de cocaína, al menos por ahora, no tienen dueño. Un verdadero misterio: nadie vio nada, nadie sabe nada, y ningún pasajero llevaba un paquete de más.
La empresa, por su parte, emitió un comunicado aclarando que ellos detectaron los paquetes y que ellos hicieron la denuncia. Básicamente, dejaron en claro que lo único que transportan sin control son pasajeros, no mercancía sospechosa.
Todo esto ocurrió justo cuando el Gobierno anunciaba una nueva fase del Plan General Güemes para combatir el narcotráfico en el norte del país. Una coincidencia que, según los más escépticos, fue tan casual como oportuna.
Mientras tanto, los usuarios del transporte interurbano se preguntan si ahora también hay que pagar exceso de equipaje por cada kilo de cocaína en el techo. Y si el servicio incluye, además del aire acondicionado, una dosis de adrenalina.