En estos días se lleva adelante en nuestra ciudad el II Encuentro Internacional de Arte Urbano que congrega a casi 40 artistas trabajando en 20 murales en las calles salteñas. Recorrimos algunos para conversar con los participantes. (Rodrigo España)

Algunos arrancaron pintando el martes, otros (la mayoría) el miércoles y sus trabajos se extenderán hasta el fin de semana, cuando sea el cierre de este segundo encuentro que en palabras de uno de sus organizadores está siendo un éxito.

Martín Córdoba, Jimena Pallarols y Humberto Colautti se encargaron de congregar, gestionar y mover para que esta juntada en tierras salteñas tuviera la convocatoria que ha demostrado una vez más que la práctica del muralismo va en alza. Artistas argentinos y de otras nacionalidades se juntaron en estos valles para darle una mano de color a sus paredes.

“El año pasado fue como un ensayo, porque éramos poquitos, como 12 y este año como 36 y 17 paredes, y hay algunas que se van a sumar a las que ya terminaron hoy. Estamos chochos, porque es una convocatoria grande, se está manejando bien, se están haciendo lindos muros”, nos comenta Martín que además especifica: “queremos que esto crezca acá en Salta y tome fuerza porque hay muchos chicos que recién están empezando y esto sirve para ir levantando el nivel y motivando. También la idea es que esto se instale y todos los años podamos seguir produciendo y que crezca la convocatoria, porque a pesar de que ahora no pudimos invitar a todos, hay mucha gente que está pintando”.

Los participantes también están más que felices, al menos esto es lo que podemos rescatar de los testimonios que pudimos obtener en un breve recorrido por algunos muros mientras estaba siendo intervenidos.

Por ejemplo en la pared de la esquina Urquiza y Chacabuco está Rocío pintando sola, subida en un tacho y dando los trazos gruesos a su obra que, una vez separada del trabajo, nos comenta: “la imagen tiene que ver con una cuestión mágica de poder viajar y expresar tu arte, como recorrer el cielo y el universo pintando”. En el bosquejo de lo que será el trabajo finalizado vemos un dragón, una nena y una criatura montando al mítico animal, “una especie de dios”, nos dice Rocío que además nos cuenta que ésta es su segunda experiencia en un encuentro de arte urbano, la primera fue en su ciudad natal, Puerto Iguazú, donde tuvo contacto con otras personas también interesadas en el arte y de ahí surgió el viaje a Salta.

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Un poco más adelante, en la misma calle, pero a la altura de Laprida, están tres compadres craneando la finalización de su muro, ellos son Ezequiel de Bs. As., Antonio de Misiones y Fabricio de Tucumán. Este último nos cuenta: “Por suerte nos conocemos hace un año y pintamos juntos en Córdoba, luego en Iguazú nos encontramos de nuevo y ahora en Salta. Cada uno fue tirando ideas y como conocemos la obra del otro entonces cada uno fue armando un personaje, un carácter con su estilo y fuimos como cruzando las ideas para que encajen en la pared”.

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En ese momento un vecino se acerca y comienza a mirar el trabajo de los muralistas, entonces Fabricio nos dice: “la gente que pasa te tira la mejor onda, te agradece, te pide los teléfonos para hacer otros trabajos, gente de instituciones privadas, pero también de escuelas, bibliotecas y está bueno eso, porque tienen ganas de hacer algo parecido en sus lugares y lo ven como algo culturalmente fuerte”. Cuando consultamos por cómo fue que llegaron a Salta, nos responde: “en mi caso a Martín (Córdoba) lo conocí viniendo a pintar acá a Salta, porque vengo seguido y comencé a pintar con la gente de acá que luego fue a Tucumán y armamos como una movida. Además cada uno va viajando, cuando nos enteramos de algún encuentro vamos generando redes con artistas de otras provincias y así se van armando eventos año a año y se va sumando gente”. Dejamos que continúen su trabajo y buscamos algún otro muro.

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Sobre Chacabuco, antes de Caseros, un mural va cobrando forma y además del pintor, tiene también el resguardo de un vecino que al vernos llegar en bicicleta sonríe y extiende la mano, luego se va para un lado y deja que molestemos a Cristian, que viene de Corrientes en su primera visita a Salta: “ahora estoy trabajando con una especie de personaje principal que sería una montaña, jugando un poco también con los reflejos del agua, estoy haciendo un lago y como que es repetir algo que vengo explorando, me gusta hacer fauna y flora, entonces se repiten patrones que voy uniendo con conceptos y por ejemplo animales autóctonos”.

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Cuando consultamos por el escolta de la obra, nos cuenta: “el vecino está contento, todo el tiempo acompañándome. El resto también se portó muy bien, llegué ayer y me recibieron con un plato de locro, increíble, todos muy hospitalarios, muy cálidos, aunque mucho no puedo decir de la ciudad porque es la primera vez que vengo”. Luego nos va a aclarar algo importante, que tal vez sea el punto clave de este encuentro: “Martín organiza todo muy pulmón, pero a la vez busca apoyo de empresas e instituciones para poder realizar el encuentro con los permisos respectivos, con toda la infraestructura, para poder tener pinturas, andamios, escaleras, extensores, bateas, comida, hospedaje para todos. Entonces uno viene y sólo pinta, eso es muy valioso porque surge el desafío de hacer algo parecido en tu lugar o en tu provincia”.

Seguimos camino y recorremos otros muros donde las respuestas son similares, al menos no recibimos quejas. Mientras esperamos el cierre del domingo por la tarde, hoy sábado a las 16 en El Teatrino (Alvear y Aniceto Latorre) se juntan todos los muralistas para hacer algo en común y mañana será el cierre con música y fiesta.