Se cumple el octavo aniversario de la muerte de Federico Acosta. Junto a Perro Ciego y Mambrú y sus Desertores, El Pibe construyó canciones que se convirtieron en clásicos del rock salteño. Compartimos un texto aparecido en la revista Rock Salta.

A continuación, compartimos el texto “Un blues en tu nombre”, escrito por el periodista Tony López y publicado en la revista Rock Salta especial sobre Perro Ciego, editada en 2014.

El artículo repasa la vida y las canciones de Federico “Pibe” Acosta, músico salteño, ex miembro de Perro Ciego, Mambrú y sus Desertores, entre otros grupos.

López es el autor del libro Estabas ahí, 25 años de Perro Ciego, de próxima edición.

Aún hoy recuerdo con nostalgia aquellas tardes de domingo. Salía rumbo a la Feria de la Balcarce en busca de amigos y era casi una fija encontrarme con el Pibe en el mítico Bar Madrid o por la zona de la Estación de trenes. Algunos sábados, Fede llegaba a la radio después de un viernes de “insomnio” y se convertía en uno más del equipo. Otras veces me mostraba papeles con líneas escritas que después se transformaban en canciones.

Tratar de reconstruir el camino musical de Federico Acosta es cautivante. No sólo por haberlo conocido, sino porque su figura adquirió tintes míticos con el paso del tiempo, tanto para el público seguidor de Perro como para sus colegas.

Su imagen está asociada fuertemente a Perro Ciego, banda donde estuvo diez años, entre su rol de invitado y de integrante pleno. Conoció a sus amigos-compañeros en 1987, cuando se inscribieron en el Taller de Instrumentos Eléctricos que llevaban adelante Cacho Gala, Tony Gariglio y Chinato Torres, integrantes de La Pirámide, por aquellos tiempos la banda de la incipiente escena local. De allí salieron músicos con una gran vocación artística. El Pibe formó su primera banda junto a también iniciáticos compinches musicales: Leandro “Ñomo” Hipaucha y Walter Guzmán. Desde el mismo nombre ya se notaba el sello rocker blusero que por entonces marcaba la vida de esos muchachos: Banquete de Pordioseros, en obvia alusión al disco de los Rolling Stones. Leandro, residiendo desde hace varios años en Barcelona, donde es un reconocido contrabajista, recuerda esos momentos: “Éramos chicos y bastante salvajes para la edad, él era mayor, un par de años. Como persona era un compañero y nos divertíamos juntos. Él cantaba y tocaba la armónica. Yo la guitarra. Él era más intuitivo y con un talento natural. Yo ya estudiaba música, nos complementábamos. Yo viví temporadas con él en casa de su mamá, que era un caos, pero tocábamos y soñábamos con el grupo y hacer cosas”. Uno de esos sueños era viajar a Buenos Aires, a tocar donde se pudiera, con el anhelo de poder hacer pie en su circuito rockero. Antes de marcharse, el Pibe y Leandro pasaron a formar parte de la última formación de La Pirámide, con la cual sólo hicieron un par de fechas, una por el Centro Cívico de Ciudad del Milagro, en junio de 1989.

La estadía de Banquete de Pordioseros en la gran ciudad se fue complicando con el correr de los meses. Algunos consiguieron un trabajo paralelo al de músico para poder sobrevivir, otros regresaron. El grupo la peleó hasta donde pudo. El Pibe volvió en 1995. Solía decir “a mí Buenos Aires me echó”. Inmediatamente se puso en contacto con sus viejos amigos del Taller. Se sumó a Toque y Despegue, donde estaban Chinato Torres en batería, Fabián Amerise en guitarra y Palmito Flores en bajo, lo que se dice un verdadero bandón, con base funk, rock y blues. Chinato rememora: “La banda debutó en el boliche Metropolis, luego hicimos el Teatro Alberdi. Todos tocábamos en bandas paralelas, lo que dificulto el accionar de Toque, pero siempre nos hicimos un tiempo. Soul, jazz, funk, fusión, todo por el mismo precio. La partida del Pibe hizo que nos replanteáramos si seguir o no, ya que la baja fue muy sensible.”

Al mismo tiempo, Fede subía como invitado de Perro Ciego en algunas ocasiones. De esa química musical surgió junto a Salchi y Gamba Aguilera, Blues x 3, que tocaría en lugares como La Panadería, el bar 1140 y el Cafru Bar, un antecedente de la explosión de la Balcarce en el 2000. Cuando Gamba no pudo seguir, ingresó el Pelado Vega. Blues x 3 se transformaría al poco tiempo en La Renegona, banda de neto corte laboral para la zona de pubs de la ciudad.

Se complica un poco precisar en qué momento el Pibe Acosta se convierte en parte plena de Perro Ciego. A comienzos del año 2000, una sesión fotográfica realizada en el estudio de Carlos Vergara (que luego serviría para el afiche promocional de los once años de la banda), mostraba que Perro era nuevamente un quinteto. En Letras Rojas (2002) Fede aportó su voz en “Resaca”, donde también compartía la composición. Fue en Peón de Luna (2005), disco que le discute autoridad a cualquier trabajo de cualquier género hecho en Salta, donde su rol alcanzó el punto máximo: “El gran peón”, “Lo peor” y “No sé quedarme” lo ratifican.

Entre 2000 y 2007, Fede tuvo dos proyectos más: Mambrú y Sus Desertores, junto a Ramiro Kantor en guitarra, percusión y voces, César Gamarra en trompeta y dos integrantes de la legendaria banda Aspid: el Flaco, Raúl Vargas, en primera guitarra, y Miguel Guzmán en bajo. Grabaron un disco que no tuvo una edición oficial, Shave the planet. El Pibe canta en casi todos los temas. En la memoria resuenan títulos como “La boca del lobo”, “La pasión” y “N’ el umbral del socavón”. El otro proyecto fue Cebolla de Vidrio, donde ratificó su empatía musical con el Gamba Aguilera, quien recuerda: “Tenía ganas de hacer algo con el Fede diferente a lo que hacíamos con Perro. Profundizamos la veta funk. Por ese tiempo estaba al palo con los discos de Willy Crook y Los Funky Torinos. De hecho, teníamos una canción que se llamaba ‘Liberen a Willy’”. Por Cebolla pasaron muchos integrantes y fueron varias las formaciones, pero hay hechos que merecen resaltarse: en 2004 participaron con el tema “Cicatriz”, de tinte autorreferencial, autoría del Pibe, en el compilado de bandas locales que editó Cerveza Salta. Al final de ese año tocaron como soporte durante la última vista de Pappo a la ciudad. Con la última formación, que incluía además de Gamba y el Pibe a Carlos Aguilera en bajo y Marcos Goldaraz en batería, tocaron en 2006 en el Teatro de la Fundación, junto a LaForma. Esa tocada fue grabada y quedó como un suvenir que algunos atesoran, dentro de lo más preciado de los registros locales.

El 8 de septiembre de 2007, el Pibe se fue de gira a otras dimensiones. Inquieto musical, duende saltarín, sensible ser, sale un blues a tu nombre.