El declive en la consideración gubernamental en que cayó la actual ministra Medrano, es la variable que muscula una posible alteración en el organigrama Sáenz. A lo que se le adiciona buena sintonía con autoridades nacionales, luego de la colaboración por el drama social en el norte salteño. Razonamientos que sirvieron de base para que empiece a hablarse de la posible llegada de un albertista a esta cartera.

 

 

El chubasco de mitad de semana con la ministra de Salud, Josefina Medrano de la Serna, y la ayuda asistencial y financiera desde el albertismo parecen enmarcar el probable cambio en el elenco Sáenz. Este golpe de timón, de manera adicional podría permitirle a la flamante gestión provincial ampliar hacia direcciones afines al peruquismo F la composición de sus primeras y segundas líneas.

Ciertos nombres comenzaron a surcar los pasillos del Centro Cívico Grand Bourg, entre los cuáles “Cuarto Poder” alcanzó a pescar los del médico Santiago Payo, galeno del departamento San Martín y autor (junto al ex viceministro Sergio López Alcobenda) de un estudio de la frágil situación sanitaria en Orán, Rivadavia y San Martín. Otro de los nombrados fue Manuel Pailler, actual senador provincial; y Gladys Paredes, diputada provincial. Todos con advocación del Frente de Todos nacional.

En las horas finales de esta semana, algunos nombres se empezaron a barajar en los alrededores del mandatario provincial, quien tendría definiciones en relación a esta cartera a su regreso de Joaquín V. González, ciudad esteña que visitó en la tarde de este viernes. Y, de paso, si hay adelanto al respecto en suelo anteño, Sáenz hasta podría volcar el mapa de este distrito a favor de su gestión (ver nota “A dos bandas” en esta edición).

Todavía falta una eternidad, cerca de 72 horas, para la determinación respecto a un reemplazante en el Ministerio de Salud en el que cada vez son menos quienes apuestan por la continuidad de Medrano de la Serna. El talquito en el cuello de la funcionaria comenzó a esparcirse, a medida que explotó en medios metropolitanos -su depreciación como cuestión estacional- lo de las muertes en el norte por desnutrición. Famélicos veraniegos, consideración de Medrano que le valió críticas desde periodistas como Luciana Rubinska (C5N, Fox Sports), hasta columnistas de La Nación y Clarín.

 

Excursión sin plata al casino

 

En la mesa chica de la gestión provincial, el interrogante sobre Medrano de la Serna fue para qué dijo eso y en defensa de cual causa o gestión. Una pregunta cuya respuesta sólo se dio en voz baja, por estas latitudes, la hizo esta semana el consultor Raúl Timernan: ¿”Por qué esto pasa en Salta que una provincia rica y no pasa en Formosa que es una provincia pobre?”, dijo el martes pasado en Crónica TV.

Estos aportes conceptuales permitieron decantar la situación con la que la administración provincial debe enfrentar este horizonte, cuyo nivel de alerta está lejos de bajar. Los nombres apuntados en los primeros párrafos de esta nota –las 3P: Pailler, Payo y Paredes- según todo indica, fueron barajados en la intimidad del poder provincial.

En las tertulias que mantuvo Sáenz con funcionarios nacionales (con el ministro Agustín Rossi estuvo el jueves en el norte) únicamente se sondeó la posibilidad que un dirigente de este sector nac & pop fuese el eventual reemplazante en Salud. Conjeturas en medio de lo que queda de monte en la región del Chaco salteño.

La vía del albertismo por la que el saenzismo envió este posible enroque en Salud, tal vez haya sido la elegida en vistas que un sector de los representantes locales del FdT hubiese puesto el grito en el cielo. A la par de las condiciones profesionales de las 3 P, sumado al predicamento que mantienen a nivel electoral en el norte, la ecuación desde el punto de vista opuesto pareciera desventajoso.

A diferencia de los funcionarios salteños que enlistó el Ejecutivo nacional. Por caso, Emiliano Estrada, Subsecretario de Provincias de la nación, quien este viernes adelantó en Twitter la voluntad intacta para gestionar el financiamiento de “una deuda de $1.500 millones”, a la que eligió fundamentar en que “cuando gestionamos, es sin colores políticos”.

 

 

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