A veces entre los «renders» y la realidad, hay un abismo de distancia. La municipalidad asegura tener todo listo para trasladar a 120 puesteros del parque San Martín a la terminal. ¿Tendrán el mismo destino que los vendedores del Paseo de la Familia?

 

Las imágenes difundidas por la Municipalidad muestran un vistoso shopping a cielo abierto, donde se supone se reubicará a los más de 125 puesteros que cumplen con los requisitos para su traslado. El espacio forma parte del predio de la terminal de ómnibus y las obras estarían listas para mediados de este año.

Los puesteros del parque San Martín podrán permanecer en el lugar al menos hasta el 6 de marzo, dado que la jueza María Victoria Mosmann resolvió pasar a cuarto intermedio la audiencia de conciliación hasta esa fecha, con el fin de que algunos de los comerciantes puedan acreditar que se encuentran ejerciendo la actividad bajo el marco de la legalidad.

Entre los feriantes reina cierto escepticismo en torno al proyecto municipal. Basta con recordar el antecedente del frustrado Paseo de la Familia, ideado por el ex intendente Miguel Isa con el objetivo de dar un lugar a vendedores gastronómicos del parque.

Por entonces, también se presentaron maquetas digitales (renders) que mostraban un corredor atractivo y pujante, una imagen que fue rápidamente reemplazada por la realidad. Los vendedores no contaban con servicios básicos y la infraestructura dispuesta para el desarrollo de sus actividades distaba mucho de la expuesta en los renders.

Un antecedente todavía más surrealista se dio en 2014, cuando el concejo deliberante «analizó» la propuesta de un estudio de arquitectos para realizar un shopping circular subterráneo bajo la superficie del Parque San Martín. El ex-concejal Gastón Galindez fue uno de los pregoneros de aquella osadía digna de un cuento Qatarí.

Queda preguntarse entonces: ¿Qué garantía existe de que el paseo de compras proyectado para la terminal de ómnibus no se convertirá en una sucursal salteña de la feria de Perico? Entre los renders y la realidad suele haber un abismo de distancia.