El poeta y escritor Carlos Varas Mora comenta “El oficio del árbol”, el libro en el que Alejandro Morandini recopila el trabajo periodístico de Manuel J. Castilla.

Una vez, Alejandro Morandini dijo, parafraseando a Foucault, que Marx podía o debía ser utilizado como una caja de herramientas, el libro que reúne la obra periodística del poeta salteño Manuel J. Castilla, “El oficio del árbol”, tiene una gran proyección como fuente de recursos inagotables para futuros estudios en las ciencias sociales, más que una caja de herramientas sería como un taller completo al cual acudir en busca de datos, testimonios, semblanzas, opiniones y pareceres de y sobre una época. Dejando de lado el gran valor literario que tal hallazgo representa, es en este aspecto transdisciplinarioque dicho libro abre un abanico de posibilidades a los investigadores ávidos de contextualizar un determinado período o de resaltar algún hecho particular de la historia.

Hablando con Alejandro, le comenté esta observación sobre el libro, tratando de explicarle los pormenores epistemológicos y metodológicos que la obra recuperada de Castilla representa para los estudiosos de múltiples carreras y disciplinas, no sólo los estudiantes de letras consultarán este libro, le dije, también los de historia, antropología, filosofía, sociología, y porqué no, geografía, biología o agronomía. Esta recopilación posee una potencialidad sostenida por el testimonio cabal, lúcido y sentimental del poeta salteño, que logró aportar detalles delicados, impresiones inéditas al discurso periodístico, producto de la trabajada lengua que poseía Manuel al trabajar con la escritura, una sensibilidad especial que se retroalimentaba en este oficio tan especial, donde muchas veces se deja de lado el estilo para dar paso a la velocidad de la información, que necesita de manos hábiles pero algunas veces descuidadas en la redacción de notas informativas.

Le dije a Morandini y también al periodista Daniel Medina, que este libro son las Aguafuertes norteñas, no buscando una comparación exhaustiva con las crónicas e inventivas de Roberto Arlt, sino marcando un punto de apoyo en la comparación (pretensiosa) a la hora de buscar un referente con el cual trazar líneas de cruzamiento, los libros son como casas y edificios desde los cuales los críticos abren ventanas y puertas para que la luz-sombra pueda repartirse y pasar de un lugar a otro.

“El oficio del árbol”es un libro TRANSMODERNO, y aquí pasaré a explicar brevemente y sin tantas complicaciones lo que quiero decir con esto. Ya sabemos que a la vida útil de una obra o texto poco le importa las intenciones del autor, mucho menos las del antólogo o seleccionador, así que las lecturas, descripciones y análisis que de ellos se desprenden están ajenas a lo que pudo haber querido plantear el dueño de las palabras, una vez impresas y distribuidas escapan de su dominio, y es el lector el encargado de darles el uso y sentido que mejor le corresponda a sus necesidades o gustos.  Dicho en pocas palabras y poniendo un ejemplo, en la TRANSMODERNIDAD un libro de crítica literaria ya no sería un libro que analiza un tema literario con herramientas de la antropología, filosofía o la historia, sino que sería un libro antropológico, filosófico o histórico y literario al mismo tiempo. En este caso, no por estilo, pero sí por la variada gama de temas que encara, “El oficio del árbol” es un texto que representa un caudal de información poderoso para todo un espectro de investigadores, aquí no sólo el investigador literario encontrará datos para sus tesis e investigaciones, también el historiador, el sociólogo, el antropólogo podrán sacar de él anécdotas y datos que puedan contextualizar o reforzar el aspecto de algún argumento o problemática, y creo es este uno de los grandes méritos del trabajo que Alejandro nos ha traído con este fabuloso hallazgo, saludo esta obra y felicito la labor realizada.

Carlos Varas Mora, Salta 18 de Mayo de 2014.

Poeta y escritor chileno residente en Salta, Argentina – Información de contacto: varasmora@yahoo.com.ar / Facebook: Varillas Carlota / Twitter: @varasmora