La Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina continúa denunciando el monopolio en la distribución de las publicaciones autogestionadas.  Tanto Clarín como La Nación siguen con sus maniobras para acaparar el mercado, ambos ya no basan sus ventas en el circuito de venta en kioscos.

 Se realizó el 3º foro de Revistas Culturales Independientes donde se difundieron datos y se confirmó una vez más el monopolio que existe en la distribución de las publicaciones de todo el país.

La revista MU Lavaca en un extenso informe reflejó las dificultades que los editores independientes vienen sorteando desde hace tiempo, la Asamblea general de Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) decidió constituir una comisión de distribución.

Reproducimos a continuación parte de la nota de la revista:

“La lógica que domina el mercado de distribución de diarios y revistas es de acumulación. Se ha convertido en una herramienta que trabaja para Clarín y La Nación. Y desde el punto de vista de la normativa, el Estado está en deuda: no hay normas hoy que impidan el proceso de concentración”. Esta síntesis fue realizada por Fernando Ausas, director de la Mesa normalizadora de venta y distribución de diarios y revistas, la única área del Estado que puede intervenir en ese mercado “pero para regular la relación entre el circuito y los canillitas, no entre el editor y el circuito” aclaró. También sinceró: “No creo que este brutal proceso de concentración se resuelva apretando. Esa etapa está agotada. Hay que pensar que estamos ante un panorama más complicado y complejo” y brindó datos para trazarlo:

Los diarios La Nación y Clarín ya no basan sus ventas en el circuito de venta en kioscos. Sus mayores ventas las logran por suscripción. Esto significa que están dando vuelta el circuito. Hasta hace pocos años, entregaban los ejemplares y el circuito les pagaba lo vendido, menos el porcentaje que implicaba ese trabajo, que al final de la cadena sumaba un 50%. Para que quede claro: el que tenía la plata era el circuito.

Ahora La Nación solo entrega al mercado el 30% de sus ventas. Clarín un 40%. El resto las consigue por suscripción. Es decir, reciben ellos el dinero y por adelantado (cobran el año completo) y luego entregan al circuito una lista con las direcciones a donde tiene que llegar el ejemplar, bajo puerta y antes de las 9 de la mañana. Si cumplen, pagan por ese servicio. Es decir: ahora, las corporaciones tienen la plata.

“Estos dos diarios desconocen toda regulación. Si son citados por el Estado, lo impugnan y judicializan esa impugnación”, detalla Ausas. Según las normas vigentes “todos los editores deben circular en las mismas condiciones”, pero la realidad es otra: “Por la fuerza Clarín y La Nación han impuesto condiciones que son privilegiadas. Las dos empresas editoras han logrado imponer una dinámica de concentración, con la complicidad de los propios distribuidores, que también son víctimas de este proceso. Quizá esto fue posible por falta de una visión estratégica y por la necesidad: fueron cediendo hasta que perdieron también ellos”.