Aunque una ley prohíbe que entes gubernamentales organicen fiestitas y agasajos, Tomografía del Estado gastó más de $10.000 en cenas. Cómo se despilfarra el dinero en una institución que siempre genera quejas en los usuarios y que ya fue objeto de escándalos en otras auditorias. (DOM)

Más que una institución pública, creada en Salta para mejorar las prestaciones de salud a los más humildes, Tomógrafo S.E. parece una imitación de la serie The Office: descontrol, despilfarro y un elenco que podría ser gracioso, salvo porque están en un lugar donde la ineptitud puede desencadenar muertes.

Esto es lo que la auditoría constató que pasó en 2010: los muchachos del Tomógrafo se gastaron $3 mil pesos en una Cena para el día del Trabajador; tres meses después el presidente decidió pagarse un asadito (con la plata del Estado), en “El viejo Jack” y -para no interrumpir el espíritu festivo- en diciembre destinaron $7.623 para La Veloz Hoteles S.A. en una cena de fin de año. ¿Por qué el gasto duplicó a las otras cenas? Esto la auditoría no lo dice, pero en su momento se dijo que las autoridades habían decidido pagar el alojamiento a algunos trabajadores: los que se habían pasado de copas, los que habían tenido alguna conquista esa noche y no querían ir hasta un telo.

Todo con plata del Estado. Con tu plata. Para tratar de evitar esto, en 2008 se emitió el Decreto Nº 4955/08, que dispone en su Art. “Prohíbese toda erogación en concepto de agasajos, excepto los que se canalicen a través de la Dirección General de Ceremonial y Audiencias, los que deberán contar con la exclusiva autorización del Ministro del área o del Secretario General de la Gobernación, según corresponda”.

Las autoridades no pudieron justificar este derroche. Ni siquiera el Estudio Jurídico Loutayf y Asociados, contratado para cuidar las espaldas de la institución, pudo encontrar una excusa. Se limitó a decir que “los pagos efectuados en contravención a lo indicado, son de exclusiva responsabilidad del Presidente del Directorio del Ente Auditado”, Francisco José Ryan, al que podría llamarse el Michael Scott (Steve Carell) de las instituciones públicas salteñas, de no ser porque ese título le queda mucho mejor al predecesor de Ryan, Mariano Furci.

Otras irregularidades

La auditoría recién llegó este año a manos del Ministro de Salud; pero abarca al período 2010 y fue justamente el 6 de abril de ese año cuando el entonces Secretario de Servicios de Salud, Alejandro Gravanago, posesionó al doctor Francisco Ryan, como Director de Tomografía Computada Sociedad del Estado, en reemplazo de Mariano Furci. Y Ryan es, todavía, su director.

Además de los eventos de agasajo, los auditores verificaron pagos mensuales efectuados a proveedores que realizan tareas técnicas de radiología y anestesistas, a los cuales no se les confeccionó contrato por prestación de servicio. Dos técnicas radiólogos y dos anestesistas, contratados a dedo. “…No se dio cumplimiento con lo dispuesto en el Art. Nº 20 de la Ley de Contrataciones, que dispone lo siguiente: “Artículo 20: Contratación de profesionales o técnicos. La contratación de profesionales o técnicos bajo el régimen de contrato de locación de servicios se realizará por concurso de mérito y antecedentes. No obstante, podrá efectuarse en forma directa y con autorización del funcionario responsable, los contratos de profesionales o técnicos nacionales o extranjeros, siempre que su notoria competencia y experiencia, fehacientemente comprobada y fundada expresamente en el expediente, haga innecesario el concurso de mérito y antecedentes”, dice la auditoría. En una institución médica, que no ingresen los más capacitados se traduce en tragedias personales. Casos de mala praxis, que luego se encubren.

También algunos sueldos parecen establecidos a dedo. Las dos anestesistas que prestaron servicios en el ente auditado, percibieron durante el año 2010 idénticas cifras mensualmente, en concepto de “honorarios anestesiológicos por prestaciones a pacientes carenciados”, según facturas presentadas por las mismas. Sin perjuicio de ello, fueron experimentando variaciones mes a mes (Por Ejemplo $ 4.080 período Enero, $ 4.944 por Febrero). “De la documentación relevada, no surgen las pautas o parámetros utilizados por Tomografía Computada S.E. para arribar a los montos liquidados en concepto de honorarios durante 2010. Tampoco se acreditaron las prestaciones efectivamente realizadas a carenciados…”, dice la auditoría.

El predecesor

El 31 de marzo de 2010, el ejecutivo provincial aceptó la renuncia de Mariano Pascual Furci. Algunos celebraron: la gestión de Furci había dejado demasiado que desear.

Son muchas las irregularidades del tomógrafo estatal, que tiene una historia profusa de mal funcionamiento; pero hay dos hechos anecdóticos que, de alguna manera, resumen la gestión Furci. Uno, la denuncia por discriminación de una empleada, a la que habría insultado diciéndole “negra pata sucia”. El segundo caso tuvo que ver con la compra que hizo la institución de 500 plantines para adornar el frente; pero que, por un extraño motivo, terminaron en el jardín de la casa del director.

Otros informes de auditoría sobre los años 2002 y 2006 fueron más precisos: se encontró faltante de dinero. También, que llamativamente había mucha plata asignada al ítem “Combustible”, pese a que Tomografía Computada S.E. no contaba con vehículos oficiales. Finalmente, se hablaba de las contrataciones directas y los montos abultados: películas radiográficas por $ 86.258 y “Medicamentos y Medios de Contraste” por $ 66.261

Los auditores recomendaban al Ejecutivo Provincial al final del informe tomar “todas las medidas necesarias que permitan identificar a los posibles responsables ante los presuntos daños al fisco ocasionados por las irregularidades detectadas por esta auditoría y las actuaciones generadas por T.C.S.E. como consecuencia” e iniciar “las acciones legales y administrativas iniciadas tras las irregularidades antes mencionadas.”

¿Dónde está Furci ahora? Pues trabajando para el Estado. El 2 de febrero de 2012 se publicó en el Boletín oficial el decreto 443/12, a través del cual de designó como personal en cargo político dependiente del Ministerio de Salud pública, nuevamente, a Mariano Furci.

El niño mimado del romerismo volvió, pródigo, a las manos del estado urtubeycista, un estado que no saca la basura, sólo la recicla.

Cenas, gastos en combustibles para vehículos inexistentes, cuentas de hoteles… podrían ser condimentos perfectos para una comedia de no der porque todo eso se traduce en un servicio mediocre. El tomógrafo funciona mal, a medias. Y así se cobra vidas.