El furibundo pistolero del Paseo Güemes figura en el expediente del doble crimen de Circunvalación Oeste ocurrido en 2021. Su nombre estaba escrito en el cuerpo sin vida del principal sospechoso de asesinar a Romina Zerda y Johnatan Tolaba. El cadáver del joven hallado en un camping de General Güemes no fue preservado y la prueba se perdió misteriosamente. ¿Delincuentes con protección?

 

En 2021, en un intento por graficar el clima de narcocriminalidad que empezaba a asomar en la ciudad de Salta, el exministro de Seguridad Abel Cornejo deslizó que “la frontera se ha corrido 300 kilómetros hacia adentro”. La reflexión se dio en los días posteriores al asesinato de Romina Zerda y Johnatan Tolaba, un caso conocido como el doble crimen de Circunvalación Oeste. A casi dos años de aquel suceso, un hecho grave de inseguridad vuelve a poner de manifiesto, no sólo la impunidad con la que se manejan algunas bandas delictivas en la provincia, sino también las graves deficiencias del estado en materia investigativa.

El 22 de octubre pasado, a pocas horas de concluida la jornada electoral, un hombre en evidente estado de ebriedad abrió fuego contra los empleados de un bar del Paseo Güemes. Minutos antes, había protagonizado un encontronazo con el personal que se había negado a venderle bebidas alcohólicas, por lo que decidió regresar al local armado. Afortunadamente, ninguna de las tres detonaciones impactó en la humanidad de los trabajadores, aunque las filmaciones del local evidencian que esa era su intención.

Como producto del relato de los testigos se logró identificar al tirador, de nombre Matías Paz, alias “semilla”. Rápidamente reflotaron antiguas publicaciones de redes sociales que le adjudican hechos de violencia y amenazas, como así también estrechos vínculos con la barrabrava del Centro Juventud Antoniana. Su detención se concretó cinco días después del hecho en una vivienda donde además se encontraron drogas, un arma de fuego, vehículos de alta gama y máquinas para contar billetes. Se supo que el hombre tenía denuncias por violencia de género, antecedentes condenatorios por portación de armas y que podría tener fluidos vínculos con la fuerza policial. Sin embargo, poco se sabe de los nexos de Paz con uno de los casos más emblemáticos de la historia criminal de Salta.

Rafael, Pico y Semilla

El 11 de octubre de 2021, fueron hallados los cuerpos sin vida de Romina Zerda y Johnatan Tolaba a un costado de la circunvalación Oeste. La policía demoró 48 horas en descubrir que no se trataba de un siniestro vial, sino de un doble homicidio. Las hipótesis apuntan a que se trató de una “mejicaneada”, dado que ambos se dedicaban al comercio de drogas sintéticas de diseño. El principal sospechoso, Nicolás Ramos, fue hallado sin vida días mas tarde en un camping de Sauzalito, en General Güemes. Para entonces, la policía lo buscaba intensamente.

Del expediente del caso se desprende un dato celosamente vedado a la opinión pública: el cuerpo del sospechoso tenía un mensaje escrito en el que se mencionan tres nombres que serían los de sus presuntos “jefes”. Se desconoce si el mensaje fue escrito por el mismo Ramos o por terceros, a la vez que jamás se determinó si el hombre se quitó la vida o fue asesinado.

En el mensaje plasmado en su cuerpo, Ramos acusa de traición a tres personas: Rafael, “Semilla” y “Pico”. El segundo sería nada menos que Matías Paz, el tirador del Paseo Güemes; en tanto que “Pico” sería Pico Marcilese, uno de los hijos del empresario del mismo apellido condenado por el asesinato del abogado Miguel de Escalada y de conocidos vínculos con el romerismo.

En 2017, “Pico” fue condenado a tres años de prisión por un violento asalto en un departamento de calle España al 2100. En 2021 fue capturado en un control vehicular en Capayán, provincia de Catamarca. Los policías lograron establecer que obraba un requerimiento judicial por rebeldía dispuesto por el Tribunal de Juicio Sala III.

No todos los cuerpos hablan

Una máxima de la criminalística reza que “los cuerpos hablan” y da cuenta de lo cruciales que resultan las autopsias en la resolución de un crimen. En el caso del doble homicidio de Circunvalación Oeste, el cuerpo de Ramos fue silenciado. Sus restos fueron trasladados al laboratorio de tanatología forense del CIF. Allí, en un grosero error que no cuenta con antecedentes similares en nuestra provincia, el cadáver del joven no fue preservado correctamente y entró en descomposición. Su deceso fue caratulado como asfixia mecánica, a pesar de que su cuerpo fue hallado tendido en el suelo.

Semejante irregularidad ameritó que el fiscal N° 1 del Distrito Centro, el Dr. Marcos Ezequiel Molinati inicie una serie de investigaciones dentro del CIF tendientes a esclarecer lo sucedido. El procurador, Pedro García Castiella, removió a Pablo Rivero de la dirección del Cuerpo de Investigadores Fiscales y designó a Gabriela Buabse.

En este contexto, el Fiscal ordenó que se procediera al secuestro de celulares de varios integrantes del CIF, entre ellos, el del propio Jefe de Médicos del organismos, el Dr. Daniel Chirife. Por supuesto, todas estas actuaciones se realizaron con total hermetismo.

Macabras coincidencias

Fue la propia Buabse quien solicitó la elevación a juicio del caso que involucra al hijo de Pedro Marcilese y que derivó en su condena en el año 2017. Cuatro años más tarde, sería designada como directora del CIF por una irregularidad que podría exonerarlo de responsabilidades en uno de los casos más conmocionantes de Salta.

El hecho por el que fue enviado a prisión guarda escalofriantes similitudes con el episodio del domingo pasado en el bar Temple. “Pico” junto a otro cómplice ingresaron violentamente en el domicilio de un joven, robaron pertenencias, amedrentaron a su esposa embarazada con un arma de fuego y huyeron.

La víctima había advertido movimientos extraños. De hecho, el parte de prensa oficial del Ministerio Público Fiscal relata textualmente: “En la vereda, indicó la víctima, vio pasar un automóvil Volkswagen Bora negro con tres ocupantes, quienes ingresaron en contramano por una calle aledaña, lo que le llamó la atención”. ¿Pura coincidencia?

Policías en la mira

El viernes a las 7:30 de la mañana miembros del CIF irrumpieron en un domicilio de barrio Costa Azul donde Paz se encontraba alojado desde, al menos, cuatro días. Se trata de una barriada preminentemente policial habitada, en su mayoría, por ex miembros de la fuerza, aunque el propietario de la vivienda -de apodo “bumbuna”- sería un conocido miembro de la barrabrava de Juventud Antoniana.

El operativo estuvo comandado íntegramente por personal del Ministerio Público y en el lugar se secuestraron drogas, un arma, grandes cantidades de dinero y otros elementos relevantes para la causa. Entre los vehículos de alta gama encontrados en el domicilio, figura una camioneta Amarok a nombre de una empresa que está en la mira por una evasión fiscal millonaria.

En el transcurso de la investigación trascendió que la brigada de investigaciones de la policía había dado con el delincuente minutos después del tiroteo a pocas cuadras del Paseo Güemes. Sospechosamente, Paz logró escapar a pie dejando el vehículo abandonado. También se conoció que dos efectivos de civil de la policía presenciaron el hecho aquella noche y que su accionar está siendo investigado internamente.

La policía difundió más tarde que en el vehículo VW Bora se había encontrado un arma, algo que fue desmentido desde el CIF, puesto que el arma había sido entregada a la policía por familiares de la pareja de Paz.

Por su parte, el abogado de los empleados del bar, Danilo Siliotto, reveló luego un detalle sumamente inquietante: Cuando sucedieron los hechos y se hizo la presentación en la Comisaría Primera, la denuncia quedó asentada como “amenazas”, por lo que tuvo que ampliarla para que la carátula cambie a tentativa de homicidio y lesiones leves.

Tal vez los antecedentes de “Semilla” Paz excedan ampliamente la construcción mediática caricaturesca de gánster de poca monta o de actor secundario de narconovela. Tal vez, el delito en Salta, como se ha visto en innumerables casos, cuenta con la probada connivencia de las fuerzas del estado. ¿Quiénes son realmente los jefes de Paz y quiénes lo protegen?