Néstor Aramayo fue condenado solamente a no ejercer el sacerdocio por dos años. Había abusado de menores. El monseñor Dante Bernacki hizo poco por aclarar el caso.
“Bernacki no quiso tomar mi declaración. Me pedía que consiguiera a otras dos personas a las que les hubiera pasado lo mismo…”, dijo la víctima del sacerdote Néstor Aramayo, quien solo fue juzgado y condenado por la propia Iglesia.
Y según los testimonios de la víctima en Fm Noticias, el monseñor Dante Bernacki hizo poco por ayudarlo.
Por entonces, la víctima tenía 14 años y su abusador, el cura Néstor Aramayo, unos 35 o 36. Las agresiones físicas y psicológicas se extendieron durante 4 años.
La denuncia y el juicio canónico ocurrieron muchos años después de cometida la aberración, cuando Francisco I fue elegido Papa y comenzaron a prosperar este tipo de acciones que, antes, eran acalladas.
“Intenté denunciar muchos años antes, pero Bernacki no quiso tomar mi declaración. Me pedía que consiguiera a otras dos personas a las que les hubiera pasado lo mismo porque sino no podía denunciar”, contó la chica.
Dijo que la primera vez que habló con el arzobispo, Mario Cargnello, fue en Mayo o Junio de 2.014.
“Fue un año después de que asumiera el Papa Francisco, cuando vi a través de los medios de comunicación que las denuncias de este tipo comenzaban a prosperar. Con el nuevo Papa parecía haber una apertura con estos temas que yo no había encontrado nunca. Antes, nadie me apoyaba”, señaló.
La víctima –que conserva documentos que respaldan su versión- afirmó que el juicio comenzó en Septiembre de 2015.
“El 28 de Diciembre de ese año correspondía que se leyera la sentencia. Sin embargo, me llamó el juez para informarme que todo volvía a foja cero. Todo. La razón era que mi abusador había resuelto cambiar de abogado al ver que su situación era comprometida y que perdería ante mi reclamo. Entonces, trajo a un abogado civil porteño, especializado en derecho canónico que se dedica a estos casos”, relató.
Finalmente, la sentencia se leyó en Marzo de 2016. Dijo la joven que una vez conocida la condena, Aramayo apeló y la causa fue enviada a la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano.
“Un año después, en 2017, la Iglesia me comunicó que Aramayo había perdido en su apelación y que la condena quedaba firme. Le prohibían ejercer el sacerdocio durante 2 años y lo obligaban a realizar terapia psicológica. Esta información me fue brindada de palabra, no por escrito”, dijo.