Un nuevo episodio de violencia institucional y arbitrariedad manifiesta involucra a la inefable jueza de familia, Claudia Güemes quien además de zamarrear chicos ahora también victimiza y violenta a futuros padres. La menor en conflicto tiene 6 meses, probos referentes afectivos que la cuidan y aman desde que se las adjudicara para su cuidado temporal la Secretaría de Primera Infancia luego de haber constatado que las condiciones socio afectivas eran óptimas. Sin embargo, la jueza Güemes con la fijación de darla en adopción, volvió a montarse un numerito a los que ya nos tiene acostumbrados, más parecido a una falta de medicación cotidiana, por los síntomas de gritos impropios de su investidura, maltratos indiscriminados y una suerte de euforia desmedida, que a una audiencia ordinaria de control de legalidad. Esta es la historia de Pol y Paola, los nuevos blancos, mejor dicho, negros de la jueza.
Mariela Barraza
Si hay una historia conmovedora acerca de la maternidad es la bíblica donde la sabiduría del Rey Salomón (928 a.C) es quien determina en un fallo eterno las condiciones que definen una buena madre.
Cuenta la leyenda que dos mujeres comparecieron ante el rey con dos bebés, uno muerto y otro vivo. Ambas mujeres afirmaban que el niño vivo les pertenecía, y decían que el muerto pertenecía a la otra. El joven rey las escuchó atentamente y solicitó que le alcanzaran una espada para cortar el niño vivo en dos y darle una mitad a cada una. Mientras una de las mujeres estuvo de acuerdo con retener un pedazo del bebé vivo la otra se desesperó: -Oh mi señor, no mates a mi hijo. Que ella se lo lleve, pero déjalo vivir. Entonces Salomón hizo gala de un discernimiento inequívoco y estableció: -Entregad el niño a la mujer que se opuso a que lo mataran, pues ella es la verdadera madre y hasta la actualidad lo tenemos a Salomón como al más sabio y a esa mujer del cuento como el ícono de lo que hace una madre.
Las madres en pugna
En este caso una de las madres no se encuentra en condiciones mentales para dar pelea ni por ninguno de sus tantos hijos (4), ni contra una adicción crónica que la devora y la mantiene errática. Una de sus hijas E.(13) fue a parar con una tía, otro hijo con otro familiar que aceptó hacerse cargo, mientras la abuela materna con una situación de precariedad económica notoria, se rindió ante los cuidados de una beba recién nacida. Presa de su patología la madre había escapado del Hospital Materno Infantil, semidesnuda y con un trozo de cordón umbilical colgando, tras dar a luz a una beba sana a pesar de no haber tenido controles médicos durante los 9 meses del embarazo. Desde el hospital, dieron intervención al organismo estatal ante la situación de extrema vulnerabilidad de la beba y la imposibilidad de su entorno familiar inmediato de hacerse cargo. Los informes vinculares sobre la madre son homólogos a su estado de dependencia de sustancias: está enferma de VIH sin tratamientos, a veces vende bollos para comprar paco y deambula en la calle. Los testimonios de los vecinos y allegados la lapidaron como madre y como persona. Difícilmente tiene registro concreto de su propia existencia menos de su descendencia. En tanto el tercer hijo E.D (9) nació con un diagnóstico de deficiencia cerebral y quedó al cuidado de su padre biológico, Paul y su actual pareja. La nueva beba luego de un acabado y extenso diagnóstico de la Secretaría de Primera Infancia, a cargo de Carina Iradi, fue ubicada con su propio hermano biológico, en su calidad de referente afectivo. Así fue como la beba V (0) fue contenida y recibida con alegría y mucho amor, en un hogar sano, por su hermano y el padre de él, desde pasado mes de enero.
La Secretaria de Primera Infancia, Niñez y Familia- Dra. Carina Iradi adoptó la Medida de Protección Excepcional, a favor de la recién nacida V. con la finalidad que permanezca al cuidado y responsabilidad de Sr. GUTIERREZ, PAUL MARTIND. y de la Sra. ORTIZ, JOANNA PAOLA-, considerando que constituyen referentes afectivos positivos, que cumplimentan las orientaciones y sugerencias de manera responsable sobre el cuidado de los niños.
Ahí apareció la otra madre, Paola, que es como la del cuento. Valiente, con una extensa capacidad de amar tan inexplicable, que no recala en que la madre biológica adicta y abandónica, de los 2 niños a su cargo, es la ex de su marido. No parió nunca pero su hijo E.D es la mejor publicidad de sus inmensa vocación de maternar. Habiendo nacido con un complejo diagnóstico neurológico, el niño es perfecto, a punto tal que no tiene secuela alguna de su enfermedad al nacer. “Tuve que dejar de trabajar un tiempo, recuerda Paola, porque tenía 7 terapias en total” y mientras tanto aparece el niño de la referencia en el comedor llevando en sus brazos a su hermana, a quien sacó de la cuna porque se despertó. La beba V, de la discordia, ostenta su mamadera de Minnie Mousse, su olor a bebé limpio, y un hermano, sano casi cargoso, que la besuquea. “Ya se olvidará del vínculo ese, es chico… “ le espetó fríamente la jueza ,Claudia Güemes a Paola cuando la mujer le explicaba en su sencillez, que él quería mucho a su hermana.
Sin embargo, no había llegado aún la peor grosería de la jueza, quien posteriormente, cuando Paul en vano intentaba que lo escuche en medio la verborragia incontenible de la magistrada, que llegó a insultarlo: “Vos decís que es tu hijo biológico, pero ¿qué sabés si es tu hijo? Ella es drogadicta, vaya uno a saber… Yo puedo mandar a que le hagan un ADN”. Decir que se extralimitó sobre la legalidad de la medida y el contenido especifico de la audiencia e introdujo en la discusión otro niño (el hermano de V.) que no era parte del proceso en su saña es minimizar su abuso de poder. Una vez más Güemes se aprovechó de su investidura para maltratar a otras personas que incluyeron abogada, psicóloga y trabajadora social de la Secretaría de Primera Infancia, a los referentes afectivos Paola y Paul que se hacen cargo actualmente de la beba V y de su hermano E.D y hasta la propia asesora de menores, Gabriela Cardón que quedó , descolocada, en medio del llanterío que dejó la jueza tras de sí, luego de retirarse a su trono.
Los padres: El informe oficial
El progenitor de beba V. fue entrevistado por el equipo de Primera Infancia que interviene en el caso. Manifestó haber iniciado rehabilitación hace dos semanas y su deseo de recuperarse y asumir los cuidados de su hija en algún futuro. Durante el tiempo que la niña se encontraba en observación en el Hospital Público Materno Infantil en el área de Neonatologia, ingresaba como vendedor ambulante y llegó a verla una sola vez. Al ser informado sobre la situación de vulnerabilidad de la recién nacida y la necesidad urgente de encontrar un hogar para ella, manifestó que tuvo una infancia difícil marcada por abandono, violencia y consumo al tiempo que reconoció que bajo ninguna circunstancia podía hacerse cargo económica y/o afectivamente de un bebé y que no tenía relación ni con la progenitora ni con su familia.
Paul es un padre del de los festejos de Día de Padre. Laburante y cariñoso. Cuida su hijo E.D desde que nació con problemas, y se muestra orgulloso de él y sus logros. No tiene rencores, y hasta promueve la vinculación del niño con su madre biológica, aunque E.D le dice mamá a Paola a quien besa y cargosea tanto como a su hermanita. Paul la tuvo más difícil en la decisión, pero no se permitió dudar que el mejor lugar para la beba V era él. Sin embargo, del padre no se cuenta nada en la anécdota biblica, solo se trataba de disputa entre madres.
El juez
La jueza de apellido ilustre se ha caracterizado en sus fallos más polémicos por la aplicación de estereotipos de clase social acomodada y prejuicios a situaciones con una marcada prevalencia por la supremacía de valores mercantiles y condiciones materiales de vida por sobre el interés de los niños, cuya voz no atiende ni escucha. Se basa en sus impresiones y fijaciones subjetivas, básicamente en nada concreto ni fáctico quedando sus sentencias supeditadas a su humor, cambiante.
La estampa que protagoniza Güemes es idéntica casi como si se tratara de un goce buscado: niños llorando desconsolados e impotentes y familiares colapsados derrumbándose a causa de su justicia. La última vez fueron 2 niñas que mandaba a Francia con su padre, denunciado por abuso, para dar cumplimiento a una solicitud de un colega francés, en medio de escenas agónicas donde las criaturas lloraban y gritaban desesperadadas en una escena que conmocionó a quienes tuvieron la triste coincidencia en el Aeropuerto de Salta. Descontado que es la misma mujer que se hizo viral en un video donde se la vehía zamarrear una niña gritándole a su madre y luego fue al diario local a tratar de lavar sus culpas con explicaciones jurídico/técnicas, en vano.
Es la Secretaría de Primera Infancia del Gobierno de la Provincia la entidad administrativa del poder ejecutivo que a diario lucha con la parte más aciaga y oscura del género humano: el maltrato y abuso a niños y niñas, en su mayoría, pobres. Son a quienes le compete la infame tarea de diagnosticar, a través de sus equipos técnicos, si las condiciones materiales y afectivas de los diferentes tipos de hogares son aceptables para el desarrollo de los bebés. y caso contrario son quienes proceden a extraer los menores y disponer su alojamiento en el Hogar Cuna. Estas medidas conllevan su control de legalidad por parte de otro poder, el Judicial, que es quien convalida las medidas que se toman en función del interés superior del niño consagrado por ley y son quienes definen guardas y adopciones.
En este caso la Secretaría de Estado interviniente consideró a Paola y Paul como referentes afectivos para la beba V. con el plus de que crían al hermanito de esta última (hijo biológico de Paul) en óptimas condiciones para su cuidado por lo que si la funcionaria judicial Güemes no tiene en mente ya una carpeta de adoptantes con doble apellido y prósperos para asignarles la niña no se entiende sino tanto desprecio a esta sencilla familia. La falta de criterio en el caso particular arroja suspicacias sobre el accionar de la jueza quien habitualmente realiza controles de legalidad en sintonía con los informes socioambientales y las recomendaciones de quienes se ocupan, objetivamente, de los casos en los que intervienen.
El desenlace
En los pasillos de Ciudad Judicial lloran, literalmente, los integrantes del equipo multidisciplinario por una decisión descolocada de la jueza Claudia Güemes. Se trata de mujeres que todos los días de su vida tratan con la miseria de evaluar las condiciones para poner y sacar niños de núcleos familiares enfermos. Sufren por la arbitrariedad sorda de una jueza que no es justa. La historia de la justicia de Salomón termina en forma heroica y ejemplar. Ese juez que pudo ver a la verdadera madre a través de su actitud para con el bebé la premia, entregándoselo. Salvando la distancia poética hay una beba, que duerme tranquila en una sencilla familia de laburantes en Barrio Mirasoles rodeada de afecto y sueños, que una jueza exasperada, intenta tironear