Durante su alegato el abogado querellante Javier Latorre manifestó que la Fiscalía se valió de un informe sin firmas de testigos, efectuado por el suboficial Silvera, chofer convertido en interrogador.

Por Andrea Sztychmasjter

Lxs abogadxs querellantes solicitaron que Hugo Carrizo sea considerado penalmente responsable por resultar coautor del delito de homicidio agravado por alevosía y mediar violencia de género, en tanto a Caxal lo consideraron participe primario, con respecto a Caro y Bonifacio sostuvieron que participaron de la profanación del cuerpo de Sandra Palomo y solicitaron la pena de 15 años de prisión efectiva.

Asimismo solicitaron que se evalúen los testimonios de Camila Loprete y Gustavo Bravo al incurrir en falso testimonio, así como también se evaluén los informes del policía Silvera.

Alegatos de Latorre

Comenzó su alocución el abogado Javier Latorre refiriéndose a “una clara subjetividad por parte del Ministerio Público Fiscal (MPF) advertida desde el primer momento con el informe del oficial Silvera donde hace constar una supuesta declaración del menor Canevari en donde se hace cargo del hecho. El MPF lo único que hizo es respaldar ese informe poniendo a disposición todo el personal del CIF y de la división de Homicidios, a respaldar esa hipótesis”.

El letrado sostuvo que la Fiscalía solamente siempre sostuvo una sola hipótesis en base a ese informe, describió en base a teoría que son nulas todas las actuaciones no efectuadas en sede policial y señaló el concepto de “coacción inherente”.

“Un menor de 15 años, que se encontraba esposado con una campera que tapaba las esposas, y donde constantemente se le mostraba un video diciendo el señor Silvera ‘mira lo que tenemos, hacete cargo’”, manifestó que esta situación no debe ser pasado por alto y aseguró que la Fiscalía incurrió en innumerables  errores como la inspección ocular en el super realizada 20 días después, así como tampoco se procedió al secuestro de dvr de las cámaras del subsuelo.

Latorre agregó que si el informe del oficial Silvera se viera plasmado en la sentencia, todas las audiencias serían en vano por estar ya el crimen convenientemente resuelto, y se debería condecorar al señor Silvera con su correspondiente ascenso.

«La verdad de los hechos es más dura y como fue expuesto por la propia familia quizás si se trató de un crimen por encargo».

Manifestó que la hermana de la vícitma que declaró presentó varias pruebas en función a esto, y señaló que siente temor, puesto que también señaló que uno de los imputados la siguió posterior al crimen de Sandra.

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Claudio Silvera suboficial principal de la División Homicidios, se desempeñó como chofer de un vehículo de la División el día del hecho.

El suboficial detalló al declarar en audiencia que “cuando estábamos todos reunidos el muchacho dice que lo habían obligado a matarla que eran 4 personas más grandes y que iba a ser boleta si él hablaba. Lo documente en mi informe. Después de eso cuando nos dirigíamos al médico, el menor estaba molesto y le dice a la madre ‘bajate que quiero hablar con la policía’. Se baja el jefe Costello y la madre”, declaró Silvera.

Durante su declaración la querella solicitó que atento a sus consideraciones el informe elaborado por el chofer “carece de todo valor y vulnera garantías constitucionales, está claro que este tipo de acciones no pueden ser tomados como coacción inherente que es cuando se presta declaraciones ante la policía y peor aún en un móvil”.

Señaló el abogado Latorre que entendiendo que lo manifestado por el chofer se presenta como una cuestión modular y para evitar acarrear nulidades en el proceso, solicitaron la exclusión probatoria del informe elevado por el chofer respecto a la declaración supuestamente espontánea que hiciera el menor.

Fue el Fiscal Pablo Rivero que ante esta petición de la querella manifestó  que el informe era conocido desde la investigación, pasó etapa del juez de garantías y había sido permitida por todas las partes.

“Los policías no son un combinado de piedra, cuando alguien manifiesta algo es una manifestación espontánea, que conoció por sus sentidos”, dijo el fiscal en defensa de los dichos del chofer.

Y agregó el fiscal “entiendo que no viola ninguna garantía constitucional, no hay fuerza o coacción sobre esta persona”.

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Latorre indicó a diferencia de lo expuesto por la Fiscalía  “Existieron otras personas que la estuvieron siguiendo a la señora Palomo”, antes de ingresar al supermercado.

“Arriba al supermercado por el subsuelo encontrándose Canevari y Carrizo cada uno con armas punzocortantes. Cuando quiere descender Sandra es abordada por los dos, la obligan a volver a sentarse en el asiento del conductor, Canevari le profiriere las primeras heridas, Carrizo se ubica atrás al medio, desde ese lugar le producen las múltiples lesiones”.

El letrado describió que sus hipótesis “No son producto de la imaginación de esta querella sino que están basadas en pruebas científicas y en el sano juicio, basado en la lógica, psicología y experiencia. Si hubiese sido un solo agresor, pudo haber escapado. Fue víctima de un ataque piraña, que la atacaron desde todos los flancos”.

“No es una versión antojadiza, se basa en pruebas reunidas en toda la causa”, sostuvo.

El abogado se refirió también al control vial trunco y consideró que de haber podido frenar a la camioneta los policías de la vial, se hubiese podido dilucidar este cruel asesinato.

Ya en el lugar de los hechos, el abogado sostuvo que en un momento la camioneta se empantanó en el terreno descampado y arcilloso, allí según indicó los jóvenes pasaron a la mujer desde el interior de la camioneta hacia la caja de la misma. También ahí se deshicieron del teléfono de la víctima y sacaron su tarjeta de memoria.

Desde ahí se fueron al domicilio del imputado Carrizo, donde éste filmó un video: “Allí la risa era en forma excitada de Carrizo, Canevari sonríe. Carrizo no se queda con la imagen, filma la camioneta y dirige el video hacia donde Sandra había estado. Carrizo dijo que nunca vio sangre en su domicilio, que le pareció  gracioso que haya habido un accidente, pero nunca supo explicar que era lo gracioso”.

“Por qué sube uno un estado de WhatsApp, uno quiere mostrar a alguien su estado actual, Carrizo estaba mandando mensaje cifrado a alguien, quizás a Caxal que tenía que cumplir otra parte del plan, quizás a alguien para avisarle que ya estaba cumplimentado. Lo más serio y aberrante y terrorífico de esta situación, mientras publicaba este estado, se sacaban la ropa con sangre y lavaban la camioneta con sangre”, manifestó Latorre.

El letrado se refirió a dos jóvenes que toman especial interés para la causa se trata del detenido por falso testimonio Tomy Correa y Candela Loprete, quienes se encontraron con Caxal y Carrizo en la fiesta.

“Loprete dijo que cuando le dijeron que habían matado a una mujer, no le dio importancia y siguió bailando. No le dio importancia o ya sabía, no lo sabremos”, señaló.

“Canevari dijo en la reconstrucción de los hechos que en un momento se le cayó algo. Aunque se percató que se le habían caído sus llaves si se fue con la memoria del teléfono celular de Sandra. Canevari no es tonto, por alguna razón quería tener la memoria y por eso se la llevó y dijo que lo primero que hizo fue verificar que tenía, que vio dos fotos nada más, será por eso o porque esa memoria tenía un destinatario, que tenía fotos y nuestra vida misma. Alguien quería esa memoria y eso le costó la vida a Sandra Palomo”.

Informes informáticos

La abogada querellante Gabriela Arellano se refirió a los informes informáticos de las pericias de los teléfonos de los imputados realizados por los profesionales del CIF.

Aseguró junto a diapositivas que si bien los informes sostienen que el teléfono de Carrizo se encontraba en su domicilio, no hay prueba univoca que esto así haya sido.

“Después te devuelvo el puñal”, muestra un mensaje de Carrizo un día anterior al hecho: “Esto demuestra que el señor Carrizo acostumbraba a usar diferentes armas”, sostuvo Arellano.

“Carrizo además muestra un rasguño en su brazo izquierdo, una foto que se sacó después del crimen, se mostraba distendido, no muestra nerviosismo, ni temor, ni arrepentimiento”.

Después en una conversación con Candela Loprete, se refirió a la actitud de la novia de Caxal durante las audiencias “hemos soportado que se ría, este comportamiento lo tiene desde que se anotició de este crimen”, sostuvo la querellante.

Respecto al teléfono de Ricardo Bonifacio, la abogada describió que existen 142 registros de comunicación con Caxal, 35 llamadas con el señor Gustavo Bravo, ex policía de la Brigada, 135 registros con Candela Loprete, indicó.

“Se puede inferir la falta de información, de omitir, ocultar y entorpecer este homicidio”, dijo al referirse a Loprete, la abogada Arellano.