Mañana se producirán los alegatos por el femicidio de Sandra Palomo. En la causa el menor sindicado de asesino quedó sobreseído, y se juzga a cuatro jóvenes que estuvieron en la camioneta robada sólo por unas horas.
Por Andrea Sztychmasjter
Un video
¿Un video utilizado como anzuelo? ¿Un video que estaba destinado a informar que el asesinato ya se había cometido? ¿Un video filmado por un adolescente que ingenuamente se ríe porque se sorprende que su amigo apareció solo en la puerta de su casa con una camioneta robada? ¿Un video en donde se lo ve al supuesto único asesino, junto a la camioneta llena de tierra, con muchas manchas de sangre? ¿Un video en donde los dos menores, amigos, sonríen, horas después de matar a una mujer? ¿Un video que filma justamente las manchas de sangre que quedaron después del crimen? ¿Un video más, compartido en una historia de WhatsApp por un adolescente que supuestamente no sabía nada del asesinato? ¿Un video con el que dos imputados se presentan en la comisaría días después del femicidio y aseguran ser testigos y saber quién es el asesino? ¿Un video que es reproducido una y otra vez por el comisario Costello en la madrugada del lunes cuando detuvieron al menor L? ¿Un video que según la querella se hizo para avisar a alguien que el crimen ya se había realizado?
El video fue filmado por el imputado Hugo Carrizo en la tarde del 31 de agosto, horas después del asesinato de la señora Palomo, en él se lo ve que Carrizo filma al menor acusado de femicida, al lado de la camioneta robada: «que ha hecho papi, que hace picareli», se escucha decirle mientras filma al menor y el interior de la camioneta llena de barro y sangre.
Ríe y se lo nota agitado.
La cámara apunta al piso de la parte del acompañante donde existen pruebas que la mujer fue puesta luego de ser ultimada. Se ve barro y sangre.
Cuando Carrizo apunta con su celular al menor para dejarlo grabado en su teléfono, L.C lleva puesta la campera negra de la víctima, la misma que luego aparecería junto al cadáver y unas plantillas y cordones de unas zapatillas Adidas que el menor llevaba ese día.
El menor mira a la cámara y levanta el pulgar. Hace una mueca de sonrisa.
Una hermana de la víctima al declarar dijo que ese video era llamativo: “Yo sí le puedo decir que desde el mismo momento que la policía lo detiene el menor lo primero que dijo es que hay cuatro personas más, las cuales se presentaron diciendo que habían tenido participación en el hecho. Esos chicos vinieron y se presentaron adecuadamente con un video diciendo que ya se había pergeñado y que lo había publicado en redes. No se estudiaron esas publicaciones de Facebook. Es demasiado burdo que ese menor salió solito de su casa con móvil de robo”, sostuvo frente al Tribunal que deberá decidir que penas les caben a los imputados, pero que difícilmente determine ¿quién/es y por qué mataron a Sandra Palomo?
El video no sólo es llamativo sino que muestra la crudeza y la frialdad con la que se manejaron los jóvenes. Ayer durante sus declaraciones, antes que se realicen los alegatos de las partes, los menores negaron la acusación que pesa sobre ellos pero todos se ubicaron en la camioneta cuando el cuerpo de la señora Palomo se encontraba en la caja, también aceptaron haber estado en el descampado cuando se deshicieron del cuerpo.
Impericia
Durante la última jornada declararon un Ingeniero Informático y Federico Peñaloza, ingeniero, profesional del CIF quien analizó mensajes de Whatsapp de los teléfonos de los imputados.
Los profesionales señalaron que “No hay registros de los audios de whatsapp, ni del contenido”, en los teléfonos periciados. Además Pañaloza manifestó que “Archivos borrados, no hay posibilidades de recuperar. El análisis técnico solo muestra lo que está visible, lo que está borrado no”.
Las declaraciones de los profesionales informáticos en la última jornada de audiencias evidenciaron lo que pudo observarse durante estos casi dos meses que duró el proceso judicial: se realizó una investigación a medias y por este motivo, al menos en este juicio, no se podrá saber por qué mataron a Sandra Palomo.
La investigación a medias, dejando de lado otros datos analizables en la búsqueda de la verdad real demuestra la impericia de las investigaciones policiales y fiscales en Salta, que se han vuelto moneda corriente. Que no terminan dando respuestas creíbles a las familias víctimas y que solo ayudan a que los hechos delictivos queden en la impunidad-.
Por ejemplo los profesionales aseguraron que no se analizaron ciertas conversaciones con otros contactos que pueden apreciarse en el teléfono del imputado Carrizo que tuvo días antes y días posteriores al asesinato. Existe un contacto agregado como “Carlitos policía”, que según los ingenieros no se realizó observación sobre la conversación. Al prestar declaración Carrizo hizo especial hincapié en querer aclarar este punto, según aseguró agendó a “carlitos policía” el día que fue muñido del video se presentó en la Brigada de la Policía y aseguró que sabía quién había matado a la señora. Lo agendó así al policía que lo atendió para reenviarle el video por WhatsApp, declaro y aclaró sin que nadie le consultara.
Por otro lado las conversaciones entre el menor L.C y el imputado Carrizo tomaron especial relevancia puesto que el primero es quien señala al segundo de haber sido el asesino.
Los jóvenes mantuvieron conversaciones varias y se saludaban con «Te amo», además se reprodujo una charla en donde Carrizo le insistía con que le devuelva un dinero que le había prestado al menor.
-27 de junio 2019 10,37 hs “eh gil los 300 p, mi vieja necesita que le devuelva la plata”.
-30 de junio “yo necesito esa plata sino voy a tu casa y hablo con tu vieja, posta es importante”
El 31 de agosto, día del crimen del teléfono de Carrizo también se observan conversaciones con el recientemente detenido Tomy Correa pero los profesionales aseguraron que “no chequearon los mensajes”, mantenidos entre ambos jóvenes.
Asimismo también señalaron los informáticos que “No se pudo ingresar a las cuentas de Instagram”, de los imputados.
¿Así quieren esclarecer los crímenes en Salta?
