Desde la Productora de ideas y trabajo no formal, Ya Era, convocan a una marcha para el próximo miércoles en repudio a la modificación del código procesal penal que le dio más poder a la policía. El arte en contra de los sistemas represivos es la consigna.
La convocatoria se realiza por las redes sociales. Para quienes están relacionados con esta productora no son extrañas las intervenciones que hace un tiempo vienen realizando en diferentes eventos culturales con tintes elitistas como un modo de desacralización de ciertas prácticas para acercarlas hacia el resto de la ciudadanía.
En esta ocasión la gente de Ya Era junto con los artistas callejeros autoconvocados de Salta se reúnen el próximo miércoles a las 10 de la mañana en la plaza 9 de julio. A continuación reproducimos el parte enviado a esta redacción en el cual se dan a conocer las razones de esta convocatoria:
“Los derechos y garantías universales del hombre desaparecen para dar al policía el papel de juez, fiscal, y jurado. Debemos señalar que este tipo de práctica jurídica se utilizó durante la última dictadura militar que se llevó la vida de más 30.000 madres, estudiantes, disidentes políticos, empresarios, trabajadores, sindicalistas y también a policías, abogados, jueces y militares que defendieron la constitución nacional.
Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice”.