El decano de la facultad de Ciencias Jurídicas de la Ucasal está al tiro por la galleta, cual artista de espectáculos en la pretemporada del Bailando por un Sueño de Marcelo Tinelli.

Es que desde enero a esta parte, no deja de hacer lobby para que desde el gobierno provincial le den el visto bueno, y así cubrir un cargo expectante.

Bajo distintas excusas, casi obsesivamente, el abogado no deja pasar una reunión, acto o encuentro, sin dejar estampada su presencia en las distintas fotografías. Es más, dicen que las colecciona cuidadosamente en su coqueta casa de Valle Escondido.

Lo cierto es que el ex presidente del Colegio de Abogados apostó a que algunos puntos oscuros queden en el olvido para el equipo del gobernador a la hora de ser nominado, como aquella oportunidad en la que jugó para Javier David, y a muerte en contra del mismísimo Saenz; o como asesor del caído en desgracia, Santiago “Indio” Godoy.

En los ámbitos de “La Católica” se recuerda la traición a Carranza, quien lo llevó como Secretario Académico. Y en la justicia, lo señalan como el artífice de la unificación del “famoso” concurso de la Cámara Civil que terminó en escándalo.

Pero… como la memoria es frágil, Romani centró su expectativa en un carguito como juez de Corte beneficiado por el proyecto de ampliación, y avalado por el mismísimo monseñor Mario Cargnello. Esto no se pudo materializar ya que ante las críticas por lo inoportuno de la medida, se argumentó que se buscaba equilibrar mediante el cupo femenino, y para ello se buscó a dos candidatas.

La ambición pasó luego fue por la Defensoría General, pero la aceptación generalizada con la figura de Pedro García Castiella a quien le sobra reconocimiento y prestigio, le jugó una mala pasada.

Ahora Romani se está probando el traje de Secretario de Justicia. Dicen que después de tanto amague, ya es un hecho y el abogado será premiado por insistente asedio.