Así lo manifestó el poeta Guillermo Plaza. El autor publicó un libro en el que aborda la resistencia diaguita entre los años 1560 y 1667. Un poemario que no podría ser más actual.  Por Julio Quiroga

Poeta, médico, diaguita. O mejor: diaguita poeta, diaguita médico. Es difícil definir a Guillermo Plaza Schaefer. Quizá la mejor aproximación a una definición es hablar del libro que acaba de publicar: “Poemas de resistencia”, en el que aborda más de un siglo de rebelión y resistencia por parte de la confederación Diaguita.

Los acontecimientos narrados y poetizados en el libro ocurrieron en el Norte argentino entre los años 1560 y 1667 y, sin embargo, parecen absolutamente actuales.

El libro tiene, pese al paso del tiempo,  algo de urgente.

Su publicación ha sido la excusa perfecta para mantener este diálogo.

 

Periodista:- Han pasado cinco años desde la publicación de tu anterior libro. ¿Qué ha cambiado en vos como poeta y como lector en este tiempo?

Guillermo Plaza Schaefer:- Como lector en estos últimos años me dediqué casi exclusivamente a leer y a investigar más acabadamente el asunto de las guerras calchaquíes: crónicas, autos de guerra, cartas anuas, probanza de méritos, trabajos de antropología, arqueología, etnohistoria y diversos libros sobre la historia de la conquista del NOA.

Como poeta significó un gran cambio y también un desafío mayor porque había que comprimir ciento treinta años de historia, tres guerras y numerosos acontecimientos en un solo libro de poesía. Es decir, había que armar una narrativa y una estructura acorde a eso y posteriormente escribir poemas que sean legibles, frescos y atrapantes.

¿Por qué decidiste contar ahora esta historia?

GPS:- Simplemente por una cuestión de tiempo. Me costó mucho trabajo y esfuerzo reunir el corpus documental y tener la suficiente solidez teórica para poder llevar a cabo un proyecto de estas características. Pero por suerte mucha gente amiga me ayudó en el proceso.

Por otro lado, corren tiempos despiadados donde permanentemente se arman operaciones mediáticas y titulares de diarios contras los pueblos originarios. Contar la historia desde otra perspectiva, la de la resistencia, es de alguna manera resignificar nuestras luchas y desmenuzar el origen del problema. Porque los que escribieron los libros fueron los vencedores o sus descendientes. Y existe un relato empecinado en querer alivianar el horror y en omitir ciertas calamidades.

P: Aunque los poemas aborden una historia que arranca en enero de 1562, todo lo contado se siente muy actual. ¿Cuál es la realidad de las comunidades originarias en estos últimos años?

 

GPS:-Si bien ha cambiado sustancialmente el escenario de confrontación, la realidad sigue siendo la misma: la disputa por el territorio.

Los distintos Pueblos/Naciones viven cercados entre alambres y tranqueras. En un poema sobre la tercera guerra, escribo lo siguiente:

“las fuerzas de ocupación española fueron segregando

progresivamente a las miles de familias que aún viven

y resisten dentro del territorio.

Privadas de cualquier derecho se encuentran

confinadas sin poder salir dentro de un espacio

que parece reducirse cada vez más.

Si no hacen algo pronto acabarán aplastadas o peor

aún serán obligadas a trabajar en las mitas.”

 

Este fragmento no puede ser más actual. Si bien los ejércitos de ocupación y el virreinato dejaron de existir, ahora son el capital inmobiliario y la policía los que avanzan sobre los territorios. Hasta hace algunos años atrás, las familias aristócratas necesitaban de mucha mano de obra para obtener sus grandes fortunas, pero con la llegada del turismo cambió la matriz productiva en los valles calchaquíes. Lo redituable hoy en día son los hoteles, los vinos de altura, los countries y las canchas de golf. Y para eso no se necesita de tanta gente, pero sí se requiere del territorio y del agua. Entonces lentamente, de a poquito, van despojando a las comunidades de su porción del mundo. 

P:- ¿Tenés contacto con otros poetas de comunidades originarias? ¿Cuál es tu relación con el campo literario salteño?

GPS:- Conozco parte de la obra de algunos escritores como David Aniñir o Jaime Huenún que son poetas mapuches pero hasta el momento no he tenido la oportunidad de conversar con ellos. Me atrevo a afirmar que no hay muchos/as poetas de pueblos originarios y eso responde más a una consecuencia histórica: las distintas expresiones artísticas se rigen desde la transmisión oral. En el caso de la cosmovisión andina, podemos decir que los copleros y las copleras son nuestros/as poetas de la tierra.

Con el campo literario local, me gusta muchísimo la obra de Jesús Ramón Vera y de Santiago Sylvester, con el que mantengo un intercambio fluido por correspondencia y con el que estoy muy agradecido por su permanente predisposición en atender mis consultas.

También tuve la posibilidad de entablar relaciones o de intercambiar palabras con varias figuras destacadas dentro de las letras salteñas: Hugo Alcoba, Leandro Giménez, Juan Díaz Pas, Fernanda Salas, Fabio Martínez, Mario Flores, Juan Ahuerma, el Puma Vasconcellos, Eduardo Robino y vos que, además de la entrevista, tuviste el enorme gesto de escribirme el prólogo que quedará para la posterioridad.