Eran explotados por los dueños, que los hacían trabajar. Sus manos estaban lastimadas y teñidas con el verde de las hojas de tabaco. Hay dos detenidos.
Por suerte la AFIP del gobierno nacional está trabajando a full y ahora cuenta con alguna mano de áreas provinciales (a las que les gusta subirse al podio). Lo importante en este caso es que la División Investigaciones del organismo previsional, encontró además 26 trabajadores no registrados y detuvo a dos personas por los delitos de reducción a la Servidumbre, Trata de Personas y Trabajo Infantil.
Los inspectores relevaron a un total de 35 trabajadores, entre los que se encuentran los nueve niños de entre 10 y 15 años. Del resto de los empleados, el 100% no se encontraba registrado. Se trata de Marcelino Cruz, capataz del predio, y de Pablo Alejandro Masina, propietario de la finca «Pichana», ubicada en el departamento General Güemes.
Uno de los niños, al ser entrevistado, manifestó que tenía 11 años y se encontraba trabajando acompañado de su madre, pero aclarando que es él quien percibe el pago por parte de su “patrón”, el que consiste en una remuneración de $ 0,74 por cada caña, alcanzando un total de 30 cañas diarias. El trabajo de los chicos incrementa entre un 30 y un 50 por ciento la producción del predio.
Los trabajadores habitaban en grupos de viviendas precarias, conviviendo en ellos hasta cinco familias, las que compartían dos letrinas en muy mal estado, despidiendo olores nauseabundos y que son insuficientes para la cantidad de usuarios. No cuentan con elementos de primeros auxilios. Tampoco se les proveía protección personal necesaria para el desarrollo seguro de sus tareas. Los niños tenían sus manos lastimadas y teñidas con el verde de las hojas de tabaco.