Este espacio se destina a reproducir testimonios de mujeres que sufrieron la violencia machista. Hoy habla Luisina, 24 años, que vive en Villa Lola de La Silleta y estudiante de diseño gráfico y artista visual. Gastón Iñíguez

Vivía en Joaquín Castellanos entre calles Córdoba y Buenos Aires y siempre volvía caminando a mi casa desde el colegio en Av. Chile; tenía 15 años. A media cuadra de mi casa había un par de garajes de talleres mecánicos y cada vez que pasaba por enfrente los hombres que trabajaban ahí salían para decirme cosas; silbarme o invitarme a pasar.

Si caminaba con mi viejo o con mi hermano no me decían nada; era invisible, ahí comenzó mi convivencia con el acoso callejero; me daba cuenta que estos tipos se sentían “poderosos” cuando me veían sola porque no podía reaccionar y nadie los juzgaba socialmente por lo que le decían a una piba que pasaba con uniforme de escuela.

Luego de esa experiencia de chica se volvió algo habitual que me digan algo al menos una vez a la semana en cualquier situación y entonces, cuando comencé a salir a la calle, diseñé un mapa mental de los lugares por los cuales no tenía que pasar; obras en construcción, quioscos donde hubieran pibes tomando una birra; qué paradas de colectivo son las más concurridas a determinada hora y un sinfín de datos que vas aprendiendo para cuidarte.

Hace una semana viajaba en el colectivo desde mi casa y cuando estaba por bajar dos pibes salieron atrás mío y comenzaron a “chistarme”; entonces me pare y los encaré y les dije que estaban desubicados que para mí es violento y se reían diciendo “eh, amiga, no es para tanto” se lo tomaban en broma. Si te quedas callada estás dando permiso para que te sigan tratado de esa manera y ojo que no importa cómo te vistas o el aspecto que tengas siempre podes ser objeto de este acoso.

Yo conozco chicas que no salen a la calle con minifalda o un short si hace calor porque tienen cuidado del “qué dirán” y se autolimitan también por miedo; pero ese tipo de control no viene sólo de hombres sino de otras mujeres que comentan cosas como “mirá lo que se puso” “y si, como no la van a querer violar si anda vestida así”; estos comentarios sólo refuerzan la idea machista de que la mujer está provocando todo el tiempo pero no hay problema si un hombre sale en musculosa y pantalón corto por la calle.

Foto: Gastón Iñiguez